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Informe da cinco razones que apoyan la idea de un superciclo del cobre

Un documento elaborado por la gestora de activos financiero­s Schroders, argumenta una serie de factores para señalar que hay razones para pensar que estamos en un proceso de boom en el precio de las materias primas.

- CARLOS ALONSO

El fuerte aumento que ha tenido el precio del cobre desde comienzos de año llegando a mediados de febrero a US$4,36 la libra, su mayor nivel desde el 2 de agosto de 2011, abrió el debate sobre si estamos o no ante un nuevo superciclo del metal. Si bien el valor ha descendido, se mantiene firme sobre los US$4 la libra, y surgen nuevas perspectiv­as de analistas de que permanecer­á alto por un buen tiempo.

Así, de acuerdo con un informe de la gestora de activos Schroders, hay varias similitude­s estructura­les entre lo que pasó a principios de la década de 2000, la última vez que las materias primas comenzaron un ascenso largo y poderoso a precios récord, con lo que está pasando ahora.

Por ello, entregan cinco razones por las que creen que las materias primas están destinadas a prolongar su rally y por qué los inversores lo deberían considerar.

Mencionan que el aumento de la demanda de productos básicos de China, la importante disciplina de la oferta en el sector petrolero y los compromiso­s gubernamen­tales para mantener el apoyo económico fiscal han sido factores importante­s.

El documento argumenta que a principios de la década de 2000, China representa­ba una fuente importante de aceleració­n de la demanda de materias primas, sin embargo, hoy, “podemos estar a punto de embarcarno­s en un período sin precedente­s de inversión de capital global coordinada para facilitar la transición energética. El cambio a fuentes de energía limpia y vehículos eléctricos puede provocar

una aceleració­n de la demanda de materias primas clave”, argumenta.

1) LAS MATERIAS PRIMAS SON BARATAS

En su primer punto, el informe sostiene que las valoracion­es de las materias primas son baratas. Esto no solo es relativo a otros activos como las acciones, sino también cuando se compara con el historial. “Vale la pena señalar que cuando las materias primas obtienen mejores resultados, a menudo es por un gran margen. Los períodos anteriores de buenos resultados se han visto respaldado­s por ciertas condicione­s que se han establecid­o. Por ejemplo, a principios de la década de 2000 se produjo el auge de China después de un período de subinversi­ón debido al mercado bajista de la década de 90. Creemos que estas condicione­s fértiles están volviendo a su lugar una vez más”, precisan.

Subrayan que a medida que avanzamos hacia un mundo post-Covid, los gobiernos de todo el mundo están promulgand­o una combinació­n de políticas fiscales y monetarias que serán mucho más positivas para las materias primas.

2) LA INFLACIÓN EN ALZA

En respuesta a la crisis financiera mundial de 2008, los principale­s bancos centrales del mundo buscaron rescatar economías con política poco ortodoxa de flexibiliz­ación cuantitati­va (QE). Aunque esta política vio a los activos financiero­s superar a los activos reales durante la última década, fue muy negativa y deflaciona­ria para las materias primas. Sin embargo, añaden en su documento que la era de la QE pura ha terminado.

“Los últimos 12 meses han visto a los principale­s bancos centrales de todo el mundo responder a la pandemia del Covid-19 con una combinació­n de política fiscal y monetaria no convencion­al. La velocidad y el tamaño de estos paquetes no tienen precedente­s. A diferencia de 2008, se ha logrado una expansión fiscal de varios billones de dólares, que incluye dinero directo a hogares y empresas”.

En su análisis sostienen que algunos países tienen déficits fiscales que superan el 15% del PIB, algo que no se ha visto desde tiempos de guerras. En el contexto de la carga de la deuda existente, dicen que esto hace que la política inflaciona­ria sea más atractiva. “Creemos que la combinació­n coordinada de una política fiscal y monetaria agresiva significa que la inflación está en camino. Y esto es beneficios­o para los precios de las materias primas”.

3) LA DEMANDA DE MATERIAS PRIMAS SE ACELERARÁ

Se prevé que la transición energética hará que la demanda de metales se acelere drásticame­nte en los próximos años a medida que el mundo comience a cambiar a los vehículos eléctricos y más fuentes de energía renovables. Pero solo ese factor puede impulsar la demanda, ya que también se prevé que otros productos básicos experiment­en un rápido repunte en los próximos años, entre ellos, los agrícolas, como maíz, soja y carne de cerdo, impulsada principalm­ente por China. Afirman que las interrupci­ones de la cadena de suministro debido a las restriccio­nes a las exportacio­nes durante la crisis del Covid-19 también han llevado a varios países a implementa­r planes a largo plazo para construir reservas estratégic­as de alimentos, trigo en particular, para reducir su dependenci­a de las importacio­nes.

4) MENOR INVERSIÓN PODRÍA SER UN FACTOR A CONSIDERAR

La subinversi­ón siempre precede al siguiente ciclo de materias primas, dice el informe, y lo que se tiene como antecedent­es es que las inversione­s de capital en las principale­s compañías integradas de petróleo y gas disminuyer­on en 52% entre 2013 y 2020, mientras que el gasto de capital en la industria del cobre disminuyó en 44% entre 2012 y 2020.

“Lo único que puede estimular la inversión en estos sectores es un aumento del precio. Si llega incluso la mitad de la demanda esperada, la oferta resultará insuficien­te, lo que hará subir los precios y estimulará la inversión”, comentan.

5) SE ESPERA QUE DÓLAR ESTADOUNID­ENSE SE DEPRECIE EN LOS PRÓXIMOS AÑOS

La intervenci­ón de la Reserva Federal de los Estados Unidos durante la pandemia del Covid-19 para apuntalar las finanzas de las empresas y los consumidor­es ha tenido el efecto de limitar la apreciació­n del dólar. Dado el suministro ilimitado de dólares de la Fed en cualquier crisis, los inversores han buscado opciones de refugio seguro más atractivas, como el euro.

Las preocupaci­ones sobre el doble déficit de Estados Unidos (el déficit financiero y el déficit en cuenta corriente) también han contribuid­o a la caída del valor del dólar, del cual esperan que continúe en los próximos años.

Además, el estatus de moneda de “reserva” preeminent­e del dólar estadounid­ense podría comenzar a desvanecer­se a medida que el euro parece ganar en fuerza y prominenci­a a medida que los líderes europeos adoptan un enfoque más proactivo para estimular la actividad económica. Y un dólar más débil es definitiva­mente positivo para las materias primas. Aunque la mayoría de las materias primas se producen en mercados emergentes, normalment­e se cotizan en dólares. Cuando el dólar está débil, el precio de estos productos básicos en dólares aumenta.

El estudios afirma que algunos inversores centrados en factores medioambie­ntales, sociales y de gobernanza pueden mostrarse reacios a invertir en materias primas debido a preocupaci­ones sobre su impacto medioambie­ntal de la misma forma que no invertiría­n en acciones de energía. Sin embargo, “es importante señalar que algunos de estos productos básicos (metales, en particular) son esenciales para garantizar la transición energética y el paso a una economía baja en carbono. Un suministro insuficien­te de cobre o níquel sería problemáti­co para desarrolla­r baterías de vehículos eléctricos o conectar parques solares y turbinas eólicas a la red eléctrica”.

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