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La trastienda de la oferta que rechazó Julio Ponce para aliarse con un fondo brasileño aguas arriba de SQM

- Un reportaje de MAX VILLENA

Hace una semana se filtró una propuesta de proporcion­es: un fondo brasileño ofreció más de US$ 900 millones para fusionar las cascadas y aliarse a Ponce aguas arriba de SQM. Las reuniones comenzaron en abril de 2020 y fueron encabezada­s por Pablo Kuhlenthal, representa­nte de IG4 Capital en Chile, y Andrés Nieme, gerente general de SQYA. En el grupo de Julio Ponce afirman que siempre rechazaron la oferta y que no repetirán el escenario de 2001. “Él ya no quiere volver a tener un socio”, dicen.

El controlado­r no está interesado. Esa fue la respuesta que hace varios meses entregó SQYA, sociedad que controla Norte Grande y las sociedades cascada de SQM, al fondo IG4, el que desde hace un año buscaba poner un pie de forma indirecta en la minera no metálica. Sin embargo, el lunes 12 de abril entregaron una nueva propuesta, esta vez de manera formal, que tomó por sorpresa a los ejecutivos SQYA. Y la respuesta fue la misma.

Fue en febrero de 2020 cuando Pablo Kuhlenthal, presidente de Vector Capital y socio en Chile de IG4 Capital, tomó contacto con Cristián Araya, un exejecutiv­o de BanChile que hoy es socio de K2 Advisors, para acercarse a Ponce y proponerle un negocio mediante el cual aspiraban a tomar una parte importante en la propiedad de las cascadas, para luego fusionarla­s.

Julio Ponce se mantiene como accionista relevante de SQM, con el 31,1% de la propiedad, mediante una compleja estructura que le permite, vía Inversione­s SQ y luego Inversione­s SQYA, participar en cinco sociedades: Norte Grande, Oro Blanco, Nitratos, Pampa Calichera y Potasios (ver infografía).

Esta estructura, sumado al alto precio de SQM -la minera renta 10,12% en el año, pero en 2020 trepó 77%-, animó a IG4 Capital a tomar la iniciativa y proponer una fórmula que satisfacía un viejo anhelo de los minoritari­os: fusionar las cascadas y ganar el descuento del holding.

Las primeras reuniones entre el representa­nte de IG4 Capital en Chile, Pablo Kuhlenthal, y SQYA, encabezada­s por su gerente general, el abogado Andrés Nieme, partieron en abril de 2020 y tras los primeros acercamien­tos se realizaron otros encuentros hasta que, en octubre, se presentó la primera propuesta informal. A un par de citas acudió el vicepresid­ente de las cascadas y SQM, Patricio Contesse Fica.

Desde entonces, los brasileños realizaron una serie de cambios y adecuacion­es. Entre ellas, modificaro­n su propuesta luego que, en febrero de este año, SQYA adquiriera por US$ 90 millones acciones de Oro Blanco, Norte Grande y Nitratos, operación financiada con un crédito puente de BTG Pactual Chile y ejecutada mediante un poder comprador a la corredora de bolsa de la misma entidad. Esas compras redujeron los títulos disponible­s a adquirir eventualme­nte y la propuesta del fondo brasileño volvió a recalcular­se.

Antes de anunciar públicamen­te el poder comprador, el 8 de febrero, SQYA informó a IG4 que no estaban interesado­s en la oferta y les comunicaro­n que comprarían acciones aguas abajo, dicen dos personas ligadas a la operación. Aquella distinción de fechas es relevante: si SQYA lanzó un poder de compra teniendo la expectativ­a de un negocio como el que pretendía IG4, aquello podría constituir una infracción a la normativa de valores. Por ello en SQYA se apuran a aclarar que siempre, y tempraname­nte, comunicaro­n a los brasileños su negativa a la operación. Cuando se filtró la oferta, el pasado viernes 16 de abril, las acciones de las cascadas saltaron incluso sobre 10%.

Cada año, agregan en SQYA, Julio Ponce recibe entre 3 y 4 propuestas de negocio, muchas de ellas buscando replicar la fórmula de 2001, cuando Julio Ponce se alió en la matriz de las cascadas con la noruega Norsk Hydro. Pero esos eran otros tiempos: la firma estaba al borde de la quiebra. Y Ponce, hoy de 75 años, tenía 20 años menos. “Él ya no quiere volver a tener un socio”, dice una persona cercana al expresiden­te de SQM, quien dejó el cargo en 2015 tras el escándalo de las platas políticas.

La oferta no vinculante de IG4 tiene un plazo de 30 días corridos, desde el lunes 12 de abril. Pero la respuesta seguirá, dicen en SQYA, siendo la misma. “Ese negocio no va a ocurrir”, afirman.

La fórmula desechada

El negocio, que IG4 planeó por más de un año, tenía incluso financiami­ento comprometi­do de parte de bancos brasileros. El objetivo era lograr simplifica­r la estructura de control de SQM, reduciendo el actual número de sociedades mediante una serie de adquisicio­nes y fusiones, que implicaría­n que las cinco compañías aguas arriba de SQM se redujeran a una: SQYA-OB.

En total, involucrab­a US$ 916 millones, de los cuales US$ 610 millones financiarí­an las OPA por el 70% de las acciones de libre flotación de Oro Blanco y el 60% de las acciones de Norte Grande que no están en manos del controlado­r. En Oro Blanco, los minoritari­os tienen el 23% y en Norte Grande, el 26%. Otros US$ 200 millones se destinaría­n a realizar un aumento de capital para disminuir los pasivos de la sociedad de Julio Ponce y otros US$ 100 millones irían en un préstamo a SQY. En la nueva sociedad hol

ding, IG4 alcanzaría el 45,6% y el control seguiría en manos de Julio Ponce. Así, las cascadas desaparecí­an y SQYA-OB controlarí­a dos nuevas sociedades, Pampa Grande (sucesora de Calichera) y Pampa Chica (sucesora de Potasios), que estarían sobre SQM, según detalles de la propuesta revelados por Reuters.

La idea de colapsar estas sociedades y dejar solo una compañía por sobre el activo implicaría, según quienes conocieron los cálculos de IG4, reducir el actual descuento hol

ding de las cascadas desde el actual 60% hasta un rango parecido al de Quiñenco, que es del 20% al 25%. Un viejo anhelo de los minoritari­os de las cascadas.

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