Pulso

Política pública con resultado inverso

- —por CLAUDIO MELANDRI—

AMEDIADOS de agosto conocimos el desmantela­miento de una banda de prestamist­as muy bien estructura­da, con presencia desde las regiones del Biobío hasta Los Lagos, y que de acuerdo con los cálculos de la PDI informados por la prensa, llegó a realizar cerca de 10 mil “préstamos gota a gota” en los dos años de la investigac­ión policial. Según las versiones, esta banda tenía un alcance trasnacion­al y en su operación usaba como pantallas una barbería y una tienda de ropa para el lavado de activos, así como una mano de obra descrita como un sicariato dispuesto a todo.

Parece la trama de una película, pero no lo es. Esto ocurrió aquí mismo, en el sur de Chile.

Muchos quisieran creer que se trata de un hecho aislado, pero no es así. La pandemia ha dejado en evidencia un fenómeno del cual veníamos alertando desde hace varios años y que ha tomado la forma de unas 300 mil personas y pequeñas empresas que han salido del sistema de financiami­ento formal, en gran medida debido a que el diseño regulatori­o ha hecho que su riesgo no les permita ser sujetos de créditos.

Se trata de un resultado no deseado de una política pública. Al imponer una Tasa Máxima Convencion­al, lo que se hizo fue fijar precio, y en la medida que se ha hecho más restrictiv­a esa normativa, rápidament­e fue generando escasez, dejando a un segmento no menor al arbitrio del mercado informal, expuesto a la usura y sin ningún mecanismo de protección como es el Servicio Nacional del Consumidor. En el caso de la banda recienteme­nte desmantela­da, se hablaba de créditos informales a 30 días con tasas de interés de entre 20% y 50%.

Cada institució­n financiera ha hecho lo posible por cubrir este segmento, pero claramente, hay limitacion­es que hacen que esos esfuerzos no sean suficiente­s. Desde nuestra vereda generamos un modelo que permita a las personas comenzar de nuevo, consideran­do que el 60% de los clientes con renta menor a $400 mil ha tenido un pasado financiero adverso. Life, nuestra propuesta, invita a una bancarizac­ión progresiva del cliente: construir una nueva historia financiera, sin sobreendeu­dar y partiendo por los productos más simples hasta llegar al crédito, reconocien­do el mérito de cumplir con los compromiso­s financiero­s.

Sin embargo, está claro que los esfuerzos individual­es no solucionar­án el flagelo de la usura al cual se exponen las personas más vulnerable­s y los pequeños negocios. Se requiere tomar decisiones profundas como retomar el proyecto de ley de consolidac­ión de deudas que duerme en el Congreso. Hoy la banca está ciega respecto del comportami­ento credicitio y, por lo mismo, puede que haya buenos pagadores que no puedan estar accediendo al sistema financiero formal, porque simplement­e no existe informació­n disponible.

Y también habría que pensar en medidas impopulare­s, pero razonables, como lo es derechamen­te revisar con objetivida­d los efectos de una política pública como fue la fijación de los límites de la Tasa Máxima Convencion­al.

Presidente Banco Santander

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile