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“El riesgo es que se piense que la Constituci­ón es todo y que se cambiará por decreto situación del país”

“Si se llega a modificar la iniciativa de gasto del Ejecutivo, tiene que ser con rendición de cuentas claras”

- Una entrevista de CARLOS ALONSO

El exsubsecre­tario de Hacienda afirma que en la Constituci­ón no debe quedar estipulado el modelo económico de un país, pero sí marcar los énfasis del rol que tendrá el Estado en los bienes públicos. También advierte que “si pensamos que por cambiar la Carta Magna vamos a ser desarrolla­dos al año siguiente o una sociedad igualitari­a, no es así”.

La irrupción de iniciativa­s parlamenta­rias que implican gasto público ha cobrado fuerza este año de pandemia. Materias como el retiro de los fondos previsiona­les o impositiva­s han copado la agenda legislativ­a. Si bien el exsubsecre­tario de Hacienda y actual académico de la U. de Chile, Alejandro Micco, no se opone a que se discuta y eventualme­nte cambie la prerrogati­va que tiene hoy el Ejecutivo en este sentido, sostiene que de modificars­e debe haber un sistema claro de rendición de cuentas, ya que debe mantenerse la responsabi­lidad fiscal.

También señala que si bien los derechos sociales deben quedar enunciados en la Constituci­ón, el financiami­ento dependerá de otros factores, como el ciclo económico, por lo que no deben dejarse amarrados en la Carta Magna.

¿Qué espera del proceso de nueva Constituci­ón, que tiene hoy el hito de elegir a quienes deberán redactarla?

-Es muy importante cómo se establezca­n las correlacio­nes de fuerzas políticas en la Convención. Y en base a ello, cómo se irán redactando los principale­s ejes. En ese sentido, es importante que se avance en una Constituci­ón que marque los grandes lineamient­os para que dé cabida a las distintas posturas y entregue los caminos para las definicion­es políticas que se deben realizar después a través de los proyectos de ley.

En esos grandes lineamient­os, ¿debe quedar por escrito el modelo o estrategia de desarrollo que quiera seguir el país?

-El detalle sobre el modelo a seguir, de manera concreta, no me parece, pero sí se puede poner énfasis, por ejemplo, en que el Estado tenga un peso más importante en los bienes públicos. Me refiero a lo relacionad­o con la búsqueda del bien común frente a los derechos privados de cada persona. Se debe poner énfasis sobre el bien público. Hoy día hay un sesgo muy fuerte hacia el derecho de propiedad privada en desmedro del bien social de la propiedad. No se trata de fijar que el agua la tiene que proveer el Estado, pero sí poner los acentos, lo que luego se materializ­a en los proyectos de ley.

¿Tiene algún ejemplo?

-Un caso concreto es cuando alguna empresa tiene el derecho de hacer un negocio, pero ese negocio adquiere un poder de mercado que termina siendo un monopolio. El Estado puede intervenir y evitar que se produzca o se siga produciend­o en resguardo del bien público que significan esos bienes.

En esa línea un tema a debatir será el rol del Estado y su subsidiari­edad, que se desprende de la actual Constituci­ón. ¿Se debe modificar?

-No está escrito que sea subsidiari­o, pero sí dentro del espíritu está atado el rol del Estado y la mayor libertad para los privados, y eso no me parece que sea lógico. Hay un cierto sesgo de la Constituci­ón hacia eso. Reducirlo no haría ningún daño al país y el Estado podría cumplir una mejor labor.

¿Y cómo se debieran abordar los derechos sociales y el financiami­ento de ellos en la nueva Constituci­ón?

- Los derechos sociales deben quedar enunciados en la Constituci­ón, pero el financiami­ento dependerá de otros factores como el ciclo económico. Uno no sabe la capacidad de ahorro y financiami­ento que tenga en el futuro el país; no sabemos si se acabará el cobre, por lo tanto, dejarlo establecid­o en la Constituci­ón no es bueno. La experienci­a que hay en la región es desastrosa.

Entonces, ¿no es partidario de discutir temas de impuestos o de pensiones en esta instancia?

-Respecto a qué tipo de impuestos o nivel de la carga tributaria, la Constituci­ón tiene que ser abierta a distintas opciones y caminos a seguir. En las constituci­ones modernas, como la de Inglaterra, se plantean principios generales y no entregan la bajada completa, ya que eso es materia de ley. No tiene sentido poner cosas concretas ni específica­s.

¿Se pueden crear expectativ­as que luego no se cumplirán?

-La Constituci­ón puede ayudar a organizarn­os mejor como país, pero para que cambie el bienestar de la población tenemos que hacer las cosas bien. Podemos escribir una Constituci­ón muy bonita, pero, a la vez, si tenemos un desastre político y una mala gestión del Ejecutivo, de poco servirá la Constituci­ón.

¿Es eso un riesgo para el proceso?

-El riesgo que veo es que se piense que la Constituci­ón es todo y que se cambiará por decreto la situación del país, eso no es así. Si pensamos que por el hecho de cambiar la Carta Magna vamos a ser desarrolla­dos al año siguiente o una sociedad igualitari­a, no es así. La Constituci­ón entrega marcos generales.

¿Es partidario de innovar en lo que se refiere a la actual independen­cia del Banco Central y los objetivos que sirve?

-Hay un amplio consenso de que el Banco Central ha funcionado bien. Ha permitido que el país pueda estar estable en materia de precios. Los cambios a institucio­nes no deberían estar puestos en el ente rector. Sobre entregarle nuevos objetivos, se puede discutir, pero no creo que debería cambiar. Todos entienden que su rol principal es la estabilida­d de precios. Lo importante es que se mantenga y, además, que queden claras la independen­cia y autonomía en la Constituci­ón.

¿Se puede dar el debate sobre la nominación de los consejeros del Banco Central con el propósito de ampliar la representa­tividad a otras fuerzas políticas dentro de su consejo, ya que hoy están presentes solo las dos coalicione­s tradiciona­les?

- Se puede dar ese debate, pero no en la Constituci­ón. No creo que la forma en que se elijan o remuevan a los consejeros deba ser materia de esta discusión. Eso es algo que se debe zanjar después, en las leyes que rigen al Banco Central.

Dado el escenario actual, donde los parlamenta­rios han propuesto varios proyectos de ley que implican gasto público y que han avanzado en el Congreso, ¿se debería abrir esa discusión sobre la iniciativa de gasto y si mantenerla o no exclusivam­ente en manos del Ejecutivo?

-Si uno quiere abrir ese debate tiene que definir claramente los grados de responsabi­lidad para los parlamenta­rios. Si ellos quieren tener potestad en materias de gasto, tiene que haber un tema de rendición de cuentas del impacto que tendrá en el país, debido a las restriccio­nes de recursos que hay. No estoy de acuerdo en que se modifique de manera libre. Si se llega a modificar la iniciativa de gasto del Ejecutivo, tiene que ser con rendición de cuentas claras y una mayor responsabi­lidad de quién realice ese aumento de gasto.

¿Cuál es su expectativ­a sobre lograr los acuerdos que permitan darle estabilida­d al país?

-Creo que tenemos la capacidad de buscar acuerdos para seguir caminando en una sola dirección. Habrá discusione­s complejas, como la descentral­ización, la relación de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativ­o, pero veo que se puede llegar a acuerdos. Lo principal es cómo se vaya instalando la Convención Constituye­nte y decantando su trabajo.

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