Los fondos tipo “endowment” crecen en el país y esperan cambios normativos
Son escasos y su desarrollo es engorroso. Pese a ello, los fondos patrimoniales -varios de ellos invertidos con bancos de inversión locales- han proliferado en el país. Ahora instan por cambios en la normativa. Hay un proyecto que el gobierno ingresaría en abril, pero aún no lo ha hecho.
En septiembre, los hijos de Eliodoro Matte Larraín constituyeron el mayor endowment nacional para dar vida a la Fundación MC. Los hermanos Eliodoro, Jorge y Pilar Matte Capdevilla reunieron US$ 100 millones; una cifra exorbitante si se considera que, según el estudio Filantropía Institucional en Chile del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (Cefis) de la Universidad Adolfo Ibáñez, sólo el 27% de las fundaciones que tienen recursos propios manejan un endowment y en la mitad de ellos, los montos son menores a US$ 5 millones.
Los llamados fondos patrimoniales, reservas financieras de instituciones para financiar sus proyectos de largo plazo, se han expandido. Hoy, universidades y fundaciones aportan algunos ejemplos (ver recuadros), pese a que la normativa aún es engorrosa. Quienes han apostado por constituir un endowment han tardado años. Y muchos han quedado en el camino. “Tenemos una especie de vacío regulatorio. Al final no hay reglas tan claras que permitan impulsar la constitución de endowments ni incentivos como para ir fortaleciendo estos fondos”, explica la directora del Cefis, Magdalena Aninat. “La ley de donaciones no es adecuada, requiere modificaciones y simpleza, que se levanten una serie de restricciones”, complementa el vicerrector económico de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gutiérrez.
En enero, 16 centros de estudios -articulados por el Cefis- presentaron una propuesta de Ley Única de Donaciones al entonces ministro de Hacienda, Ignacio Briones. ¿La base? Eliminar el pago de impuestos por donar y simplificar el sistema.
Según relata Aninat, dentro de la iniciativa un punto importante eran los endowments. “No hay reglas claras ni incentivos con una mirada hacia las instituciones”, señala. Y ejemplifica: hoy existen excepciones que te eximen de pagar impuestos, pero dicen relación con proyectos, no con fortalecer a las organizaciones. “Cuando uno está pensando en problemas complejos como la educación o la pobreza, van más allá de un proyecto, y son las instituciones las que uno quiere que a la larga estén trabajando permanentemente, complementando la labor del Estado, entonces la mirada es muy miope”, explica.
El 2008, Francia facilitó la normativa para levantar fondos patrimoniales. A raíz de eso, entre ese año y 2019 se crearon 3.442 endowments. Para qué hablar de Estados Unidos: sólo el fondo de la universidad de Harvard tiene más de US$ 40.000 millones.
“Hoy se restringen mucho los montos que se pueden donar; hay cambios que se le pueden hacer a la ley para facilitar las donaciones y que haya aportes más significativos”, destaca el prorrector de gestión institucional de la Universidad Católica, Patricio Donoso. En enero, este último se reunió con el coordinador de Políticas Tributarias de Hacienda de ese entonces, Manuel Alcalde, para abordar esta materia. “El gobierno está preocupado y quiere agilizar el tema”, confidencia.
Según Aninat, el Ejecutivo planteó inicialmente que en marzo enviaría la nueva normativa. Hasta la fecha, no ha pasado nada. En Hacienda aseguraron que se está trabajando en ella, y que probablemente se ingresaría en abril, pero aún no lo ha hecho. Sería una modificación al proyecto de ley que se ingresó en 2014 sobre Ley Única de Donaciones.
En el sector recuerdan eso. Y llaman a no repetir la experiencia del primer gobierno de Sebastián Piñera. Entró -cuenta Aninat- un proyecto prácticamente el último día de gobierno. Y nadie lo movió más.