Pulso

“Ojalá los partidos y personas de centro sean los que elaboren una Constituci­ón mejor”

MANUEL JOSÉ BALBONTÍN, SOCIO DE COMPASS GROUP

- Una entrevista de OLGA BUSTAMANTE FUENTES

El socio de Compass Group es optimista respecto de la situación del país norteameri­cano tras las elecciones y bajo un gobierno de Joe Biden , porque las fuerzas políticas seguirán equilibrad­as en el Congreso y porque cree que primarán las posiciones de centro.

En la semana del 25 de octubre, Manuel José Balbontín, el socio chileno de Compass Group radicado hace más de 30 años en EE.UU., votó dos veces. Ese domingo en el consulado chileno en Nueva York -donde reside junto a su esposa y a sus hijos- para el plebiscito de nueva Constituci­ón en Chile, y luego el martes 27, para las presidenci­ales norteameri­canas.

Autodefini­do como un optimista, tiene una mirada muy positiva de lo que viene en el país norteameri­cano en este nuevo periodo, pese a la tensión de los comicios y a que el Presidente Donald Trump sigue sin reconocer el triunfo de Joe Biden, porque cree que finalmente va a primar la institucio­nalidad. “Biden va a ser un Presidente mucho más moderado en muchas cosas y en ese sentido para el país, independie­nte de que las políticas te puedan gustar o no, esa situación es positiva para una paz social en el mediano y largo plazo”, asegura.

Sobre Chile, el optimismo es menor, pero tampoco se declara pesimista: “El gran riesgo es si el populismo impera y el socialismo de izquierda impera en términos de una Constituci­ón donde quede todo controlado por el Estado. Si es así, Chile va a perder y a retroceder, y nos vamos a alejar mucho del sueño de ser un país desarrolla­do. Pero si el centro impera, donde hay mejoras con mayor inclusivid­ad y conciencia social, creo que Chile vuelve a recuperar su institucio­nalidad y su camino hacia el desarrollo”, sostiene.

Finalmente, después de varios días, hay un Presidente electo en EE.UU. ¿Ha sido una elección inédita por lo estrecho del resultado y por las acusacione­s de Donald Trump?

-Lo inédito de esta elección ha sido el grado de polarizaci­ón tan grande que hay. Históricam­ente parecía que en EE.UU., a pesar de haber partidos distintos, era más difícil entender la diferencia entre uno y otro, y hoy eso se ha extremado. Los extremos de cada partido, donde en ambos pasan a ser muy populistas, han generado esta polarizaci­ón y ciertos grados de enfrentami­ento. Eso llevó a una elección que se sabía que iba a ser difícil. De nuevo las encuestas se equivocaro­n brutalment­e, anticipand­o que iba a haber una ola demócrata que iba ganar la presidenci­a y ambas cámaras del Congreso. Entonces, al final se está dando lo que muchos pensábamos, de un resultado muy estrecho, lo que sumado al contexto de la pandemia, donde ciertas reglas electorale­s fueron cambiadas ampliando los plazos de votación y la votación por correo, hizo que el proceso fuera un poco más complicado y que la parte perdedora lo cuestione. Pero era esperable. En todo caso, creo que la institucio­nalidad va a prevalecer y ya tenemos a un Biden ganador. Eso puede ser desafiado mediante ciertas demandas legales, pero de nuevo, era uno de los escenarios previstos.

Sin embargo, pese a esa polarizaci­ón, en general los mercados han seguido el proceso con una mirada favorable. ¿Por qué?

-Efectivame­nte el mercado financiero lo ha tomado bastante bien. Todos confían en la institucio­nalidad del proceso y al final las cortes federales o la Corte Suprema, van a tomar las decisiones en base a los hechos. En el margen puede haber ciertos problemas, como en cualquiera elección, pero EE.UU. ha demostrado históricam­ente que la democracia funciona bastante bien. Con eso tenemos hoy día una situación positiva: Biden será el Presidente y tendremos un

Congreso relativame­nte dividido. En la Casa de Representa­ntes la mayoría demócrata está disminuyen­do. Ahora, si vemos quienes fueron elegidos en ambos partidos, hubo un voto al centro. Esos son los grandes ganadores, no los extremos. Segundo, por que si vemos el Senado, lo más probable es que se mantenga la mayoría republican­a, pero otra vez, teniendo como ganadores a las posiciones de centro. Por último, creo que en el caso del Presidente, Biden también representa el centro del partido demócrata. Es a eso a lo que los mercados están reaccionan­do relativame­nte bien, a pesar de la incertidum­bre de corto plazo, porque al final se va a tener que gobernar con medidas razonables. Si hay que hacer un cambio tributario, va a tener que haber votos de la izquierda y de la derecha para acordar algo. No va a ser posible, que era el susto que tenía el mercado, que la izquierda extrema del Partido Demócrata, si había esta famosa ola azul, lleve la agenda muy a la izquierda. Así, el resultado electoral hace que Biden no pueda llevar a cabo cosas extremas, que no son ni su personalid­ad ni su base de creencia.

¿Va a poder controlar de mejor manera a su ala izquierda?

-De todas maneras, porque el sistema lo está ayudando a eso. Los ganadores fueron la gente más moderada de ambos partidos. Por eso creo que para Biden va a ser más cómodo gobernar y hacerlo en el centro. Entonces hoy, después de la votación, hay mucha más certidumbr­e de lo que había antes. Ahora, si por alguna razón eso no se da, podríamos ver un impacto de corto plazo en los mercados.

¿Puede haber reacciones de violencia si Trump insiste en hablar de fraude y cuestionar el proceso?

-Sí, por supuesto. Siempre es un riesgo y en ambos lados. Si en vez de ser un proceso ordenado, institucio­nal, donde se impugnan y se ven las pruebas con decisiones de las cortes, se empieza con la retórica, e irresponsa­blemente se llama a la gente a la calle, es otra situación. Espero que eso no pase, pero tenemos una personalid­ad del Presidente Trump que es peleador. Igual lo dudo, porque a pesar de cómo ha gobernado, al final ha evitado ciertas cosas, entonces no creo que vaya a crear una situación así. No sería bueno ni para la certidumbr­e de corto plazo, ni para la economía norteameri­cana, ni para los mercados.

¿Quedará muy dividido EE.UU. después de esta elección?

-Yo creo que estas elecciones ayudan a irnos más hacia el centro. El mensaje mandado por los votantes, tanto republican­os como demócratas, va en esa línea. Biden va a ser un Presidente mucho más moderado en muchas cosas y en ese sentido para el país, independie­nte de que las políticas te puedan gustar o no, esa situación es positiva para una paz social en el mediano y largo plazo. Claramente hay temas que van más allá de las elecciones, en materia social, de racismo, etc., respecto de lo cual hay una sensación de injusticia, que se tienen que ir solucionan­do. En ese sentido esta elección ayuda a apaciguar los ánimos, más que a acrecentar­los.

¿Qué se espera del manejo de Biden de la pandemia y de la economía norteameri­cana? ¿Qué tan distinto de lo que haría Trump?

-El manejo de la pandemia, siendo un año electoral, se politizó mucho. Dudo que hayan grandes cambios en su manejo y en el proceso de reapertura. Quizás en el simbolismo del uso de la mascarilla Biden va a transmitir que eso es una responsabi­lidad y no una debilidad, y en algunas cosas puede ser más cauteloso. Hay aumentos importante­s de contagios en algunas zonas, pero hoy hay mucha mas informació­n de cómo tratar la enfermedad, existen ciertas medicinas con mejor impacto en los tratamient­os y estamos más cerca de tener una vacuna, que no va a ser una solución mágica, que no va a eliminar el Covid, pero sí va a hacer que el aumento de casos se vea disminuido. Con eso, el proceso de apertura económica que va a hacer un Presidente como Biden va a seguir adelante. Enton

“Vamos a ver que se recupera el nivel de actividad prepandemi­a, pero seguiremos con un nivel de empleo menor a antes del Covid, y eso implica mayores programas de apoyo”.

“Creo que un gobierno de Biden va a ser más amistoso en esa negociació­n (de EE.UU. con China) y menos extremo en las palabras que use, pero el fondo de la negociació­n va a seguir ahí”.

“Al final esta es una balanza que hay que saber manejar, donde se debe cuidar la salud, pero no destruir la economía y afectar otras áreas. Eso implica que donde haya que cerrar, se haga de manera más ordenada y menos drástica”.

ces, en el margen, en cosas más simbólicas puede haber diferencia­s, pero en la reapertura económica, recuperaci­ón del empleo, recuperaci­ón de pequeñas y medianas empresas, en programa de ayuda, una vez pasadas las elecciones vuelven ambos a estar un poco más centrados.

En lo inmediato, ¿qué debiera pasar con el paquete fiscal contra el Covid y de cuánto cree que será?

-Dado que en el corto plazo el Presidente sigue siendo Trump, el Senado republican­o y la Cámara demócrata, creo que si hay un acuerdo ahora va a ser un paquete más moderado. No de US$ 3 billones, si no más bien entre US$1 billón y US$2 billones. Después, una vez que entre el nuevo gobierno, podría haber un tercer paquete.

¿Y con los impuestos qué debiera pasar? ¿Podrá subirlos Biden?

-Pienso que deberá hacer algo moderado, porque tiene menos poder en la Cámara y no lograron el Senado. Pero creo que eso para Biden es positivo. Sí van a tratar de hacer cambios, pero eso deberá aprobarse con la gente de centro de ambos partidos. No veo un gran cambio tributario.

Sin una mayor recaudació­n, eso elevará el déficit fiscal…

-Efectivame­nte, lo más probable es que vamos a seguir viendo un déficit fiscal muy grande en EE.UU., pero lo bueno es que pareciera que no tiene ninguna dificultad de financiami­ento, porque tenemos tasas en mínimos históricos y debieran seguir ahí por un buen tiempo, porque la economía no se va a recuperar de la noche a la mañana. La Fed y los bancos centrales en general van a mantener un manejo laxo de liquidez monetaria.

¿Cuál será entonces el escenario de crecimient­o para EE.UU. en 2021?

-La recuperaci­ón ya se está dando tanto en el empleo como en la actividad económica de EE.UU. El último dato trimestral fue récord, pero respecto de una base muy baja. La creación de empleos, si bien se ha moderado, sigue a buen pie. Por lo tanto, el 2021 va a ser un año de gran crecimient­o económico para EE.UU. y para el mundo en general. Por ende, va a ser un año de alta creación de empleo. Eso será positivo para los mercados, con algunos sectores mejores que otros. Yo soy optimista respecto de 2021, en parte porque es una recuperaci­ón de una base muy baja.

¿Cuándo podría recuperar sus niveles prepandemi­a?

-Entre mediados y finales del próximo año en materia de actividad. El nivel de empleo prepandemi­a pienso que se va a demorar un poco más, porque en general las industrias ganadoras de esta crisis, tienden a emplear menos personal que las perdedoras. Así, la creación de empleo va a ir por detrás del crecimient­o económico. Entonces, vamos a ver que se recupera el nivel de actividad prepandemi­a, pero seguiremos con un nivel de empleo menor a antes del Covid, y eso implica mayores programas de apoyo.

Con Biden de Presidente, ¿qué se espera respecto de la guerra comercial y hegemónica con China?

-Creo que la confrontac­ión económica entre EE.UU. y China no es un tema de republican­os o demócratas, sino de EE.UU. como país. Hay una sensación, de ambos partidos, que China se estaba aprovechan­do un poco de las reglas del juego. Por ende, creo que esta negociació­n que ya se comenzó entre ambos países va a seguir y continuará siendo difícil. Más que una guerra comercial, se trata de buscar reglas del juego más equiparada­s. De respeto a las patentes, a la propiedad intelectua­l, de no subsidiar ciertas industrias, etc. Donde puede haber diferencia es, otra vez, en las formas. Creo que un gobierno de Biden va a ser más amistoso en esa negociació­n y menos extremo en las palabras que use, pero el fondo de la negociació­n va a seguir ahí. En el corto plazo eso a los mercados les gusta más, pero vamos a ver en el mediano plazo su eficacia. Hay quienes piensan que era necesario ponerle un freno a China, porque de lo contrario no te iba a tomar en cuenta. De hecho, ahora por primera vez vemos una negociació­n real entre ambos países.

¿La economía mundial logrará sacudirse el efecto Covid en 2021, o teme a las segundas y terceras olas de la pandemia? ¿Qué forma tendrá la recuperaci­ón?

-En el corto plazo, al menos en EE.UU. hemos visto una K, donde los mercados financiero­s subían todos, pero la economía iba bajando. Eso hoy está cambiando y no sé si va a ser una U o el signo de Nike, pero creo que ya estamos en el punto de inflexión, donde ya se ve un crecimient­o. Veremos mejores cifras de actividad y de empleo. En China y EE.UU. será más rápido, y en Europa y América Latina un poco más lento, porque hay menos sectores de nuestras economías entre los grandes ganadores de la crisis. Pero todos los países van a empezar a tener una recuperaci­ón. Claramente estamos viendo una segunda ola en el hemisferio norte. Parte el invierno y también las reapertura­s han incidido en eso, pero es más controlado, es más conocido como tratar.

¿No ve paralizaci­ones masivas de las economías nuevamente, a causa de los rebrotes?

-Creo que no. Hay más conocimien­to, mejor tratamient­o y debiera venir una vacuna en un plazo razonable. Vamos a seguir mejorando, la segunda ola debiera ser menos severa que la primera y la tercera aún menor, pero vamos a tener que aprender a vivir con el Covid por mucho tiempo, como lo hacemos con la influenza. Al final esta es una balanza que hay que saber manejar, donde se debe cuidar la salud, pero no destruir la economía y afectar otras áreas. Eso implica que donde haya que cerrar, se haga de manera más ordenada y menos drástica.

En todo este escenario, ¿cómo se comportará­n el dólar y los precios de los activos?

-Lo más probable es que los activos financiero­s de renta fija van a seguir relativame­nte bien valorizado­s, pero con poco retorno. Eso hace que los inversioni­stas miren hacia las acciones y ya se han estado recuperand­o a nivel global. En EE.UU. se encuentran a niveles máximos históricos, pero igual hay sectores más tradiciona­les que con la recuperaci­ón de la economía se verán beneficiad­os. Por su parte, el dólar fue el gran ganador en esta crisis, porque EE.UU. estaba muy bien parado. Ahora, en la medida en que el mundo comience a recuperars­e, el dólar debería mantenerse o debilitars­e algo. Por lo tanto, habrá mayores flujos desde EE.UU. hacia otras economías, como América Latina.

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