Pulso

El pequeño mercado de ventas cortas que hace inviable el caso GameStop en Chile

- MAXIMILIAN­O VILLENA

Para invertir en este instrument­o hay que ser agresivo y tener capital. Corredoras exigen pisos de hasta $ 250 millones. Su desarrollo en Chile es mínimo. Un ejemplo: el jueves de esa semana se transaron en venta corta el equivalent­e al 2% del volumen diario en Bolsa. El stock actual de acciones “en arriendo” llega a unos US$ 60 millones en la plaza santiaguin­a.

—Si los inversioni­stas creen que la bolsa va a subir, entonces comprarán acciones. ¿Pero qué pasa cuando estiman que va a caer? Eso es justamente parte de la explicació­n para el fenómeno de GameStop en EE.UU., que al menos durante la semana pasada dejó de rodillas a Wall Street. La cadena de venta de videojuego­s había sufrido momentos complejos en los últimos años ante el avance del comercio electrónic­o, pero sus resultados fueron presionado­s aún con mayor intensidad durante la pandemia. Ello llevó a que algunos fondos de EE.UU. apostaran a que la acción de la cadena caería mediante lo que se denomina ventas cortas.

Las ventas cortas, en sencillo, implican que un inversioni­sta arrienda una acción a otro inversioni­sta por un período de tiempo, a cambio del pago de una comisión más una prima. ¿Cómo gana? Vende la acción en el mercado y la recompra después, en una fecha prefijada, para devolverla al arrendador. Como el inversor prevé que el precio de esa acción bajará, gastará menos cuando la compre. Y ganará la diferencia (ver glosario).

Sin embargo, esas apuestas no gustaron a un grupo de pequeños inversioni­stas que, a través de un foro en la plataforma Reddit, acordaron realizar compras masivas para elevar el precio del papel. Así, la acción de GameStop pasó de US$ 17 a más de US$ 350 en cosa de días, llevando a los fondos que apostaron en contra a registrar fuertes pérdidas. mercado es pequeño. Actualment­e, el stock de acciones arrendadas para realizar ventas cortas es de $ 44.511 millones (unos US$ 60 millones), lejos de los $ 120.000 millones que se registraba­n en el mismo mes del año pasado, y aún así el volumen no siempre llega a presionar los precios suficiente­mente.

A modo de ejemplo, las acciones en ventas cortas en SQM-B llegaron a $ 11.649 millones el viernes, el 0,24% del valor de dicha serie. Otro ejemplo: el jueves, un día normal en la bolsa, las transaccio­nes en acciones sumaron $ 72.291 millones, y las operacione­s de ventas cortas, poco más de $ 1.498 millones. Es decir, una cifra que equivale a poco más del 2% del total.

Y pocas veces se alcanzan volúmenes grandes, y no necesariam­ente en Chile. Un corredor de bolsa apunta que uno de esos casos excepciona­les ocurrió a en enero de 2019, pero fuera de Chile. En ese momento, las apuestas en contra del ADR de SQM, es decir con papeles que transan en EE.UU., llegaron a 12,8 millones, equivalent­e al 4,8% de la propiedad de la empresa. En ese momento las perspectiv­as del litio no eran tan buenas como hoy, pues las apuestas en contra de Albemarle equivalían al 10,5% de la empresa.

Francisco Errandonea, socio de Focus Capital, comenta que “son pocos los que participan en el mercado de ventas cortas en Chile, en general las posiciones son relativame­nte pequeñas, creo que hoy no hay títulos con ventas cortas superiores a los US$ 20 millones. Es un producto bien limitado, ya que técnicamen­te hay una deuda, el que contrata la venta corta tiene que devolver la acción prestada en un plazo y eso involucra tener garantías que se van actualizan­do diariament­e. Por temas de riesgo y operacione­s no es un producto que las corredoras hagan masivo”.

En Chile, no todos pueden participar en este mercado. La normativa exige un cuestionar­io por parte de las corredoras a clientes respecto de su tolerancia al riesgo, y si ese perfil, por ejemplo, lo califica como conservado­r, entonces generalmen­te las intermedia­rias no ofrecen dicho producto. Y, en algunos casos, sólo es para clientes calificado­s, con patrimonio­s de al menos UF 10.000 y que realizan constantem­ente operacione­s financiera­s.

Además, se suman requisitos de montos mínimos. Por ejemplo, la corredora del Santander, según su página web, exige un piso de $ 250 millones, mientras Inversione­s Security, $ 50 millones.

Aún así, tampoco se pueden realizar sobre cualquier acción. La normativa bursátil señala que se pueden realizar sólo sobre aquellos papeles con una presencia bursátil superior al 25%. Hoy, solo 61 acciones cumplen ese requisito. Y para las que no, las garantías –porque al realizar estas operacione­s las corredoras exigen dejar otros papeles en garantía- deben ser del 100% del valor de la operación.

Eso, además de la comisión de la corredora, y la tasa de interés que cobra el arrendador, que se sitúa entre 0,1% y 0,3% mensual del valor de la acción arrendada.

GAMESTOP. Las apuestas en contra no les gustaron a los jóvenes inversioni­stas de Reddit, que se volcaron a las bolsas a comprar acciones en masa. El alza llevó a que muchos fondos perdieran cuantiosos recursos, justamente porque las garantías deben cubrir su posición para asegurar a quien les arrendó las acciones de que cumplan con sus compromiso­s.

¿Puede ocurrir algo así en Chile? Según Eduardo Muñoz, presidente de Nevasa y vicepresid­ente de la Bolsa de Santiago, “acá es difícil que ocurra porque no hay mercado de opciones (financiera­s) y por lo tanto, no hay altos apalancami­entos. Al final, son simultánea­s al revés: pides acciones prestadas y las vendes, pero debiste garantizar­las, y todas”.

A su juicio, de hecho, las actuales restriccio­nes a estas operacione­s en el país son positivas. “Es sano el mercado de las ventas cortas, todo está en las normas de control de riesgos y en especial, de las opciones (financiera­s). Las opciones tienen apalancami­ento implícito y por eso pueden golpear muy fuerte,

para bien y para mal. Los brokers también están afectos a riesgos de sus contrapart­es, clientes y otros brokers, debiendo tener que cubrir eventuales posiciones insolutas. En resumen, la alta palanca conlleva altos riesgos”, dice Muñoz.

Para Errandonea, en el mercado debieran existir más inversioni­stas dispuestos a arrendar –uno de los problemas que otros intermedia­rios señalan-, pero “debiera estar limitado a pocos inversioni­stas. por la operativa y los riesgos que involucra”.

En todo caso, a su juicio la probabilid­ad de un GameStop en Chile es baja. “El stock de ventas cortas en ese caso fue más que el 100% de las acciones emitidas, acá creo que la que más tiene está muy por debajo del 1%; no hay ventas cortas en acciones ilíquidas ( como es GameStop en EE.UU.); y tampoco hay un mercado de derivados muy accesible, por ejemplo, de opciones de compra, que amplificó el efecto allá”, sostiene. Ⓟ

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