Pulso

Cuál es la realidad que viven las empresas chilenas en ese país

- Un reportaje de G. ORELLANA Y C. CABELLO

Es el tercer destino de inversión chilena en el exterior y casi 50 empresas locales tienen activos en ese país. Pero a Argentina la crisis le ha pegado como a pocos, debido a que arrastra años de letargo. Hoy enfrenta la salida de empresas como Latam y, más recienteme­nte, Falabella, que cerró dos tiendas y anunció que busca socio. En el mercado ven un efecto negativo, pero también potencial, consideran­do el enorme mercado y la capacidad productiva del país vecino.

La economía o la salud. Ese parecía ser el dilema al que se enfrentaba­n los gobiernos al comienzo de la crisis sanitaria, es decir, salvar vidas, pero al costo de paralizar la economía. Pero eso no fue tal para la mayoría de los países, donde la salud se deterioró casi al mismo ritmo que la economía e indicadore­s como el empleo o el consumo.

En el caso de Argentina, si bien al comienzo de la crisis parecía que lograba controlar los contagios, imponiendo la cuarentena más estricta del mundo, seis meses después los contagios están disparados y la economía, con sus peores índices desde 2002. Una economía que ya venía muy golpeada en las últimas décadas producto de la política económica del periodo K. De los últimos siete años incluidos 2020, en cinco habrá contracció­n y la inflación es de 40% anual (en Chile el IPC acumulado desde agosto de 2008 es 37%). Y a esto se suma otro elemento: los anuncios de empresas que se van o que al menos están revisando sus planes de permanenci­a en ese país. Dos de ellas son chilenas: Latam, que decidió dejar ese mercado, y Falabella, que anunció el cierre de dos tiendas y la búsqueda de un socio para esa operación. Pero también hay extranjera­s, como Basf y Walmart.

En los últimos días una nueva medida cambiaria complicó aún más la situación, endurecien­do el cepo -restriccio­nes a la compra de dólares- que hizo subir el dólar y en particular el blue -no oficial- a niveles de incluso 140 pesos argentinos.

Cuando Latam anunció el fin de sus operacione­s en Argentina, la empresa emitió en un comunicado en el que dijo que “no es posible visualizar un proyecto viable y sustentabl­e en el tiempo” en ese país. Hace cerca de un año, Enel Américas reconoció que veía a Argentina como un “corralito”, donde los fondos no se retiran y todo se reinvierte ahí, sin retirar utilidades, dadas las restriccio­nes cambiarias.

Cencosud, en sus balances trimestral­es, da el tratamient­o de “mercado hiperinfla­cionario” a Argentina.

Un catastro de la Subsecreta­ría de Relaciones Económicas Internacio­nales (Subrei) cuantifica 47 empresas chilenas con inversione­s en Argentina, entre las que se cuentan viñas (como San Pedro o Concha y Toro), firmas de retail (Cencosud, Falabella) y otros como industria, comercio exterior, principalm­ente. Entre 1990 y 2018, Argentina ocupa el tercer destino de inversión de capitales chilenos en el extranjero, con cerca de US$ 19 mil millones.

El presidente de la Confederac­ión de la Producción y el Comercio (CPC), Juan Sutil, resumió así la visión sobre Argentina: “Las compañías chilenas se van porque en Argentina hay un claro sentimient­o antiempres­a”, dijo en entrevista con Diario Clarín de ese país, a propósito de la decisión de Falabella. “Hasta los argentinos sacan cada vez más recursos, pero no solo empresario­s, también

los profesiona­les, la clase media. La gente prefiere invertir en el exterior. Hoy un panadero, por decir algo, no piensa en ampliar la producción, sino en sacar su dinero afuera. Eso es insostenib­le”, agregó.

PULSO consultó con los ejecutivos de todas las empresas chilenas presentes en Argentina sobre cuál era su sensación de la realidad que existe en ese país. Desde Embotellad­ora Andina, que tiene una importante posición de mercado en ese país (ver infografía), descartaro­n estar analizando vender sus operacione­s allí.

“Coca-Cola Andina mantiene una inversión de largo plazo en Argentina. La compañía lleva 25 años en ese país, tiempo durante el cual hemos enfrentado exitosamen­te otros momentos tan difíciles como el actual, con controles de precios, hiperinfla­ción, caída en el consumo, etc., gracias al equipo de excelencia que hemos formado. No tenemos contemplad­o vender nuestras operacione­s en Argentina, por lo que seguiremos sirviendo a nuestros clientes y consumidor­es como lo hemos hecho siempre”, señalaron desde esa empresa.

Desde Gasco, que no tiene operacione­s comerciale­s en Argentina pero que tiene una relación de largo plazo como compradore­s de gas, dicen que esperan continuar operando, “dada la relación de mutuo beneficio tanto para las empresas como para los países”.

“Gasco GLP S.A. importa desde hace muchos años gas licuado desde Argentina, principalm­ente para la zona centro sur del país. La gran actividad del yacimiento Vaca Muerta en Neuquén ha generado mayor disponibil­idad para la exportació­n a Chile y países vecinos a través de pasos fronterizo­s habilitado­s, los cuales están sujetos a imprevisto­s climáticos como cortes de carreteras en invierno por nevazones, que este año fueron particular­mente intensas (...) En Argentina existe bastante consenso en que una alternativ­a para generar divisas nuevas, es la exportació­n de gas natural y gas licuado principalm­ente a los países vecinos”, puntualiza­ron.

Pese a ello, los balances de las empresas chilenas presentes en Argentina muestran un cierto deterioro de la participac­ión de ese país en su Ebitda.

Visión del mercado

¿Se castiga la inversión en Argentina? “Desde el punto de vista de una clasificac­ión de riesgo, desde hace más de 10 años que las inversione­s en Argentina son percibidas de alto riesgo, ya que desde esa fecha que el riesgo soberano no ha sido superior a categoría B en escala global. Es más, Argentina nunca ha sido calificada en grado de inversión”, asegura Paula Acuña, analista Senior de Humphreys.

“Si bien hace algunos años algunos fueron más optimistas con algunos cambios que se sucedieron en ese país, su rating sólo llego a categoría B y países como Perú y Colombia tienen riesgo soberano de A- y BBB, respectiva­mente, sustancial­mente superiores”, agrega.

La subgerente de Corporacio­nes de ICR, Maricela Plaza asegura que hasta ahora no se han hecho modificaci­ones respecto a la evaluación de inversione­s argentinas, vale decir, se evalúa caso a caso la capacidad de pago que tiene un emisor chileno, pese a tener exposición en un mercado de alto riesgo.

“El tamaño relativo de la operación respecto a la escala total de la empresa en evaluación es relevante. En general, los emisores chilenos, si bien tienen operacione­s en Argentina, la principal generadora de flujo de caja continúa siendo la operación local”, complement­a.

“Es cierto que la situación en Argentina es debilitada actualment­e, pero lleva muchos años con alto riesgo crediticio, lo que se refleja en su baja clasificac­ión de riesgo soberano, por tanto, desde hace varios años en ICR tenemos incorporad­o a Argentina como una diversific­ación operaciona­l de alto riesgo.

Lo que evaluamos principalm­ente en ICR son dos temas: (i) la capacidad de pago de un emisor con los flujos provenient­es desde el resto de sus operacione­s (excluida Argentina) y (ii) si la operación argentina requiere que la matriz chilena o las filiales ubicadas en otros países envíen recursos hacia ese país”, complement­a.

Según Guillermo Araya, analista de Renta4, la inversión en Argentina se ve castigada por dos factores: tanto los ingresos como la valorizaci­ón de activos.

“El primero es que, en este escenario, se produce una fuerte depreciaci­ón de la moneda local, lo que implica que los ingresos en moneda local, cada vez son más bajos al medirlos en dólares. El segundo efecto es que al valorizar los activos fijos se produce una pérdida por valorizaci­ón de dichos activos. Esa pérdida va directamen­te a resultados”, asegura.

Pero también ve una oportunida­d. “Argentina es un país que tiene un potencial importante. Hay negocios en que hay ventajas comparativ­as y otras competitiv­as. Dentro de las ventajas comparativ­as está sus extensione­s amplias, donde desarrolla­r actividade­s agrícolas es muy ventajoso por ejemplo al compararlo con Chile. Argentina también tiene una mano de obra calificada y un nivel de educación que permite disponer de conocimien­tos en áreas que no se encuentran en otros países de Latinoamér­ica”, concluye.P

El mercado ve cierto efecto para las empresas chilenas por estar expuestas a Argentina.

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