Sorpresas 2020 en el sector financiero
Es evidente que el sector financiero tiene un rol protagónico a la hora de determinar la hoja de ruta para el desarrollo en todos los países. Y en este año ese factor está claramente determinado por decisiones que se están tomando en el diseño de los planes de ayuda y reactivación a propósito de la pandemia. En paralelo a ello, y en algunos casos a raíz de la propia crisis, en todo el mundo se ha acelerado la incorporación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en ingles) a todo nivel de toma de decisiones. Se ha comprobado que dichos criterios aportan mayor resiliencia a las instituciones y esto se refleja en una mejor gestión del riesgo y, por lo tanto, mejor desempeño a todo nivel.
De hecho, el prestigioso Financial Times hace unas semanas titulaba “La mayoría de los fondos con criterio ESG rinden mejores resultados que el resto del mercado durante un periodo de 10 años”, haciendo referencia a que esta mirada impacta positivamente al desempeño empresarial, especialmente cuando viene como indicación desde las autoridades e inversionistas.
Por supuesto no basta con declarar el interés de operar bajo criterios ESG. Lo importante es aplicarlo concretamente en diversas prácticas medibles, trazables y reportables.
En ese sentido, uno de los ámbitos donde más hincapié se ha puesto, y que también ha adquirido prioridad den
PUNTO DE VISTA
GONZALO MUÑOZ
tro de las decisiones en materia ambiental durante este 2020, son los indicadores de gestión climática. Es así como las organizaciones vinculadas al grupo de trabajo global para el reporte y transparencia de los hitos relacionados con el clima en el ámbito financiero (TCFD por sus siglas en inglés), crecieron 85% en los últimos 15 meses. Incluso ya son muchos los estados, fondos de inversión y cadenas de valor, en las cuales la medición, gestión y reporte de riesgo climático se ha convertido en un ítem mandatorio y definido como material.
Si bien durante los últimos años en todo el mundo ha habido un gran despertar con respecto a la importancia de alinear las finanzas con los objetivos del Acuerdo de París, durante el 2020