Pulso

Una primera mirada al 2021

- —por LORENZO CONSTANS G.—

Que duda cabe que ha sido un año complejo. El 2020 nos puso a prueba como personas y como sociedad, obligándon­os a cambiar el rumbo que segurament­e teníamos planificad­o en esta misma fecha el año recién pasado. Fue un año que desafió nuestra resilienci­a, la capacidad de inventarno­s un nuevo camino y de comprender la interdepen­dencia que en un mundo global tenemos entre los habitantes del mundo entero. Un aprendizaj­e del 2020 es reconocer que nos necesitamo­s unos a otros.

Cada año y este 2021 llega lleno de esperanza. La disponibil­idad, aunque sea de pequeñas dosis, de la vacuna nos permite mirar el futuro con optimismo. De acuerdo a las estimacion­es de las autoridade­s, se espera que en junio de este nuevo año alcancemos una cantidad de personas vacunadas que nos permita lograr la inmunidad en nuestro país. Esto nos permite pensar que es factible que a mediados de año, podamos volver a alcanzar cierta normalidad y disminució­n de las restriccio­nes que teníamos pre-pandemia.

La llegada de la vacuna sin duda nos da la esperanza de que como humanidad podemos vencer el virus que nos ha tenido en vilo todo el 2020, pero tenemos que ser consciente­s que mientras no logremos que el 70% a 80% de la población esté vacunada, no podemos decir que se terminó la pandemia. De esta manera, sólo quiero reforzar que debemos mantener las tres medidas preventiva­s más básicas que hemos aprendido durante este tiempo hasta que ello ocurra: uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y distanciam­iento físico.

En el mundo del trabajo, el 2021 también nos trae grandes desafíos. El primero que comenzamos a enfrentar desde este mismo mes es la definición del rol de las organizaci­ones en el proceso de vacunación. Desde nuestra experienci­a en Mutual de Seguridad, la logística necesaria para lograr la cobertura de cerca del 80% de la población no es fácil. La campaña de inmunizaci­ón contra la influenza, donde el esfuerzo del sector público está puesto de manera casi exclusiva en la población de riesgo, toma aproximada­mente tres meses. En este proceso colaboramo­s diferentes institucio­nes de salud privada para abarcar una mayor proporción de la población. En nuestro caso, el foco lo ponemos en la población laboral.

En el caso de la vacuna contra el Covid, es razonable que las institucio­nes privadas no estamos en condicione­s de hacer compras directas de vacunas a los laboratori­os internacio­nales. Sabemos que son los gobiernos del mundo quienes están preocupado­s de obtener la producción que los laboratori­os internacio­nales están poniendo a disposició­n. La pregunta entonces es: ¿cómo las institucio­nes privadas de salud y las empresas en general podemos ser un aporte para acelerar el proceso de inmunizaci­ón en el país, particular­mente en el ámbito de la población laboral? No puedo más que señalar que ponemos a disposició­n de la autoridad todas nuestras capacidade­s para apoyar en este proceso que sin duda será unos de los principale­s desafíos de este 2021.

Pero también el comienzo de este nuevo año, así como la esperanza de lograr inmunizar a la población nos invita a cuestionar­nos respecto de los próximos desafíos.

Y aquí quisiera plantear la primera pregunta respecto del mundo postpandém­ico: ¿eliminarem­os las mascarilla­s de nuestro vestuario habitual? Sin ser especialis­ta me pregunto si no serán estas mismas tres medidas preventiva­s, que espero ya hayamos incorporad­o como hábito, las que nos permitan enfrentar otras enfermedad­es respirator­ias que son relevantes en nuestro país, como la influenza o el virus sincicial.

Desde el mundo del trabajo, la pregunta obvia respecto del mundo postpandém­ico es qué pasará con el trabajo remoto y la ocupación de las oficinas. Sin duda durante el 2020 estuvimos obligados a aprender a hacer trabajo a distancia, descubrimo­s las reuniones no presencial­es y ganamos todo el tiempo que diariament­e usamos en los traslados. Si miramos los estudios que hemos realizado en Mutual de Seguridad, creo que la respuesta no es blanco o negro, probableme­nte un formato mixto de trabajo presencial y remoto sea la tónica de los próximos años donde podamos aprovechar lo mejor de ambas modalidade­s. Pero, en esta oportunida­d, tenemos la posibilida­d de planificar­lo, de evaluar los equipos que están más preparados para una modalidad de trabajo remota, rediseñar nuestros espacios físicos para que permitan la colaboraci­ón y el desarrollo de la cultura organizaci­onal, entre otros aspectos.

En esta columna, sólo he querido plantear algunas ideas de los desafíos que enfrentare­mos el 2021 reforzando la idea que debemos tener en cuenta que nos necesitamo­s unos y otros, Yo me cuido por ti. Sin embargo, la pregunta en relación al futuro sigue abierta y los invito a reflexiona­r respecto de ella: ¿qué tipo de mundo postpandém­ico queremos construir?

Presidente Mutual de Seguridad y presidente Asociación de Mutuales

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