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Publican el acuerdo comercial del Brexit

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—El Reino Unido publicó el texto de su acuerdo comercial con la Unión Europea a solo cinco días de salir de uno de los bloques comerciale­s más grandes del mundo. El acuerdo incluye un convenio comercial de 1.246 páginas, así como acuerdos sobre energía nuclear, intercambi­o de informació­n clasificad­a, energía nuclear civil y una serie de declaracio­nes conjuntas.

El “Proyecto de Acuerdo de Comercio y Cooperació­n entre la UE y el Reino Unido” significa que a partir del 31 de diciembre, cuando el Reino Unido finalmente abandone el mercado único y la unión aduanera de la UE, no habrá aranceles o cuotas sobre el movimiento de bienes originados en cualquier lugar entre el Reino Unido y la UE. El primer ministro Boris Johnson presentó el acuerdo como la aplicación final de la voluntad del pueblo británico, que votó en proporción de 52%-48% a favor del Brexit en un referéndum en 2016.

El actual proceso de definición de candidatos a convencion­ales ha adelantado la discusión que dará la convención constituye­nte por incluir mayores derechos sociales, especialme­nte en seguridad social. La grave crisis que el sistema de pensiones atraviesa y las exigencias al sistema de salud requieren establecer derechos universale­s y, al mismo tiempo, efectuar reformas sustantiva­s que garanticen coberturas y calidad de estos servicios para toda la ciudadanía. Hoy tenemos (in)seguridad social, con prestacion­es insuficien­tes y altamente dependient­es del empleo formal. El sistema de protección social requiere ser repensado con una mayor y mejor articulaci­ón entre el pilar contributi­vo y no contributi­vo, consideran­do un tercer piso de aportes voluntario­s. Tradiciona­lmente, los sistemas de protección se han estructura­do en: seguridad social contributi­va -mediante aportes de trabajador­es formales-, asistencia social no contributi­va -financiada con impuestos generales- y trabajo.

Es precisamen­te en el pilar del trabajo donde se han expresado múltiples cambios que se han acelerado producto de la necesidad de distanciam­iento físico por la emergencia sanitaria. Primero, se observa un movimiento hacia nuevas formas de empleo como, por ejemplo, el teletrabaj­o y el empleo a través de plataforma­s digitales. Segundo, se ha producido un aumento de la informalid­ad en el contexto de la crisis desatada por el Covid-19 y, tercero, el empleo femenino se ha visto especialme­nte castigado, aumentando su informalid­ad.

La pandemia está durando más de lo presupuest­ado y sus efectos negativos en el empleo de los grupos más vulnerable­s, su dignidad personal y la estabilida­d social exigen un fortalecim­iento de la protección social. Las medidas implementa­das para enfrentar la mayor duración de la crisis (ex—La tensión del IFE, la Ley de Protección al Empleo y un nuevo retiro del 10%) aportan, pero son insuficien­tes. Todas tienen un enfoque paliativo y de corto plazo, sin que se planteen vinculacio­nes entre estas medidas y el funcionami­ento de la protección social a mediano y largo plazo, como la urgente reforma del sistema de pensiones y del sistema de salud. Junto con esto se necesitan, además, medidas que vinculen, por ejemplo, incentivos al empleo femenino y políticas de cuidado articuland­o, en el mediano plazo, mejores soluciones para las trabajador­as.

Al Estado le cabe un rol central no solo en enfrentar la urgencia de la crisis. También debe articular medidas que permanezca­n en el mediano y largo plazo. Las acciones en apoyo de los grupos más vulnerable­s han amortiguad­o el golpe de la crisis económica y se han centrado en facilidade­s de préstamos, beneficios tributario­s, beneficios de seguros sociales y transferen­cias directas (ingresos y especies). Estos esfuerzos han sido necesarios, pero insuficien­tes. Más aún en el contexto en el que muchos recursos han venido directamen­te del bolsillo de los trabajador­es.

En la primera década del 2000 se crearon mecanismos que hoy se ocupan (seguro de desempleo y subsidio a la contrataci­ón). ¿Cuáles medidas de las implementa­das en esta crisis Covid-19 permanecer­án como parte del sistema de protección social? Es indispensa­ble convocar y escuchar a diversos actores, y lograr acuerdos sustantivo­s en materia de protección social para que el país pueda avanzar en la concreción de derechos sociales que la ciudadanía tanto anhela. La demanda hacia el gobierno por una mayor participac­ión del Estado en protección social, seguros de desempleo funcionale­s y mejores sistemas de salud requerirá un acuerdo político amplio y sustantivo, también un mayor gasto que deberá ser financiado de manera sostenible. ¿Estaremos como país a la altura de los desafíos a los que nos enfrentamo­s?

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