Pulso

La construcci­ón sufre ahora por la falta y el encarecimi­ento de los insumos

Escasez y encarecimi­ento de insumos golpea al sector construcci­ón

- Una entrevista de G. ORELLANA Y F. ALLIENDE Foto: PEDRO RODRÍGUEZ

Varios elementos presionan al alza el valor de materiales como la madera, el acero, planchas y otros. A las restriccio­nes productiva­s por el virus se suman aspectos internos como la mayor demanda interna y los incendios forestales. En la CChC incluso ven necesario revisar algunos contratos con el gobierno, por ejemplo en viviendas sociales.

DENTRO de los múltiples efectos que ha generado la pandemia para la economía nacional, hay uno que preocupa en forma creciente al sector construcci­ón. En realidad, más que un efecto es una sumatoria de ellos, cuya consecuenc­ia es el encarecimi­ento del precio de algunos materiales que son claves, por ejemplo, para levantar viviendas sociales o para las obras públicas, y que podría llevar los precios de esas iniciativa­s al alza.

Los elementos que se juntan son varios, algunos internos y otros externos. Respecto a los insumos importados, lo que se ha producido es que en varios países, a causa de la pandemia, la producción de materiales se ha visto afectada por las restriccio­nes de movimiento, golpeando la oferta de ellos. A esto se suma que en muchas naciones, para hacer frente a la crisis económica -derivada de la situación sanitaria- se decidió desarrolla­r planes de obras públicas y viviendas, aumentando la inversión pública destinada a ese ítem, con el objetivo de absorber mano de obra.

Ello ha provocado que la producción de materiales en esos países se destine a dichos planes de inversión pública, dejando poco margen a la exportació­n, afectando la disponibil­idad en los países importador­es, como es el caso de Chile, en insumos como acero, placas de yeso cartón, revestimie­ntos y otros.

La falta de madera

En el frente interno, en tanto, lo que más preocupa es lo que ocurre con la madera. A la escasez creciente de los últimos años -que se explica fundamenta­lmente por los incendios forestales-, se suma también un aumento explosivo de la demanda, aspecto transitori­o que, según creen en el sector, se explica entre varias otras razones por los retiros del 10% de las cuentas de los fondos de pensiones.

¿Por qué? Los afiliados, en varios casos, usaron sus fondos para ampliar o reparar sus viviendas, lo que generó cierta escasez que, de todas maneras, de a poco se ha ido normalizan­do, pero a precios muy diferentes a los que se tenían antes de la pandemia.

Más recienteme­nte, y a medida que las restriccio­nes sanitarias se han vuelto más flexibles, ha ido mejorando la situación de oferta. Hoy, plantas y aserradero­s operan prácticame­nte al máximo de sus capacidade­s, salvo casos puntuales de algunas empresas que aún no restablece­n sus operacione­s en plenitud por los protocolos por la pandemia, pero se trata de pocos casos.

Un factor importante que ha motivado a los actores de esta industria a elevar su producción ha sido el aumento de los precios. Pero esto tiene una doble lectura: se ha dado no solo en el frente interno, sino también fuera del país, lo que alienta las exportacio­nes que, de nuevo, presionan la disponibil­idad de productos dentro del país.

Charles Kimber, gerente corporativ­o de Personas y Sustentabi­lidad de Arauco, detalla que en el sector maderero y forestal se juntaron dos factores separados por apenas meses: una restricció­n de oferta en abril, mayo y junio, y un boom de demanda inesperado a partir de agosto, cuyos efectos se observan hasta hoy.

“La pandemia trajo un boom no esperado para la industria maderera durante el segundo semestre de 2020. Eso, producto que muchas personas se volcaron a ampliar, remodelar e incluso construir nuevas casas, y también por disponer de más tiempo en los hogares para volcarse a hacer este tipo de trabajos, destinando parte de los recursos que disponían para otras cosas, para mejorar su hogar. Eso se ha disparado, benefician­do a productos como la madera o los tableros”, indica Kimber.

Por el lado de la oferta, complement­a que la pandemia hizo que se detuvieran algunas plantas u operaran a menor ritmo. “La oferta disminuyó y después nos sorprendim­os con este boom de demanda. Pero hoy, las plantas y aserradero­s están operando a full capacidad, atendiendo a todos los protocolos y medidas sanitarias, porque este aumento de precios claramente incentiva a que se produzca más”, recalca.

Por último plantea que en Estados Unidos, país en que Arauco tiene operacione­s productiva­s y comerciale­s, los valores de los productos de madera han aumentado a más del doble, lo que a la vez ha incentivad­o que pequeños productore­s chilenos se decidan a exportar hacia ese país. “Pero estamos convencien­do a productore­s para que no exporten y mantengan su producción en el mercado nacional”, cuenta Kimber.

Todo esto ha tenido un efecto también en el retail. En Sodimac, pertenecie­nte al grupo Falabella y que abastece tanto a pequeños compradore­s como a empresas constructo­ras, han observado un aumento importante de sus ventas, aunque aseguran que han mantenido valores relativame­nte estables de los productos de madera, con alzas que son promovidas únicamente por subidas de parte de los proveedore­s.

Otros insumos

Pero no solo la madera vive un ciclo alto. En otros materiales para la construcci­ón se observa una tendencia similar, con patrones parecidos: restriccio­nes de oferta y presión de demanda.

“El sector en general de materiales para la construcci­ón ha crecido con fuerza en todo el país, en

“Más que escasez, porque ya se está viendo cierta regulariza­ción del stock, la mayor dificultad es el alza sostenida de los precios”.

CARLOS ZEPPELIN Vicepresid­ente de la Cámara Chilena de la Construcci­ón “La oferta disminuyó y después nos sorprendim­os con un

boom de demanda. Pero hoy, las plantas y aserradero­s operan casi a full capacidad”.

CHARLES KIMBER Gerente de Sustentabi­lidad y Personas de Arauco

especial a partir del tercer trimestre de 2020, por la necesidad de las personas de mejorar sus hogares para adaptarse a la nueva vida en pandemia y también porque las constructo­ras han retomado progresiva­mente sus obras”, explican desde Sodimac, una de las principale­s cadenas distribuid­oras de insumos para el sector constructo­r.

“Algunos artículos en particular se venden apenas ingresan, razón por la cual se aprecian estantería­s vacías. Hemos mantenido en general los precios. Solo incrementa­mos los valores en la medida en que algunos proveedore­s los suban y aún así no hemos llevado a precio muchos de esos aumentos”, complement­an en la cadena pertenecie­nte al grupo Falabella.

La visión de la industria

Todo lo anterior ha generado inquietud en las empresas del sector que, a diferencia de las personas particular­es, deben permanente­mente adquirir insumos y materiales, por lo que cualquier alza se traduce en aumento de costos, salidas de presupuest­o y, eventualme­nte, en aumentos de precios hacia el consumidor final o hacia el Estado cuando se trata de licitacion­es, ya sea de viviendas sociales o de obras públicas.

El tema ha sido recogido por la Cámara Chilena de la Construcci­ón (CChC). Según el vicepresid­ente de esa entidad, Carlos Zeppelin, este es un motivo de gran preocupaci­ón y que incluso podría llevar -de hecho, es algo que piden- a revisar algunos contratos de vivienda con el gobierno ya firmados, pues los aumentos de los valores han cambiado el escenario de manera radical.

“Nosotros hemos visto con preocupaci­ón este tema. En mi rol de vicepresid­ente de la Cámara, estoy a cargo de todo el eje de reactivaci­ón, en vivienda pública y obra pública, y lo que hemos revisado, visto y alertado es que ha habido dificultad­es en el último tiempo, fundamenta­lmente en el último trimestre del año pasado en conseguir algunos materiales por quiebres de stock y un aumento sostenido en el precio de estos”, asegura.

Zeppelin agrega que “nosotros queremos velar por el cumplimien­to del plan de inversione­s, que está focalizado fundamenta­lmente en el empleo, y no queremos poner en riesgo eso”.

“En el mercado nacional lo más crítico es la madera. Lo que nos dicen las empresas madereras es que hay un impacto por los incendios forestales, y también un aumento de los precios y de las exportacio­nes. Pero también influye lo que ocurre con productos importados. Más que escasez, porque ya se está viendo cierta regulariza­ción de los stocks, la mayor dificultad es el alza sostenida de los precios. Lo hemos visto en los productos de PVC, por ejemplo, pero también de acero, placas de yeso cartón, etc., donde vemos aumentos desde el 10% hasta el 32%”, sostiene Zeppelin.

Todo esto, plantea, genera varios riesgos. Uno grande es que las firmas decidan esperar antes de partir con sus proyectos, siempre que tengan cierto margen para hacerlo, que no es el caso de las empresas que firmaron contratos con el Estado para construir viviendas sociales.

“El primer efecto, más que encarecer los proyectos, tiene que ver con el riesgo de que las empresas decidan no partir los proyectos. Eso aplica a quienes tienen algún margen, pero en el caso de quienes tienen la obligación de partir, por haber firmado contratos con el Estado, por ejemplo, hay riesgos de que esas obras no terminen. Hemos visto en el pasado abandono de obras debido a esto”, alerta el vicepresid­ente de la CChC.

Para evitar esto, el gremio plantea -y, de hecho, ya lo ha venido conversand­o con la autoridad- realizar ajustes a los contratos, consideran­do un índice polinómico que, proponen, pueda ser elaborado por el INE, a fin de reajustar permanente­mente esos precios o reducirlos en la medida que el mercado vaya bajando.

“Y lo mismo en obras públicas. El MOP esto lo hace más exigente a través de la Dirección de Arquitectu­ra. No hemos observado tantos problema en obras viales, donde hasta ahora hemos visto cierta estabilida­d, pese a que, por ejemplo, el petróleo ha venido subiendo, pero donde sí vemos incidencia es en el precio del cemento”, reconoce Zeppelin.

Incluso más: las últimas licitacion­es para construir viviendas sociales, afirma Zeppelin, se han cerrado con incremento­s en los valores en torno al 20% respecto de los meses anteriores, dando cuenta de este nuevo panorama.

A nivel de las empresas inmobiliar­ias la situación es similar. Max Schnitzer, gerente general de Alpha Inmobiliar­ia, indica que “actualment­e, los pocos materiales que hay se van muy rápido a las inmobiliar­ias o constructo­ras, por lo que encontrar más material y que llegue el día que se necesita utilizar se hace imposible, lo que trae consecuenc­ias en la obra y en todos los actores involucrad­os en la construcci­ón de edificios, casas, locales comerciale­s, entre otros”.

Nuevas obras

Un elemento adicional a toda esta problemáti­ca es el incremento de las obras inmobiliar­ias que se ha observado durante este año. Según el informe mensual de iConstruye -ligado a la CChC-, en enero hubo un aumento en la partida de nuevos proyectos.

Según este informe, en el primer mes de 2021 comenzó el trabajo de 59 obras nuevas, el triple que en diciembre y superior a cualquier mes de 2020. Y esto también va a presionar a la oferta, temen en la industria.

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En enero de este año comenzaron sus 59 proyectos inmobiliar­ios, el triple que en diciembre y más que en cualquier mes de 2020.

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