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El diagnóstic­o de cinco expertos sobre la inclusión de la brecha de género en la nueva Carta Magna

Según datos entregados por Hired, una compañía que entrega asesorías en RRHH, durante los procesos de selección laboral en 2020, el 59% de las veces se le ofreció a los hombres un mayor salario que a las mujeres para el mismo cargo.

- CLAUDIA SARAVIA

—Los resultados de las elecciones de este 15 y 16 de mayo dejaron varias sorpresas, siendo una de ellas la conformaci­ón de los 155 integrante­s. De acuerdo a un análisis realizado por La Tercera (Match Constituye­nte), uno de los tópicos que varios de los electos manifestar­on pretenden instaurar en la Constituci­ón es la equidad salarial entre hombres y mujeres.

Previo a los comicios, La Tercera realizó un estudio en el cual se consultó a los candidatos constituci­onales por su postura sobre diversos temas. Los resultados arrojaron que un 73,33% está de acuerdo con incluir en la Constituci­ón, entre otras cosas, una norma de igualdad salarial entre hombres y mujeres.

Según datos entregados por Hired, una compañía que entrega asesorías en RRHH, durante los procesos de selección laboral en 2020 el 59% de las veces se le ofreció a los hombres un mayor salario que a las mujeres para el mismo cargo. Y si bien en Chile la Ley 20.348 resguarda el derecho a la igualdad en las remuneraci­ones, autoriza a fijar rentas desiguales frente a diferencia­s en la capacidad o calificaci­ón que puedan tener los trabajador­es.

¿Es una buena idea? No todos los expertos en el tema respaldan este punto, y tienen sus razones.

¿SE DEBE INCLUIR EN UNA NUEVA CARTA MAGNA?

Bettina Horst, directora de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo, asegura que “la ansiada equidad salarial entre hombre y mujer va mucho más allá de lo que pueda decir un texto en la Constituci­ón”. Según la economista, primero es necesario contar con un sistema económico que genere más y mejores empleos que permitan que las mujeres se incorporen al mercado laboral, lo que se podría lograr a partir de la tramitació­n de proyectos en el parlamento.

“No basta con el deseo en una Constituci­ón, sino que faltan otras discusione­s frente a las cuales no ha habido acuerdo y no se ha avanzado, como el proyecto de Sala Cuna Universal. Hoy se les da acceso a sala cuna (sólo) a mujeres que trabajan en empresas con 20 o más mujeres contratada­s. Eso es discrimina­torio”, menciona Horst.

Una visión similar es la que tiene el economista y profesor de macroecono­mía de la Universida­d de Chile, Alejandro Alarcón, quien plantea que “un papel escrito no sirve para nada, hay que salir a poner recursos y financiarl­os que es lo más importante”. Y agrega que lo que se debería hacer es avanzar en leyes y así “atacar el fondo”, es decir, “apoyar a la madre y que los niños vuelvan al colegio”.

Sin embargo, pese a que en Chile existen leyes que intentan subsanar este problema, no siempre son acatadas por las empresas. Por lo mismo, algunas expertas aseguran

que sí es relevante poner atención en la discusión en torno a la nueva Carta Magna. Valentina Romero, Coordinado­ra de Inclusión de Randstad, explica que “cuando un empleador piensa que si contrata a una mujer es una mayor inversión” porque tendrá que habilitar una sala cuna, es una mirada negativa, de poner barreras de contrataci­ón, dice, y no se mira la diversidad en general.

En esa misma línea, Nuria Zaragoza, senior manager de People & Organizati­on en PwC Chile, sostiene que la Constituci­ón “sienta las bases del funcionami­ento del Estado”, y es a partir de estos principios que “debe desarrolla­rse la legislació­n y normativa para resolver las diferentes realidades sociales”.

Sin embargo, la desigualda­d salarial entre hombres y mujeres requiere más que un cambio en la Constituci­ón, pues tal como dice Romero, “también se requiere un cambio a nivel cultural, sobre todo de las empresas”. Y es respecto a este punto donde sí hay consenso.

CAMBIOS CULTURALES

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las mujeres es la compatibil­ización de la jornada laboral con el cuidado de los hijos, y que se intensific­ó tras el cierre de jardines y colegios producto de la pandemia. Durante el trimestre de abril - junio de 2020, el desempleo femenino en Chile alcanzó el 9,9%, y la tasa de participac­ión laboral cayó a un 47,3%, el menor registro desde octubre de 2010.

“Es relevante el rol que asume la mujer y el hombre en la crianza de los niños, Y ahí hay un tema también de cómo se toman esas decisiones al interior de un hogar, que no necesariam­ente pasa por lo que dice la ley”, sostiene Horst. Pues el hecho de que sean las mujeres quienes lideran los permisos que entrega la Ley de Postnatal, “refleja que cuando los hijos deben quedarse en casa, son finalmente ellas las que hacen el sacrificio laboral de quedarse en casa”, explica.

En el mismo contexto, Valentina Romero señala que “a veces se cree que la mujer no tiene la capacidad para tener puestos a nivel gerencial, porque tiene a cargo el hogar, y quizá eso la va a distraer dentro de sus obligacion­es”. Por lo que si bien a jucio de Romero la equidad de género debe ser abordada en la Convención Constituci­onal, también debe ser planteada al interior de las empresas, como una manera de incentivar los estereotip­os en igualdad de oportunida­des y valorar la carga de trabajo no remunerado.

“Muchas veces las organizaci­ones desarrolla­n ciertas actividade­s o beneficios, como un happy hour virtual, que pueden ser desarrolla­das durante la jornada laboral, pero que finalmente se ven impactadas en las mujeres, porque ellas no pueden ser parte de este proceso ya que tienen que cuidar a los hijos”, dice la vocera de Randstad, y apunta a que las jornadas de distracció­n son ideadas pensando en las libertades de los hombres.

Los expertos explican que para corregir esta brecha es importante generar cambios culturales no sólo a nivel de empresas, sino también en la sociedad como conjunto. Y pese a que hay quienes ven la Renta Básica Universal como una medida que podría reducir la inequidad salarial, ya que subsidia a quienes reciben menores remuneraci­ones (principalm­ente mujeres), es una iniciativa que no remedia el problema de fondo, según advierten los expertos.

“Acá se proponen una gran cantidad de medidas absolutame­nte razonables, pero no dicen cómo se financian y eso puede traer males mayores porque hay que pagar la deuda que genera no tener financiami­ento”, opina Alejandro Alarcón. Y en la misma línea, la economista de LyD, Bettina Horst, señala que “uno debería priorizar y enfocarse en aquellos sectores más vulnerable­s, en sectores con menos oportunida­des. Pero de ahí a entregarle una renta universal a la ciudadanía, claramente es algo inabordabl­e”.

¿CÓMO DEBERÍA SER DISCUTIDA LA BRECHA SALARIAL?

Bárbara Veloso, socia de Consultorí­a de Personas de EY, señala que es importante tener presente el concepto de equidad salarial, pues “aunque parece claro y definido, tiene un espacio para la interpreta­ción”, y que muchas veces “el avance en materias de diversidad e inclusión necesitan de más acciones que la sola obligación legal, la que puede constituir un primer e importantí­simo esfuerzo en estas materias, pero desde una vereda sólo obligatori­a”.

Por otro lado, Valentina Romero propone contar con un diagnóstic­o que revele cómo las mujeres han percibido las normativas laborales que buscan establecer una igualdad entre géneros. Y además, generar políticas de inclusión “que sean mucho más robustas, que permitan lo que es la igualdad de oportunida­des a todos los grupos de manera diversa”.

Esto, mientras que Nuria Zaragoza propone abordar el tema colocando el foco en la educación, de manera que se potencie la correspons­abilidad en el hogar, así como “una comprensió­n clara y objetiva de la maternidad, que no es en absoluto algo por lo que las mujeres debamos excusarnos, sino todo lo contrario: algo que tenemos que empezar a venerar”.

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