Coloma: “El caso ayudó a subir los estándares”
No solo fueron los ejecutivos. El escándalo de La Polar también significó sanciones para los directores de la cadena, por no haber actuado de manera diligente para evitar lo ocurrido. Fernando Coloma era el superintendente de Valores y Seguros en ese momento y recuerda: “El rol de los directores y su diligencia fiduciaria se puso en el tapete tras el caso La Polar”. A partir de eso -subraya- el mercado ha mejorado bastante. “Uno ve directores mucho más comprometidos e involucrados en temas de control interno, por ejemplo”. Y añade: “La gente que acepta ser director está mucho más consciente de su deber fiduciario. La seriedad con que se están manejando las empresas tuvo un impulso positivo a partir de esto”. Hoy, por ejemplo, los directorios se preocupan de tener reuniones con las auditoras de su compañía, lo que antes no era frecuente.
A raíz del caso, la ex SVS sacó múltiples normas. Surgió la 341 orientada a que los gobiernos corporativos informaran sus prácticas. Además, se obligó a las empresas a fundamentar más la elección de la auditora. Al interior de la SVS se creó una unidad especial para supervisar a esas empresas, a lo que se sumó la obligatoriedad de añadir más información a los estados financieros: que se detallaran las carteras, las provisiones, la morosidad, etc. “La Polar fue una lección importante. Todo esto ayudó a subir los estándares”, dice Coloma.