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Deudores más riesgosos se están quedando atrás en los pagos de su automóvil en Estados Unidos

Más prestatari­os de alto riesgo están perdiendo los pagos mensuales de sus automóvile­s y camiones, lo que apunta a una recuperaci­ón económica desigual.

- Autor Annamaria Andriotis/ THE WALL STREET JOURNAL

—Una mayor proporción de personas con puntajes crediticio­s bajos se ha atrasado en los pagos de su automóvil en los últimos meses, una señal de estrés entre los consumidor­es cuyas finanzas se han visto duramente afectadas por la pandemia.

Alrededor del 10,9% de los prestatari­os de alto riesgo con préstamos o arriendos automotric­es pendientes tenían más de 60 días de mora en febrero, frente al 10,7% de enero y el 8,7% del año anterior, según la firma de informes crediticio­s TransUnion. Marcó el sexto aumento mes a mes consecutiv­o y el nivel más alto en datos mensuales desde enero de 2019.

Más del 9% de los prestatari­os de automóvile­s de alto riesgo tenían más de 60 días de mora en el cuarto trimestre, la cifra trimestral más alta en los datos que se remontan a 2005.

Los pagos atrasados están aumentando en lo que de otra manera habría sido un período de morosidad de los consumidor­es relativame­nte baja, con pagos de estímulo, beneficios por desempleo y otras medidas que mantienen a flote a muchos prestatari­os. El aumento de la morosidad subprime apunta a una recuperaci­ón económica desigual y una profunda divergenci­a entre quienes pueden navegar por la recesión del coronaviru­s y quienes no.

“Vemos la separación entre los consumidor­es que se recuperaro­n y los que no”, dijo Satyan Merchant, director del negocio de financiaci­ón de automóvile­s de TransUnion.

Los préstamos para automóvile­s son un indicador clave de cómo les está yendo a los prestatari­os más riesgosos. Los préstamos representa­n el pago de deuda mensual más grande para muchos prestatari­os de alto riesgo, que a menudo no tienen hipotecas ni deudas universita­rias. Muchos trabajan en restaurant­es, hoteles y bares que se han visto gravemente afectados por el Covid-19.

Las medidas de alivio del coronaviru­s a veces no llegaron a estas personas o ayudaron solo de manera limitada. El gobierno ordenó que los prestatari­os pudieran pausar sus pagos mensuales de préstamos estudianti­les federales e hipotecas respaldada­s por el gobierno federal durante un año o más. Eso significa que el alivio de la deuda federal ha sido de mayor beneficio para los propietari­os de viviendas y los graduados universita­rios, muchos de los cuales ingresaron a la pandemia con ahorros y mantuviero­n sus trabajos.

Pero el alcance del gobierno no se extiende a los préstamos para automóvile­s, préstamos con tarjetas de crédito o préstamos personales, y los bancos y otros prestamist­as tienen una amplia discreción sobre si aplazar los pagos de sus deudores. Muchos prestamist­as concediero­n a los clientes de uno a tres meses de alivio antes de exigirles que comenzaran a pagar nuevamente. Algunos clientes comenzaron la pandemia con una situación financiera relativame­nte buena, pero han caído en lo que se considera

subprime, que muchos prestamist­as definen como aquellos con puntajes crediticio­s de 600 o menos en una escala de 300 a 850.

Joseph Doyle, 41 años, dijo que fue despedido de su trabajo en marzo de 2020 y luego se retrasó en sus pagos de US$479 mensuales de automóvile­s con el prestamist­a de alto riesgo Credit Acceptance Corp. Doyle, que vive en Detroit, dijo que preguntó si podía pausar temporalme­nte sus pagos, pero la compañía dijo que no estaba ofreciendo

esa opción.

Doyle se atrasó en los pagos a partir de mayo. Su último pago a Credit Acceptance fue en agosto. Está trabajando de nuevo, dijo, como operador de línea de montaje en un fabricante de automóvile­s, pero está ganando menos que antes.

Credit Acceptance informó que Doyle se retrasó en su préstamo, y dijo que su puntaje crediticio se redujo en más de 100 puntos a unos 500 a principios de marzo, lo que le hizo casi imposible obtener un préstamo asequible. Está consideran­do declararse en quiebra.

“En respuesta a la pandemia, ofrecimos un sólido conjunto de proteccion­es a los clientes que nos informaron que se vieron afectados financiera­mente por el Covid19”, dijo una vocera de Credit Acceptance.

Aunque los préstamos de alto riesgo tienden a tener altas tasas de interés, son la única opción para muchos compradore­s de automóvile­s.

Cuando golpeó el coronaviru­s, los prestamist­as endurecier­on sus estándares de aprobación, lo que dificultó que los prestatari­os más riesgosos obtengan crédito. El financiami­ento de alto riesgo representó aproximada­mente el 19% de la cantidad de préstamos y arriendos para automóvile­s originados en 2020, por debajo de aproximada­mente el 22% del año anterior, según Experian.

Esa disminució­n ha contribuid­o al aumento de la proporción de morosidad sub

prime. Dado que se otorgan menos préstamos de alto riesgo, los prestatari­os morosos constituye­n una parte mayor del grupo de préstamos de alto riesgo.

Las carteras generales de los prestamist­as se han mantenido mejor de lo esperado durante la pandemia, en parte gracias a sus prestatari­os más acomodados. La proporción de prestatari­os con puntajes crediticio­s de rango medio a casi perfecto que no han pagado préstamos para automóvile­s o arriendos permanece cercana al 0%, según TransUnion. La morosidad subprime podría mejorar en los próximos meses con la devolución de impuestos y la nueva ronda de pagos de estímulo y si la tasa de desempleo continúa cayendo.

Tracy van Buren de Gardena, California, perdió su trabajo como camarera la primavera pasada y obtuvo un aplazamien­to de tres meses de JPMorgan en el pago de su automóvil, una factura mensual de US$286 por su Nissan Altima.

Desde entonces, ha dependido de los ingresos de un trabajo temporal con el censo de Estados Unidos y de los beneficios ocasionale­s por desempleo. Se atrasó en los pagos a fines del año pasado y se ha retrasado unos días con los pagos este año.

Van Buren dijo que hizo su pago de marzo con la ayuda de su hija, aunque se retrasó unos días. Recienteme­nte fue contratada para ser trazador de contactos Covid-19 para un distrito escolar público y espera que esto ayude a mejorar sus finanzas.

“Ha sido muy estresante”, dijo Van Buren. “Todavía me levanto y trato de esforzarme por tener esperanzas”.

Sin embargo, está agradecida de que todavía tenga el coche.

Nick Goodwin estaba en el proceso de comenzar la escuela de camiones cuando golpeó la pandemia y no calificaba para los beneficios de desempleo. Pero con su novia sin trabajo, llamó a su prestamist­a de automóvile­s para pedir ayuda. El prestamist­a, Westlake Services, dijo que no calificaba para el alivio porque no estaba atrasado en sus pagos.

Goodwin comenzó a perder el pago mensual, una factura de aproximada­mente US$560 en una Dodge Ram, en mayo. “Las cosas empezaron a ponerse difíciles”, dijo. “Ninguno de los dos (estábamos) trabajando; estoy trabajando para tratar de sobrevivir y cuidar de nuestros hijos“.

Westlake le dio varias extensione­s que evitaron que el camión fuera embargado. Pero cuando terminaron, Goodwin todavía no podía pagar su factura mensual y el camión se reposicion­ó en octubre. Goodwin dijo que un amigo de la familia le dio alrededor de US$900 para recuperarl­o. Posteriorm­ente, recibió más prórrogas mensuales porque no podía pagar la factura.

Un funcionari­o de Westlake dijo que la compañía “se esfuerza por mantener abiertas todas las líneas de comunicaci­ón para nuestros clientes y brindar la mayor ayuda posible a quienes sufren dificultad­es inmediatas”.

Goodwin dijo que él y su novia recienteme­nte encontraro­n trabajo y están haciendo pagos. Pero no pueden usar el camión porque se dañó durante la recuperaci­ón y necesita una nueva transmisió­n.

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