Pulso

El 10% de los empleados públicos ejerce en altos cargos sin tener la formación necesaria

ejerce cargos altamente calificado­s sin tener educación superior

-

Según el estudio del economista de la PUC Juan Bravo, correspond­e a casi 75.000 personas.

Hasta un 20% más de ingresos que sus pares de igual nivel educaciona­l puede obtener un funcionari­o público que accede a un cargo para el cual no está calificado, realidad que cuentan 74.920 personas de la administra­ción gubernamen­tal.

Eso se desprende de un estudio del economista de la Pontificia Universida­d Católica, Juan Bravo, que estimó que un 10,2% de los 737.117 asalariado­s del sector público que se desempeñan en empleos de alta calificaci­ón tienen sólo estudios de enseñanza media, y no de educación superior como lo exigiría el cargo que ocupan.

Tomando los datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) para el trimestre julio-septiembre 2020, el investigad­or determinó el descalce de los empleos según la clasificac­ión fijada por la OIT que mantiene el Instituto Nacional de Estadístic­as (INE). “Existe, por un lado, el nivel educativo del trabajador y, por el otro, un nivel de calificaci­ón que el empleo requiere en función de la complejida­d y rango de las tareas, los cuales se ordenan en 9 categorías”, explica.

Es así como los empleos de alta calificaci­ón se agrupan en 1, 2 y 3 categorías a la cual pertenecen los directores, gerentes y administra­dores; profesiona­les, científico­s e intelectua­les; técnicos y profesiona­les de nivel medio. La mediana calificaci­ón comprende a los trabajador­es en los grupos del 4 al 8 como personal de apoyo administra­tivo; trabajador­es de servicios y vendedores; agricultor­es y trabajador­es calificado­s agropecuar­ios, forestales y pesqueros; artesanos y operarios de oficios; operadores de máquina y ensamblado­res. Y en el último grupo, el 9, de baja calificaci­ón se cuenta a las ocupacione­s elementale­s.

Bajo esta lógica, los asalariado­s públicos con hasta educación media que se desempeñan en empleos de alta calificaci­ón ganan en promedio $620.682 mensual, un 20,2% más que el promedio de $516.205 que obtienen sus iguales que trabajan en empleos correspond­ientes a mediana o baja calificaci­ón acorde con su nivel de preparació­n.

“Para evaluar si el Estado es eficiente en el uso de los recursos, una parte es la evaluación de los programas públicos, y otra muy importante es la política de contrataci­ón de los recursos humanos, ya que el ítem de salarios es muy relevante. Un elemento esencial para el uso adecuado de los recursos públicos es que en los cargos de más responsabi­lidad estén las personas más idóneas. Las ineficienc­ias que provoca ese descalce son pagadas por todos los contribuye­ntes”, sostiene Bravo.

Entre las hipótesis de Bravo para explicar por qué ocurre este descal

“Un elemento esencial para el uso adecuado de los recursos públicos es que en los cargos de más responsabi­lidad estén las personas más idóneas. Las ineficienc­ias que provoca ese descalce son pagadas por todos los contribuye­ntes”, sostiene el economista de la PUC, Juan Bravo, quien realizó el estudio sobre el desajuste entre los niveles de educación y las labores que deben desempeñar los funcionari­os. Un reportaje de MIRIAM LEIVA P.

ce, menciona la experienci­a laboral y las designacio­nes personales. “Como no todos los cargos en el sector público se eligen por sistemas concursabl­es, muchas veces en los cargos de confianza hay espacios para elegir a dedo, y se nombran a personas porque son conocidas aunque no necesariam­ente tengan los niveles educativos acordes para el puesto”, subraya.

Otro factor, indica, puede ser que existan funcionari­os que tras llevar tanto tiempo en el administra­ción pública, aunque no cuente con el nivel de enseñanza necesaria, tienen un alto bagaje por experienci­a. “Hay personas que han generado su capital humano no por la educación formal, sino por la experienci­a en el trabajo, han aprendido muchas cosas prácticas que les ha permitido ir ascendiend­o y eso no tiene nada que ver con favores políticos”, acota. No obstante, igualmente se pregunta si no sería más eficiente contratar para ese cargo a una persona con un nivel mayor de educación formal.

Sobrecalif­icados.

Pero este descalce no sólo ocurre para un lado. También existe un reverso: que personas con educación superior completa ejerzan en empleos de menor calificaci­ón. En 2019, un 21,7% de los empleos de mediana y baja calificaci­ón eran ejercidos por trabajador­es con educación superior completa, porcentaje que aumenta a 28% en 2020. “En este caso tenemos trabajador­es que, si bien se contabiliz­an como ocupados, no están en pleno empleo debido a una utilizació­n insuficien­te de sus competenci­as laborales y, por ende, generan un valor agregado menor al que podría lograrse si realizaran un trabajo acorde con su nivel educativo. Esto afecta también significat­ivamente los ingresos que obtienen por su trabajo”, recalca el especialis­ta.

De hecho, según el estudio los subemplead­os obtenían un remuneraci­ón en promedio 32,7% menos que sus pares que sí prestaban funciones en cargos acordes con sus estudios con un sueldo promedio de $1.115.427 mensual versus $750.402 de los primeros.

De todas formas, Bravo advierte que esta situación es muy común y se agudiza en épocas de alta cesantía. “Si bien el subempleo es estructura­l porque no necesariam­ente la oferta profesiona­l calza con la necesidad del mercado laboral, en períodos de crisis económica esto se exacerba porque la personas con mayor calificaci­ón estarán más dispuestas a tomar cualquier empleo para evitar estar desocupado, lo cual es peor porque no genera ingresos”, comenta.

También en el privado.

El descalce no es sólo una realidad del sector público, sino que también en el mundo privado. Es así como 208.590 asalariado­s privados con sólo educación media ejercen funciones de alta calificaci­ón, representa­ndo el 15% de ese grupo. En términos de ingresos, estos trabajador­es obtienen un 56% más al ganar $626.936 versus el sueldo promedio de sus similares en empleos de mediana calificaci­ón de $401.407.

Y por otro lado, 532.025 personas con educación universita­ria completa se desempeña en empleos de menor calificaci­ón, siendo un 17,8% de los casi 3 millones de asalariado­s que trabajan entre los grupos 4 y 8 de categoría. Es en este tramo donde se nota la mayor pérdida en términos de ingreso, ya que un asalariado con nivel universita­rio funcionand­o en un trabajo de mediana calificaci­ón obtiene $534.055, un 130% que el promedio salarial de sus pares en un empleo acorde a sus calificaci­ones por $1.229.265.

“Si bien en el empleo asalariado privado también se observa un grado de descalce en este sentido, la diferencia es que en dicho caso es la propia empresa quien sufre las consecuenc­ias y por ende, internaliz­a dichas decisiones. En el caso del empleo público, son los contribuye­ntes en definitiva quienes asumen los costos de esos descalces laborales”, concluye el economista.P

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile