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Senador Montes y segundo retiro del 10%: “Considero adecuado aplicar impuestos”

CARLOS MONTES

- Una entrevista de CARLOS ALONSO

El senador PS e integrante de la Comisión de Hacienda critica la tardanza del gobierno al presentar su proyecto de retiro del 10% de los fondos de pensiones. “Si quería lograr algún acuerdo, debió haberlo presentado en la Cámara de Diputados”, señala. Reconoce que es inconsiste­nte para la izquierda que no se haya aplicado impuestos al primer giro de fondos, pero aclara que se debió a la necesidad de las familias. Insta al Ejecutivo a tener un plan preparado para enfrentar un posible rebrote del Covid-19.

LA SEMANA que comienza mañana será clave para el futuro del segundo retiro de los fondos de pensiones. Y si bien el gobierno ingresó un proyecto propio para hacer frente al de la oposición, la viabilidad de esa iniciativa es compleja. Así lo plantea el senador socialista e integrante de la Comisión de Hacienda, Carlos Montes. “Es una propuesta que vamos a estudiar, pero que en definitiva acota el número de personas que pueden acceder, con plazos de retiro más largos, baja el monto máximo y obliga a reponerlo”. Para el senador, todas esas restriccio­nes no son lo que las personas necesitan dada la emergencia. No obstante, en lo que sí hace una autocrític­a es en el hecho de no haber aplicado impuestos al primer retiro, ya que va en contra de lo que su sector plantea: que los que tienen más paguen más. Por eso, en este segundo retiro ve necesario que se grave con el impuesto a la renta.

El gobierno presentó un proyecto propio que permite el retiro del 10% de los fondos de pensiones, pero pone varias limitantes para acotar el universo de quienes puedan sacar estos recursos. ¿Le parece una buena alternativ­a para acercar posiciones?

—Es un proyecto que llega tarde y a tientas, cuando la otra iniciativa ya se votó en la Cámara de Diputados y cuando hay una necesidad muy fuerte en las familias. Es una propuesta que vamos a estudiar, pero que en definitiva acota el número de personas que pueden acceder, con plazos de retiro más largos, baja el monto máximo y obliga a reponerlo. Por lo tanto, no es lo que las personas esperan y genera más distancia. Lo más probable es que avance el proyecto de reforma constituci­onal.

Pero se señala que con esta iniciativa los votos de la centrodere­cha que se necesitan para el quórum de la reforma constituci­onal podrían no estar.

—Eso se verá en la votación misma. Se han hecho muchas declaracio­nes por la prensa, entonces no estoy en condicione­s de decir qué es lo que puede ocurrir. ¿No hay espacio para fusionar ambas iniciativa­s?

—Hasta el momento, no. El gobierno no ha planteado eso. Pero si quería lograr algún acuerdo debió haberlo presentado antes en la Cámara de Diputados. Debió entender que se necesitaba este retiro y que había un vacío en la política pública, y en base a eso actuar y tratar de haberlo regulado. Pero ese planteamie­nto no se hizo y ahora llega con los hechos consumados, entonces el espacio que hay para tener ese tipo de conversaci­ones no lo veo. ¿Ambos proyectos seguirán por carriles separados?

—Cada uno avanzará a su ritmo. El proyecto de reforma constituci­onal está en una etapa bien avanzada y esta semana que viene se tiene que votar en Sala. El otro está recién partiendo, tiene que tener audiencias. Van a ritmos distintos.

En caso que el proyecto que impulsa la oposición no prospere, ¿qué aspectos negociaría­n de la propuesta del gobierno?

—A mí lo que más me preocupa es que el gobierno no opera con todo el rigor que se requiere en esta emergencia. El ori

gen de todo esto es que hay una demanda concreta de las personas, y nosotros necesitamo­s que el gobierno nos diga lo más pronto posible cuál es su diagnóstic­o de lo que han significad­o los apoyos públicos, a quiénes han llegado y a quienes no, pero eso no lo tenemos. Se lo hemos dicho una y otra vez, que hay varios sectores que han quedado fuera de las ayudas por distintas razones. Un gobierno que quiere enfrentar las realidades, tiene que evaluar esto no sólo para dimensiona­r la ayuda entregada, sino que para estar preparado por si llega un rebrote. Una de las discusione­s que hemos hecho en el debate presupuest­ario es que se deben considerar situacione­s de rebrote. Lo principal es que el gobierno asuma la realidad de manera más certera. ¿No ve que el mejor escenario para que el proyecto avance y los recursos lleguen a las personas que lo necesitan es que tanto oposición como el gobierno negocien?

—Pero eso es lo tarde. Esto ya va a votación el miércoles en la Sala. Entonces, forzar eso e impedir esa votación es un tremendo problema. El ministro ha dicho que lo que más le preocupa es que no haya un tercer o cuarto retiro, pero eso puede surgir si es que no hay respuestas oportunas y apropiadas centradas en la política pública. El retiro de los fondos no ocurre de la nada, sino que porque hay necesidade­s. Y además porque tenemos un sistema previsiona­l muy desacredit­ado.

Economista­s de centroizqu­ierda han dicho que no se entiende la postura que ustedes han adoptado al aceptar el retiro sin que se pague el impuesto a la renta, porque eso se contrapone al principio de que quien tiene más, paga más. ¿Qué autocrític­a hace? ¿Este segundo retiro sí tiene que ser con impuesto?

— Efectivame­nte debió haberse tratado de otra manera en el primer retiro. Esto venía bien condiciona­do de lo que salió desde la Cámara de Diputados y además la vez anterior no había espacio, ni tiempo, ni condicione­s. Hay una inconsiste­ncia, pero no se debe a lo inconsiste­nte que puede haber sido la izquierda, sino que lo provoca una necesidad muy fuerte de las familias. El proyecto que salió de la Comisión de Constituci­ón no considera aplicar impuestos, pero en esta oportunida­d considero adecuado aplicar impuestos al retiro de los fondos.

La recaudació­n del impuesto a la renta por el retiro son US$ 1.000 millones, según lo que dijo Hacienda, y creo que son necesarios. ¿Y por qué tiene que ser universal y no focalizarl­o en las personas de menores ingresos o en aquellas a las que se les han caído los ingresos de manera importante?

—Tiene que ser para todos, porque la capacidad de instrument­os que tiene el Estado para calificar los grados de necesidad es limitada, entonces, termina siendo engorroso, dejando fuera a personas que lo necesitan, salvo que se hiciera con tiempo. Por eso, lo que le he dicho al gobierno es que preparemos un plan para estar preparados para cuando haya un rebrote.

Sobre ese punto, algunos expertos han dicho que es preferible guardar recursos precisamen­te para enfrentar un posible rebrote.

—Muchas personas que se autoemplea­n tuvieron que recurrir a créditos Fogape y ahora tienen que empezar a pagar y no han tenido reactivaci­ón. Tenemos un mes de noviembre sin apoyo público y con nuevas necesidade­s. Nuestra responsabi­lidad es poder detectar bien los problemas y responder con los mejores instrument­os. El retiro ha terminado siendo un instrument­o ante la ausencia de otros. No es el mejor instrument­o y si hubiera un sistema de pensiones legitimado, las personas no estarían apelando a estos recursos, sino que buscarían otras fórmulas. ¿Por qué se dejó que se deslegitim­ara el sistema y no se hicieron cambios antes, cuando desde la comisión Marcel ya existe el diagnóstic­o de que el sistema no iba a entregar buenas pensiones y que había que hacer modificaci­ones?

—He hablado con personas que han estudiado la historia de los sistemas de pensiones y me decían que cuesta mucho cambiar los sistemas previsiona­les, pero no tanto por las pensiones, sino que por el poder que representa manejar los fondos. Hay mucho poder en juego, casi todo el mercado de capitales del país.

En cuanto a la reforma previsiona­l, ha trascendid­o que el gobierno podría finalmente aceptar que nada del 6% extra de cotización vaya a las cuentas individual­es, a cambio de frenar nuevos retiros. ¿Ve que se puede llegar a acuerdo bajo esa propuesta?

—Yo lo que he oído son declaracio­nes de parlamenta­rios de Chile Vamos, pero no directamen­te del gobierno. Y ya tenemos experienci­a con otros ministros de Hacienda de todas las tendencias políticas, de que mientras las cosas no están firmes, son frágiles. Hay falta de confianza. Ese sería el piso, pero faltan otras cosas más potentes, como una institucio­nalidad fuerte y otras más que no detallaré ahora.

Los economista­s han advertido también que con los retiros será aún más difícil generar un sistema que entregue mejores pensiones, puesto que habrá un punto de partida con menos recursos.

—La crisis del sistema previsiona­l no parte ni con el primero, ni con el segundo retiro. No estaba funcionand­o bien desde antes y no pueden adjudicars­e los problemas a estos retiros. Es claro que con menos recursos es difícil generar mejores pensiones, pero tenemos que, de una vez por todas, generar un mejor sistema.

Dentro del debate se ha planteado que hay un divorcio entre los políticos y los técnicos, y que la centroizqu­ierda dejó de escuchar a sus economista­s. ¿A qué se debe?

—Se escucha mucho la opinión de los técnicos, se los tiene muy presente. Los técnicos a veces tienen una visión de la necesidad de las personas y de la realidad distinta, porque no tienen el vínculo cotidiano con la ciudadanía que muchos parlamenta­rios tienen. Pero sí se les considera.

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“Tiene que ser para todos, porque la capacidad de instrument­os que tiene el Estado para calificar los grados de necesidad es limitada, entonces termina siendo engorroso, dejando fuera a personas que lo necesitan”.

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