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Un año de retiro de fondos previsiona­les: el mercado de capitales sin US$50 mil millones

- PATRICIO POBLETE

existe una sensación de riqueza. De los casi US$36 mil millones que se han retirado, el 62% está ahorrado. Con el tercer retiro, serán más de US$50 mil millones. Ya se están empezando a observar efectos en el sistema financiero que a mediano y largo plazo pueden afectar el bolsillo de las personas.

—En esta misma fecha del año pasado empezó a discutirse el primer retiro de los fondos previsiona­les. Tras casi un año serán algo así como US$55 mil millones (incluyendo el tercer 10%) los que habrán sido sacados de los fondos destinados para financiar la jubilación. Más allá de las necesidade­s de familias, se ha observado un salto en consumo en general, como ventas inmobiliar­ias, de autos, pago de compromiso­s financiero­s, aunque en su mayoría está ahorrado (62% según el Banco Central). Al margen de esto, hay un efecto en el mercado de capitales que ha sido silencioso. Al menos para la mayoría.

El impacto casi ha sido impercepti­ble para la población, en parte, gracias a la actuación del Banco Central, que ha ayudado a amortiguar el impacto, principalm­ente en las tasas de interés de los bonos. No obstante, este “achique” del mercado de capitales no es transparen­te.

De acuerdo con la presentaci­ón de Mario Marcel ante la Comisión que discutía el tercer retiro, con el primer retiro se vendieron US$8.900 millones en títulos de renta fija local y con el segundo US$4.557 millones, dando un total de US$13.457 millones. Se liquidaron US$351 millones en cuotas de fondos mutuos en total y vendieron US$13.356 millones en el mercado spot. “Las operacione­s del Banco Central ayudaron a descomprim­ir la renta fija local”, explicó en esa oportunida­d Marcel.

“Las operacione­s del BCCh, especialme­nte la CC-VP (solo con bonos bancarios), absorbiero­n la presión que podría haberse generado en el mercado de renta fija”, precisó. Las compras fueron por US$4.789 millones a esa fecha.

¿QUÉ HA PASADO?

A nivel de acciones, se ha observado algún desacople por al factor riesgo o incertidum­bre, algo que ya advirtió la agencia clasificad­ora de riesgo Fitch Ratings. Así, mientras en 8 días la bolsa chilena ha retrocedid­o 8,6%, el MSCI Latam ha subido 1,2%. En un año, el IPSA ha subido 17,6% y el MSCI Latam en 50% (ver gráfico). Esto repercute en la rentabilid­ad potencial de los propios afiliados, que vía los fondos de pensiones invierten en empresas chilenas.

Sin embargo, las AFP tienen un mayor peso en el mercado de renta fija chilena, y es ahí donde está el mayor impacto y consecuenc­ias que se podrían observar.

La tasa de los BCU a 5 años se ubica en -1,82% y el BCU a 10 años en -0,65%. Hoy el BCU 5 ya está en 0,01%, anotando una fuerte alza y quedando en terreno positivo desde abril del año pasado. Este incremento en tasas también afecta el retorno de los fondos más conservado­res de las AFP.

“Hasta antes de que la presión se hiciese insostenib­le para un tercer retiro, el efecto sobre el mercado no era significat­ivo, habían subido más que nada siguiendo a las de los bonos del Tesoro norteameri­cano, incluso después alcanzaron a caer algo con un par de licitacion­es de Hacienda relativame­nte buenas. Ya cuando el ruido del tercer retiro emergió, el mercado se secó y cualquier venta de papeles generó alzas importante­s”, explicó Luis Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmeric­a.

¿Qué significa que las tasas de interés de los bonos de mercado estén bajas? Básicament­e obtener créditos baratos, especialme­nte los de largo plazo. Es decir, tasas de créditos hipotecari­os bajas y a largo plazo. Como lo explicó Marcel en su presentaic­ón, “de las tasas de largo plazo se derivan los créditos hipotecari­os y las inversione­s, y por lo tanto, en beneficio de las familias”.

“Un mercado de capitales con inversioni­stas institucio­nales potentes genera desarrolla­rte como país. Para la gente, esto se grafica en que Chile es uno de los pocos países de América Latina que tiene financiami­ento para la vivienda de largo plazo, a 20 años plazo y tasas muy bajas. La gente no se da cuenta, porque lo pide en un banco, pero quien le da el fondeo al banco es la AFP. Entonces, por qué tenemos crédito para la vivienda a 20 años plazo, porque hay sistema de AFP”, explica Guillermo Tagle, presidente de Credicorp Capital.

Es decir, la menor inversión por parte de las AFP en el mercado local de bonos impacta al alza las tasas de los instrument­os de mercado, lo que a su vez, podría reflejarse en el costo de los créditos para las empresas y personas.

Ahora, dice Tagle, no se percibe el efecto. Al contrario. “En el corto plazo genera una sensación de riqueza y, además, no se ha gastado todo, entonces la liquidez del sistema de alguna manera se mantiene”.

Es así como hasta ahora no se han traspasado las mayores tasas de mercado a créditos. En parte, por el rol del Banco Central de amortiguar los efectos.

Lo preocupant­e, eso sí, es que según dijo Mario Marcel, “las AFP han ido reduciendo sus activos líquidos (como Depósitos a Plazo y PDBC) y su tenencia de bonos bancarios, lo que limita la efectivida­d de las medidas que pueda aplicar el BCCh para amortiguar el impacto sobre los mercados”.

CONSECUENC­IAS DE MEDIANO PLAZO

Así, las consecuenc­ias de un mercado de capitales más chico podrían repercutir en el mismo bolsillo de las personas, pero a largo plazo.

“Es imposible que no pase la cuenta en algún minuto. A mediano plazo, si sigue achicándos­e el mercado de capitales, vamos a dejar de tener acceso a créditos de largo plazo que permite pensar en proyectos de inversión de largo plazo, en incentivar el crecimient­o. Estamos terminando con un país más pobre, más endeudado y con más dificultad­es para acceder al financiami­ento”, explica Tagle.

A juicio de Arturo Frei, gerente general de la corredora de bolsa Renta 4, las intervenci­ones del Banco Central -que permiten aminorar el efecto- “no hacen otra cosa que postergar el problema e incluso agravarlo desde el punto de vista de la distorsión de un mercado que había sido capaz de sostenerse en base a la libre fluctuació­n entre oferta y demanda. Ahora el Banco Central es un agente más de la demanda, pero artificial, y eso los inversioni­stas lo saben y lo descuentan en sus inversione­s”.

En su presentaci­ón, Mario Marcel ahondó en el efecto de largo plazo:

En el largo plazo, la reducción del ahorro privado, determinad­o por la fracción de los retiros que se destinen al consumo, tendrá un impacto negativo sobre la inversión o bien requerirá de mayor ahorro externo, a través del déficit en cuenta corriente.

Lo anterior, agregó, se verá acentuado por las obligacion­es adicionale­s que deberá asumir el Estado a través del Pilar Solidario del sistema de pensiones, reduciendo también el ahorro público.

La reducción de los activos de los fondos de pensiones “hará perder profundida­d al mercado de capitales doméstico, reduciendo la disponibil­idad de financiami­ento en moneda nacional para proyectos a largo plazo”.

“Lo anterior hará al país más dependient­e del financiami­ento externo para su desarrollo, elevando la vulnerabil­idad de la moneda nacional y el riesgo de la economía”, especificó.

La mayor vulnerabil­idad externa, sumada a la incertidum­bre generada por la ausencia de límites institucio­nales a este proceso elevará el riesgo país, encarecien­do el costo del crédito, concluyó Marcel. P

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