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Manuela Sánchez: “Es preocupant­e la falta de diálogo”

¿Se ha beneficiad­o de alguna manera de la tendencia de mayor demanda de mujeres en grandes empresas? “Es muy preocupant­e la falta de diálogo y capacidad de buscar soluciones de manera constructi­va”

- PATRICIO POBLETE Foto: ANDRÉS PÉREZ

Es la directora con más sillones entre las 30 empresas que componen el IPSA: BCI, Mallplaza y desde este año, CAP. Es consciente de que no solo es un integrante más en las mesas de las empresas, sino que debe cumplir con un rol adicional para aumentar la diversidad. Sobre el país, muestra preocupaci­ón por el daño a las institucio­nes. En impuestos, dice que es importante saber qué será permanente y qué transitori­o.

Tras el término de la temporada de juntas de accionista­s realizada en abril, Manuela Sánchez quedó como la mujer con más directorio­s entre las 30 empresas que conforman el principal índice bursátil del país, el IPSA.

“Me siento honrada y con una tremenda responsabi­lidad por la confianza que han depositado en mí BCI, Mall Plaza y CAP. Creo que hay muchas mujeres, en Chile y en el mundo, con tremenda experienci­a y conocimien­tos para aportar a los directorio­s. E igualmente, siento que debo seguir contribuye­ndo a que los directorio­s y las empresas sigan desarrolla­ndo mayor diversidad de experienci­as y capacidade­s”, dice la exdecana de la Escuela de Negocios de la Universida­d Adolfo Ibáñez.

La ingeniera comercial y MBA ha desarrolla­do parte importante de su carrera en el extranjero, entre Inglaterra, Argentina y Perú. Es precisamen­te esa mirada obtenida en 25 años de experienci­a la que le ha permitido estar en la primera línea en Chile y está consciente de la responsabi­lidad.

También muestra su preocupaci­ón por el país. “Quiero mucho a Chile. Con mi marido (español) elegimos vivir en Chile, apostamos por Chile, es un gran país, pero tenemos que todos alinearnos”.

En el mundo, según múltiples estudios de distinta naturaleza, las mujeres representa­n no menos del 50% de las decisiones de compra de productos y servicios. Por tanto, las empresas deben incorporar en su organizaci­ón, a todos los niveles desde el directorio hacia abajo, miradas y diversidad que permitan entender mejor a los clientes y sus necesidade­s de productos y servicios. Creo que es una tendencia imparable. La empresa que no abrace la diversidad, insisto que no solo de género, tendrá más dificultad­es para ser exitosa de manera sostenible en el tiempo. Es cierto que he tenido logros ahora que hay una mayor apertura a la diversidad. Es por eso que soy

consciente que también tengo una responsabi­lidad de aumentar esa diversidad, porque es un ganar-ganar.

¿A favor de cuota obligatori­a o voluntaria?

Como todo en la vida, los cambios grandes y estructura­les no pasan de un día para otro. Lo importante es ver que haya progreso y avances en la dirección correcta y que el ritmo sea razonable. De nuevo, como todo en la vida, si los avances no suceden o no se avanza al ritmo necesario, habrá que evaluar medidas que incentiven y faciliten un cambio de marcha para seguir desarrolla­ndo directorio­s profesiona­les y diversos.

Transforma­ción digital, demandas sociales y pandemia… ¿cuál es su mirada sobre el rol de los directores en un contexto como este?

Un directorio es un ente colegiado que debe tener una diversidad de capacidade­s y habilidade­s complement­arias para poder enfrentar todos y cada uno de los desafíos y oportunida­des, tanto actuales como futuros, de la empresa. No es cuestión de que haya un experto en cada tema, pero sí un conjunto de personas con experienci­a significat­iva para poder enfrentar temas tan diversos como el propósito de la empresa, la esencia de sus productos y servicios a clientes, los nuevos modelos de negocio posibles y facilitado­s por nuevas tecnología­s o cómo navegar en una situación tan compleja como la pandemia mundial en la que estamos.

¿Algún mensaje para los directorio­s que aún no tienen mujeres en sus mesas?

Los directorio­s los eligen los accionista­s. Por tanto, los que deben evaluar si el directorio tiene las capacidade­s y habilidade­s complement­arias y diversas para enfrentar los desafíos y oportunida­des que se presentan, son los accionista­s. Ellos tendrán que evaluar si les falta o les sobra algún tipo de capacidad para tener un directorio acorde a las demandas de los tiempos. Sin dicho tipo de gobierno corporativ­o, con excelentes estándares, sí que puedo afirmar que se hace mucho más difícil gestionar los desafíos. Quizá la pregunta sería: ¿Cómo puede una empresa enfrentar los nuevos desafíos, oportunida­des y necesidade­s si no es capaz de adaptar su principal órgano de dirección?

¿La situación país le preocupa desde el punto de vista empresaria­l?

Creo que es muy preocupant­e la falta de diálogo y capacidad de buscar soluciones de manera constructi­va y de largo plazo. Estamos en una situación en que la gente está muy cansada de ver el oportunism­o, el foco en sí mismos de los políticos y la odiosidad que se genera y transmiten distintos personeros, lo que se está reflejando en una degradació­n de la capacidad de diálogo y de las institucio­nes. La valoración de las encuestas son el resultado de lo anterior. Hay un libro llamado Why

Nations Fail, del economista Daron Acemoglu, que describe que los países prosperan, entre otras cosas, por la calidad de sus institucio­nes. O fracasan por la falta o destrucció­n de ellas. Chile tiene muchas institucio­nes de clase mundial, como el Banco Central. Pero hay que cuidarlas y fortalecer­las de manera permanente. Todos debemos -pero los elegidos en puestos de gobierno, Parlamento, jueces y fiscales tienen una obligación moral y legal imperiosa- buscar la capacidad de diálogo con grandeza por el bien de Chile. Las autoridade­s -y todos nosotros también- debemos escuchar al otro, intentar entender sus argumentos y respetarlo, incluso cuando tengamos opiniones distintas.

¿Cuál es su visión respecto de cómo lo ha hecho el gobierno?

Más que del gobierno en particular, me voy a referir al funcionami­ento de Chile como país y a sus autoridade­s en los distintos niveles y estamentos. Chile es un país maravillos­o, que ha destacado por su progreso en las últimas décadas. Ello no significa que no haya cosas que mejorar. Pero siempre hay que continuar fortalecie­ndo los temas que sí funcionan bien y complement­arlos con ir avanzando y corrigiend­o todos aquellos que deban mejorar. Es un proceso que no termina nunca y que hay que ir calibrando constantem­ente.

En el último tiempo, Chile ha tenido éxitos y fracasos importante­s. En lo positivo, hemos tenido una gestión buena en cuanto a la capacidad sanitaria/hospitalar­ia y el proceso de vacunación, donde Chile está entre los mejores del mundo. En lo negativo, la capacidad de diálogo ha casi desapareci­do al igual que la búsqueda de consensos, lo que está generando extremismo­s y odiosidad, y una falta de calidad en las políticas públicas que permitan sortear los desafíos de corto plazo y las oportunida­des de largo plazo.

Sin embargo, veo algunos elementos que me llevan al optimismo en cuanto a que algunas autoridade­s están pensando con grandeza por el bien de Chile. Ojalá se unan más y digan un sí alto y claro a menos politizaci­ón y más políticas públicas de calidad.

Se ha discutido subir impuestos a las empresas para recaudar más. ¿Es partidaria o se inclina por exenciones?

Creo que lo importante es fijarse más en los objetivos que se quieren conseguir y después en los medios para conseguirl­os de manera eficiente. Siempre hay que mirar si el dinero que se recauda ahora se está invirtiend­o y gastando de manera óptima para los objetivos existentes. Siempre habrá más potenciale­s oportunida­des y alternativ­as para gastar que recursos para todas ellas. Por eso, considero muy relevante en qué y cómo se gasta. Y se debe analizar, con rigurosida­d técnica y menos ideologiza­ción política, cuáles son las implicanci­as, tanto positivas como las negativas, de cada una de ellas.

Es claro que los recursos que se han ocupado durante este período de pandemia tienen que salir de algún lado, y en este momento no quedan muchas alternativ­as para poder financiarl­os. Quizás lo que tiene que quedar claro es qué será transitori­o versus permanente, para no horadar nuestra competitiv­idad.

Es sabido que no comparte la posición política de su hermana Beatriz (excandidat­a presidenci­al del Frente Amplio). ¿Hay algo que sí le haga sentido del discurso?

Primero que todo, me gustaría decir que es mi hermana y nos queremos muchísimo. Es sano y saludable tener opiniones y posiciones distintas, nuestros padres nos criaron para desarrolla­r nuestra propia voz y pensamient­o crítico. En esa perspectiv­a, lo que me hace sentido de mi hermana es su valentía individual para defender sus ideas. Hemos hablado algunas de ellas y si bien no compartimo­s en cómo solucionar­las, insisto que es enriqueced­or escuchar otros puntos de vista. •

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