Por qué no se van
0%’s, IFE’s, PBU’s, reintegros y otras iniciativas billonarias se agolpan en el Congreso y los matinales. Una orquesta enloquecida, con el ofertómetro a tope. Todo improvisado, todo estridente, todo insostenible. Con horizonte de pigmeos y profundidad de enanos. Coreando universalidad en la crisis más desigual que se recuerde. Algunos han mantenido sus ingresos y ahorrado, los que hacen teletrabajo, los empleados fiscales y los que reciben rentas vitalicias, por nombrar algunos. Otros están en la desesperación. Pero se optará por el fuego a discreción al ritmo frenético de las elecciones. Parece no haber más alternativas cuando se acabó el tiempo y se cabalga al lomo de un tropel de caballos desbocados.
Para financiar estas promesas, y hacer el cóctel aún más insostenible, bajo una fachada de solidaridad se esconden el oportunismo y la revancha: hay que mostrar los dientes al capital. Un ejercicio peligroso que olvida un axioma de curso de Introducción Economía: el complemento entre Capital y Trabajo. Primero están “Los Retiros”. En la práctica, son un impuesto a la vena de todos los futuros miserables para financiar su propia crisis. Los políticos discutieron 13 años cómo mejorar las pensiones y las dinamitaron en 8 meses. Pasaron, además, a llevar a las compañías de seguros. Todo un récord. Las AFP justo esta semana cumplieron 40 años. Nadie sabe con qué las reemplazaremos (pero eso qué importa). El “Impuesto a los Súper Ricos” ahuyentará primero a sus inversiones y luego a los meros súper ricos. Maletas y bártulos a Miami, Lisboa o Montevideo. Si todo sale mal, se les unirán los casi súper ricos, los ricos, los casi ricos, los casi casi ricos y los que quieren ser ricos. El “Royalty Minero” es una fiesta sorpresa a la que no estábamos invitados. Irresistible. De esas que se escuchan con risas y cantos a lo lejos. Entrar saltando la pandereta y empujar a todos para reclamar el 82% del bar es una simple locura. Bloomberg ya ayer activó las alarmas en todo el mundo hablando de un “Giant tax hike”. Bonito titular…
La relación entre capital y trabajo es casi siempre virtuosa. Tres ingenieros pueden tener ideas brillantes respecto a cómo revolucionar la venta de supermercados. Pero se necesitaron US$31,7 millones en 4 rondas de capital para levantar Cornershop y generar ingresos para decenas de miles de personas en 8 países. Este es solo un ejemplo: 42% de los nuevos empleos en Chile entre 2015 y 2018, un total de 700.000 fueron generados por empresas con menos de 5 años de antigüedad. Todas necesitaron capital para financiar su desarrollo.
La fórmula de Capital + Trabajo está más vigente que nunca cuando la tecnología y la globalización mandan. Es la única forma de generar bienestar general en el largo plazo. Pero funciona solo si los países no execran el capital. Este se mueve a la velocidad con que los bits cruzan los continentes. Busca retornos o seguridades. Escapa de los riesgos que no es capaz de entender. Y tiene miles de alternativas. Cuando los bancos de inversión dejan de confiar, los fondos dejan de invertir y los ricos de todo tipo se aburren del bullying y se van, la relación virtuosa termina. Se funa. Las tasas suben. Hay menos empresas nuevas y menos oportunidades para todos. El trabajo sufre.
El autor es empresario y panelista del programa Información Privilegiada de radio Duna