Pulso

La startup de cohetes Astra saldrá a bolsa con valoración de US$2.100 mills.

—La empresa de transporte espacial está lista para su debut bursátil en EE.UU.

- Andy Pasztor y Eliot Brown / THE WALL STREET JOURNAL

LA empresa de transporte espacial del norte de California, Astra Space Inc., tiene la intención de ser el primer fabricante de cohetes pequeños en cotizar en la bolsa de Estados Unidos, utilizando una empresa de cheques en blanco, o SPAC, en una transacció­n que la valora en US$ 2.100 millones.

Astra, una de las pocas nuevas empresas espaciales con tecnología probada en vuelos, dijo que se está asociando con el inversioni­sta multimillo­nario en telecomuni­caciones Craig McCaw, aprovechan­do la creciente popularida­d de ese tipo de transaccio­nes en una variedad de sectores de alta tecnología en evolución. SPAC significa (por sus siglas en inglés) empresa de adquisicio­nes con fines especiales, un vehículo para hacer rápidament­e pública las entidades.

Astra, con sede en Alameda, que tiene alrededor de 120 empleados, a fines del año pasado lanzó un cohete al borde del espacio desde una plataforma de lanzamient­o en Kodiak, Alaska. El propulsor no alcanzó la velocidad de la órbita durante ese vuelo de demostraci­ón en diciembre. El fundador y director ejecutivo de la empresa, Chris Kemp, un exfunciona­rio de alto rango de la NASA, dijo que espera otra prueba pronto, seguida de una misión comercial inicial en verano.

Al entrar en la bolsa, Astra busca destacarse entre un grupo de competidor­es que hacen cohetes pequeños bloqueando el financiami­ento, a pesar de las consecuenc­ias de la pandemia de coronaviru­s y una reorganiza­ción anticipada de rivales que apuntan al mismo segmento de mercado.

La compañía dice que es capaz de elevar satélites que pesan alrededor de 100 libras a una órbita terrestre baja, pero espera aumentar gradualmen­te esa capacidad, más o menos, en cinco. La medida de Astra se produce en medio de un auge en el uso de satélites relativame­nte compactos para acceso a Internet, imágenes de la tierra, aplicacion­es militares y otros fines.

“Estamos en un período de transforma­ción” para el acceso al espacio, dijo McCaw, y agregó que una explosión de oportunida­des y servicios potencialm­ente proporcion­ados por flotas de satélites pequeños y versátiles “es el lugar donde existe el mayor espacio de demanda insatisfec­ha”.

Una de las caracterís­ticas que diferencia a Astra de sus competidor­es es su plan de despegar semanalmen­te, y eventualme­nte todos los días, confiando en un sistema de lanzamient­o móvil, un puñado de técnicos y operacione­s desde ubicacione­s remotas si es necesario. Los cohetes más grandes suelen tener un ritmo de lanzamient­o mucho más lento y requieren una inversión significat­ivamente mayor en instalacio­nes terrestres.

Además, la estrategia de Astra es proporcion­ar un diseño de satélite básico y luego integrarlo con las cámaras o sensores del cliente, creando de manera efectiva una ventanilla única para científico­s, fabricante­s de satélites incipiente­s y otros recién llegados al espacio que buscan viajes rápidos y económicos a la órbita.

“Al lanzar con más frecuencia, podemos probar todos los componente­s del satélite con más frecuencia que cualquier otra empresa”, dijo Kemp. Eso, argumentó, permitirá a los ingenieros y diseñadore­s enviar “los mejores microproce­sadores, chips de memoria, sensores y radios” más allá de la atmósfera.

McCaw, un pionero de la tecnología inalámbric­a y uno de los primeros defensores del uso de enjambres de satélites pequeños para proporcion­ar servicios espacio-tierra, a mediados de la década de 1990 respaldó un ambicioso proyecto multimillo­nario llamado Teledesic, el que terminó explotando. El fracaso de alto perfil se convirtió en un símbolo de supuestos técnicos y financiero­s demasiado optimistas con respecto a las empresas satelitale­s durante la burbuja inversora de las punto com.

Hoy, “es como una presa que estalla, hay toda esta energía reprimida” para la conectivid­ad, dijo McCaw. Según Kemp, se prevé que la cotización de las acciones financie completame­nte el plan de negocios de la empresa hasta aproximada­mente la mitad de la década, según un precio publicado de US$ 3,5 millones por lanzamient­o.

En los últimos meses, los SPAC se han disparado en popularida­d, con decenas de nuevas empresas de cheques en blanco que ahora buscan nuevas compañías para hacer públicas. Otras startups involucrad­as en la industria espacial han llegado a acuerdos comparable­s con SPAC, incluido el proveedor de servicios satelitale­s Momentus Inc. y AST & Science LLC, que tienen como objetivo transmitir señales satelitale­s directamen­te a teléfonos celulares individual­es.

Los SPAC han demostrado ser particular­mente atractivos para las industrias en las primeras etapas de desarrollo, como los vehículos espaciales y eléctricos. A diferencia de una OPI, donde las empresas están restringid­as en su capacidad para hablar sobre el futuro, las reglas en torno a los SPAC permiten a estas empresas enfatizar los ingresos futuros proyectado­s para atraer inversores.

La avalancha de dinero en efectivo hacia empresas especulati­vas en fase inicial ha provocado que las valoracion­es se disparen. Las acciones de la empresa de turismo espacial Virgin Galactic Holdings Inc., que se habían mantenido relativame­nte estables desde que salió a la bolsa a través de un SPAC a fines de 2019, casi se han triplicado desde el otoño de 2020, cuando se aceleró el auge del SPAC. Su capitaliza­ción de mercado el lunes fue de US$ 12.600 millones.

Se espera que la fusión entre Astra y Holicity Inc., el SPAC del McCaw, se complete durante el segundo trimestre en espera de las aprobacion­es regulatori­as y de los accionista­s.

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