La imparable alza de la micromovilidad
Los dos retiros del 10% de las AFP, la reticencia a usar el transporte público y la creación de nuevos modelos de negocios, donde el delivery es clave, son los principales elementos que se conjugaron este año para que aumentara la venta de vehículos eléctricos, principalmente bicicletas, scooters y triciclos. Aquí cómo se fue dando este 2020 en materia de electromovilidad y cómo se viene el 2021.
gocio. “Claramente las ventas del e-commerce han aumentado mucho, pero no se comparan aún a las que teníamos en tienda (que han estado cerradas mucho tiempo), las que correspondían entre 30% a 40% del total”.
Pero ese panorama cambió con la primera entrega del 10% de la AFP, donde se produjo un peak en las ventas, ayudado tambien por los dos “cyber”, con un aumento de un 30% con respecto a este evento de e-commerce del año anterior. “Eso ha ayudado a paliar el efecto de no venir a la tienda, ya que a mucha gente le gusta la experiencia de ver el producto que va a comprar”, indica Doh
Por otro lado, el fundador de Movter estima que el aumento se debe claramente a que la gente no quiere andar por un buen tiempo en Metro o Transantiago, lo que se suma a un mejor clima para estar al aire libre. El producto que más vende esta empresa está cerca de los $350.000. Luego ya tienen otros de gama más alta que van desde los 650.000 “para un segmento que busca más potencia, autonomía y velocidad”, dice Doh.
Con respecto a la importación en un mundo bajo pandemia, el ejecutivo explica que la mayoría de las fábricas tuvieron retrasos con los materiales. “Al estar cerradas varios meses, se les acumularon muchas órdenes de todo el mundo. Nuestro país compite con Estados Unidos, Europa y muchos otros lugares y, claramente, las fábricas priorizan el tamaño de la orden. Por ejemplo, España (que está pasando un boom en la compra de scooters) pide como cien veces más que nosotros. Por último ha sido difícil conseguir el espacio en las navieras y el precio de los containers ha aumentado entre un 50% a 100%”.
El efecto última milla
En otro nicho, que está también en el área de la micromovilidad y toca levemente al segmento de los vehículos eléctricos, se encuentra Smart Cargo. Posee varias líneas de productos, pero con un fuerte foco en lo que se denomina “movilidad eléctrica liviana”, que corresponde a triciclos, motos y cuatriciclos o city cars, donde estos últimos parten en un poco menos de $3.000.000. La mayoría están pensados para el trabajo diario, como delivery o transporte de productos y no superan los 55km/h.
“Antes de pandemia vendíamos entre 30 a 40 vehículos mensuales. En un mes bueno, 50. Hoy estamos en más de 150 al mes. Incluso, ya vendemos todo bajo reserva”, indica Andrés Álamo, gerente general de Smart Cargo, y agrega: “La pandemia trajo una fuerte actividad de la última milla en delivery de productos, lo que claramente nos ayudó. Pero la mayoría de nuestros clientes no compra por un tema de sustentabilidad, sino por precio, ya que se reducen bastante los costos operacionales. Esto produjo un crecimiento tanto en el área de empresas como de muchos particulares que empezaron a montar sus negocios y reparto asociado. Fue realmente explosivo”. Incluso, muchos restaurantes han comprado estos vehículos para abaratar los costos que cobran las apps de última milla.
Con respecto a la movilidad personal, Álamo coincide que los scooter y bicicletas han aumentado bastante. “Pero definitivamente, lo que tuvo un alto impacto fue el 10% de las AFP, ya que muchos emprendedores vieron en la electromovilidad un nuevo modelo de negocio. De hecho, tengo v ndido todo lo que me llega al menos hasta febrero”, dice Álamo, quien también ha sentido el problema del alza de los fletes marítimos , “lo que va a remecer mucho el mercado en general”.P