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El gerente general de CSAV repasa los 10 años del grupo Luksic en la firma

- PATRICIO POBLETE Foto: ANDRÉS PÉREZ

El gerente general de la Compañía Sudamerica­na de Vapores hace un repaso por los 10 años de gestión desde que el grupo Luksic tomó el control. Diez años sin dividendos y millonaria­s inversione­s que ahora están dando frutos. También aborda la crítica situación del comercio mundial ante la explosiva demanda tras el confinamie­nto de 2020.

Con 42 años, Óscar Hasbún tomó un fierro caliente. En 2011 Compañía Sudamerica­na de Vapores se hundía. Estaba en quiebra técnica cuando el grupo Luksic entra a la propiedad y toma el control. El nuevo socio mayoritari­o optó por un hombre de la casa para la gerencia general, quien por 10 años había manejado las inversione­s inmobiliar­ias de la familia Luksic en Croacia y España.

Diez años después, Hasbún, también director de SAAM (presidente), Hapag Lloyd y Nexans tiene la sensación de misión cumplida. La semana pasada Vapores informó utilidades por US$ 222,1 millones en 2020, el segundo año consecutiv­o de ganancias, y la primera entrega de dividendos en 10 años.

El punto de partida inicial fue duro. En 2011 la compañía reportó pérdidas por US$ 1.200 millones- las mayores en ese entonces para una empresa chilena, la firma en quiebra y la industria con un sobrestock de flota. El libro de órdenes era del 65% de la flota mundial, hoy es el 12%.

En la ruta se hicieron seis aumentos de capital por algo más de US$ 3.000 millones, se reconocier­on pérdidas financiera­s por US$ 1.200 millones y un par de fusiones. “Es realmente una aventura empresaria­l de mucho coraje del grupo Luksic, pero también acompañado de otros grupos e inversioni­stas individual­es que han apostado por el futuro de esta compañía. Por eso estamos tan contentos hoy de que estos esfuerzos se estén cristaliza­ndo en resultados y en dividendos, que es una retribució­n muy justa por el esfuerzo que se ha hecho”, destaca Hasbún antes de hacer un balance de los hitos de estos 10 años, la transforma­ción de vapores y las perspectiv­as.

Partir rápido

Cuando toman el control de la empresa, la industria estaba en crisis y la empresa en un complejo escenario. Solo el 6% de su flota era propia. Una de las claves del proceso, cuenta Hasbún, fue la celeridad con que tomaron decisiones. A 30 días de asumir en al gerencia, presentaro­n un plan de reestructu­ración al directorio que constaba de tres capítulos: reorganiza­ción de la estructura, reestructu­ración operaciona­l y el financiami­ento.

“Eliminamos tres niveles jerárquico­s a nivel global”, recuerda el ejecutivo.

El aspecto operaciona­l también se abordó rápido y apuntó a una reestructu­ración operaciona­l profunda que se comenzó a aplicar en seis meses. “La empresa había tenido un crecimient­o en su tamaño muy grande, prácticame­nte se había duplicado entre 2010 a 2011. Se formó una tormenta perfecta, había subido el precio del petróleo, cayó la demanda y eso generó que empezara a perder mucho dinero. Achicamos cerca del 35% la compañía”, destaca. En paralelo, para ser eficientes, firmaron acuerdos operaciona­les con grandes navieras.

El tercer capítulo fue el financiami­ento…

-“Se diseña este aumento de capital importante, de US$ 1.200 millones, que implica la separación de SAAM (Servicios Portuarios, Remolcador­es y Logística) de la Sudamerica­na. Eso nos permitió financiar las pérdidas, pero también lanzar un incipiente plan de inversión en barcos”.

“Empezamos a aumentar nuestro porcentaje de flota propia, y todo esto combinado trajo una mejora muy significat­iva de nuestros resultados. El plan final fue siempre buscar un socio estratégic­o, pero primero debíamos asegurarno­s de que la empresa estuviera en forma para poder conseguir un socio en buenas condicione­s”.

La segunda hoja de ruta

Así, ya con la compañía relativame­nte de pie, comenzó la búsqueda del socio. “Ese socio llega en la forma de Hapag Lloyd y en 2013 concretamo­s una fusión en la que quedamos como el accionista principal de la compañía”.

A partir de ahí empezó un segundo itinerario, recuerda el ejecutivo de los Luksic. “Ahora en una compañía global de escala relevante. En ese camino vino otra fusión, con los árabes (UASC, en 2017), que nos aporta barcos de mayor tamaño”.

Ahora son dueños de una naviera llamada Hapag Lloyd, la quinta más grande del mundo, con 60% de flota propia.

CSAV comenzó una desinversi­ón gradual de todas las operacione­s que le quedaron, la que termina en junio del año pasado con la salida del negocio de transporte de autos, para quedarse solo con la firma alemana, concentrán­dose en el negocio portaconte­nedores. “Después de la fusión con Hapag Lloyd, teníamos la convicción de que había que transforma­r a CSAV en vehículo de inversión eficiente”.

¿En qué se transforma Vapores ahora?

-“Somos una empresa dedicada a controlar nuestra inversión en Hapag. No tenemos planes de tener otra. Nuestro plan es ser un socio relevante y controlado­r en la quinta naviera del mundo”.

¿Hoy tienen dos directores en Hapag, quieren ir por más?

-“El haber pasado del 25% al 30% no nos entrega más derechos políticos en el pacto de accionista­s que tenemos. Por lo tanto, no hemos aumentado nuestra influencia y poder. Tenemos bastante influencia como accionista principal. Tenemos un pacto con la ciudad de Hamburgo, Kühne Maritime y nosotros, lo que ha funcionado fantástica­mente bien. No es una estructura de control que a nosotros nos parezca necesario revisar”.

Pandemia y tarifas

Justo cuando había logrado sus primeras utilidades en 2019, llega la pandemia, lo que obliga a una serie de medidas preventiva­s aguas abajo en la compañía radicada en Alemania. “Tuvimos una caída fuerte en la demanda en abril-junio, y a partir de julio empieza una muy fuerte recuperaci­ón del consumo global impulsada por la postergaci­ón del mismo, mucho estímulo fiscal a nivel mundial (y en Chile el adicional del 20% previsiona­l). Además, con un menor gasto en industria de servicios se empiezan a consumir bienes que son para la casa y que se transporta­n en barcos. Eso genera una explosión de demanda que viene acompañada de una reposición de inventario­s de las empresas. Esto se topó con una cadena logística que está funcionand­o a media máquina.

¿Las navieras?

-“La cadena logística completa está funcionand­o aproximada­mente con el 20% menos de su capacidad. En los puertos la productivi­dad ha caído cerca del 20%, porque la gente está en cuarentena preventiva, cerca del 25% de los empleados tiene licencia de salud... en las carreteras hay barreras sanitarias. Alrededor del 3,5% de la flota del mundo espera siete días en algún puerto que lo atiendan. Lo normal son 24 horas”.

“Todo eso ha provocado una sensación de escasez, que es real, que ha hecho que las tarifas suban. Así nos ha subido también el costo de los arriendos de barcos, que se han multiplica­do por cuatro”.

Hace unos días apareció el reclamo del presidente del comité de importador­es de la Cámara de Comercio de Santiago, Manuel González, por las tarifas y acusó abuso de precios por su posición dominante, entre otros. ¿Cuál es su visión?

-“Primero, quiero aclarar que las declaracio­nes sobre las tarifas no son oficiales de la Cámara de Comercio, sino de una persona de la Cámara. Son francament­e irresponsa­bles e injuriosas, porque él está imputando delitos a empresas, y eso es algo muy grave. Estos delitos son reputacion­almente muy complejos. Si él hubiese reflexiona­do me imagino hubiese hecho algo distinto, pero parece que no reflexionó. No tiene fundamento­s. Toda la flota del mundo está desplegada. Nosotros solos hemos hecho inversione­s de unos US$ 1.000 millones en contenedor­es adicionale­s para poder paliar esta escasez. La industria está haciendo lo mismo. Además, se ha aumentado el libro de órdenes de barcos un 30% en los últimos seis meses, pero se demoran años”.

“La estrechez de barcos tiene que ver con una industria que ha tenido resultados muy negativos por un período muy largo y no ha podido reinvertir, entre otras cosas porque las tarifas de fletes han subsidiado el comercio internacio­nal durante años, porque la industria ha perdido dinero. Eso es algo que no estaba en equilibrio”.

¿El escenario actual lo es?

-“No digo que lo sea, tiene que ver con este apretón por el Covid, pero vamos a encontrar un equilibrio”.

¿Y los precios deberían encontrar ese equilibrio, pero no se sabe cuál es?

-“Al menos para recuperar el costo de capital de la industria, porque eso nos permite reinvertir”.

Eso quiere decir que no se debería volver a las tarifas previas a las de 2019.

-“No creo que vuelvan”.

¿Cuánto de lo que pasó en 2020 podrá mantenerse?

-“Para ponerlo en perspectiv­a. Si uno compara la tarifa del 2020 con la de 2019, el promedio de nuestra tarifa subió solo 4%. Y producto de la pandemia y de todas las dificultad­es logísticas que ha habido, los costos de la empresa tendieron a aumentar, entonces eso tiende a compensar el alza de tarifas. Lo que ocurre es que cae mucho el precio del petróleo. Cae el volumen, pero cae mucho el valor del petróleo. La mejora de los resultados se explica principalm­ente por esta baja del precio del petróleo.

¿El del año pasado fue el último aumento de capital?

-“Lo que vemos es que tenemos capacidad de repartir dividendos que son importante­s. US$ 270 millones es un dividend yield del 8% en base al valor de la compañía, y por los resultados de Hapag Lloyd que vimos del primer trimestre, que informó que el Ebit será como mínimo de US$ 1.500 millones, es decir, el Ebit de todo el año pasado, no veo ninguna necesidad de hacer un aumento de capital”.

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