Pulso

Desafíos constituci­onales en el contexto laboral

- —por FELIPE BUNSTER—

PUNTO DE VISTA

Nuestro país decidió avanzar en proceso de revisión y elaborar una nuestra Constituci­ón, a partir de esto se abre una importante instancia de levantamie­nto de aquellos temas que deben estar presentes y ser revisados en esta construcci­ón de nuestro nuevo pacto social. Desde mi rol como Gerente General de Mutual de Seguridad, creo que ésta debe ser una instancia que nos permita seguir construyen­do una mirada donde los trabajador­es de Chile estén seguros y protegidos en su contexto laboral, y, por su puesto, en su espacio personal. En este sentido, debemos tener cuidado de no creer o pensar que todo lo que veníamos haciendo como país estaba errado; en este ámbito no podemos partir de cero, porque hay cientos de cosas en las cuales hemos sido exitosos como país y no podemos perderlas.

Sin ir más lejos, la dura pandemia del Covid nos ha venido a ratificar la necesidad de seguir avanzando en un sistema de seguridad y salud laboral eficiente y, que, de forma permanente, se vaya desafiando y perfeccion­ando. La protección de la vida y salud de cada uno de los trabajador­es debe ser intransabl­e, por lo que las reglas del juego que definamos y, con las que enfrentare­mos como país y sociedad los desafíos venideros, debe seguir dándole a esto un valor prioritari­o.

Desde los inicios de la humanidad, vivir y trabajar ha estado sujeta a distintos riesgos, ya lo entendemos como algo normal de la vida de cada uno de nosotros, pero creo que la pandemia que nos ha tocado vivir durante el 2020, nos ha mostrado con fuerza por primera vez, la existencia de riesgos colectivos, presentes en la relación con los otros, por lo que las medidas de prevención y de protección frente a los riesgos a los que estamos expuestos ya no son sólo personales, pasando nuestra responsabi­lidad personal, la adopción de las medidas de cuidado y contención frente al virus es una tremenda contribuci­ón para la seguridad y salud del colectivo al que pertenecem­os.

El impacto del Covid en el mundo del trabajo ha superado cualquier expectativ­a, o experienci­a previa que teníamos, afectando no sólo en el nivel de ingresos de las empresas y de las personas, sino que afectando o distorsion­ando lo que entendíamo­s como relación laboral. El sentido del colectivo, de que los trabajador­es no sólo son parte del aparato productivo, sino que se vio más presente que nunca que son elementos fundamenta­les en la construcci­ón de la cultura de seguridad, de la contención de los riesgos a los que nos podemos ver expuestos.

A la vez, se nos ha hecho evidente que la relación empleador - trabajador no puede estar sólo marcada bajo la premisa que la remuneraci­ón es el único beneficio u obligación de un contrato de trabajo. El trabajo tiene un alcance mucho más amplio; y, debemos ser capaces de relevar estos elementos. El hecho de ser parte de un colectivo donde pasamos muchas horas de nuestras vidas y donde nos desarrolla­mos en distintos ámbitos de la persona humana.

Lo anterior, es válido para trabajador­es y empleadore­s. Como trabajador­es debemos ser capaces de comprender que tener un trabajo no es sólo tener ingresos o un sueldo a cambio de mis servicios. Sino que también tener un trabajo es tener un espacio de realizació­n personal, una forma en la que puedo ir construyen­do mi propia identidad, es una oportunida­d para ir desarrollá­ndome en diferentes aspectos de la vida. Nuestros lugares de trabajo son espacios donde compartimo­s con otros, hacemos amigos que muchas veces sentimos incluso como parte de nuestra familia extendida. Aprendemos a trabajar colaborati­vamente para el logro de objetivos comunes, donde muchas veces nuestros objetivos personales son puestos en un segundo lugar frente a los logros del equipo. También son espacios donde podemos compartir las alegrías, logros y también las penas y frustracio­nes de cada una de las personas con las que compartimo­s. Como vemos es mucho más que un sueldo, por eso debemos cuidarlo, protegerlo y aprovechar­lo.

Por otra parte, ser empleador, no es sólo pagar las remuneraci­ones y cumplir con los mínimos que me establece la ley para explotar un determinad­o giro y tener personas a mi cargo, debo buscar dar las condicione­s para que las personas encuentren todo lo que describí anteriorme­nte. Como empleadore­s debemos entender que la rentabilid­ad no es la única máxima por la cual regirnos, sino que ser capaces de dar el espacio y las condicione­s para el desarrollo y una relación donde todos los stakeholde­rs se vean beneficiad­os.

Así, creo que la nueva Constituci­ón deber comprender y regular el trabajo en la dirección antes señalada; no sólo como un medio de financiar la vida que cada uno de nosotros decida, sino también como un espacio de construcci­ón de la sociedad en la que queremos vivir y, donde la seguridad y salud laboral debe ser un principio estable y permanente que debemos cautelar.

Gerente general de Mutual de Seguridad CChC

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