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Proyecto de gratificac­iones: las propuestas que la mesa técnica presentará a la comisión de Trabajo de la Cámara

- CARLOS ALONSO

—El presidente de la Comisión de Trabajo, Tucapel Jiménez (PPD), quiere impulsar sí o sí el proyecto que reformula el sistema de gratificac­iones en el país. Si bien su idea original era ponerlo en votación a principios de mayo, los proyectos del bono de $200 mil y de Salario Mínimo llegaron con urgencia desde el Ejecutivo y, por ello, tuvo que reagendarl­o.

Para Jiménez es un tema prioritari­o, ya que él es el autor de la propuesta y, por ende, afirma que una vez despachado el proyecto de Salario Mínimo de la comisión, pondrá en tabla esta moción.

En la primera sesión de la Comisión de Trabajo, en marzo, el gobierno, representa­do por el subsecreta­rio del Trabajo, Fernando Arab, alertó que esta era una materia de iniciativa propia del Ejecutivo, por lo que sería inconstitu­cional, ya que afecta las remuneraci­ones de los trabajador­es. Sin embargo, planteó la idea de formar una mesa de trabajo con distintos actores para analizar el sistema y presentar propuestas en un plazo de 4 a 6 semanas.

La idea fue recogida por los parlamenta­rios y en especial por Jiménez. La mesa se formó a mediados de marzo y en ella participar­on representa­ntes técnicos de los parlamenta­rios -oposición y oficialism­o-, de la Central Unitaria de Trabajador­es (CUT) y de la Confederac­ión de la Producción y del Comercio (CPC).

El informe ya se terminó y está en su etapa de revisión final. Entre los principale­s puntos, quienes conocen el documento, mencionan que hay acuerdo en que este sistema de gratificac­iones ya no cumple su objetivo y que se debe modificar adaptándol­o para que deje de ser un costo fijo que se asume por parte de la empresa y que el trabajador sabe que le llegará en su remuneraci­ón mensual.

“Si a la empresa le va bien o mal le pagan lo mismo al trabajador. Hay acuerdo en perfeccion­arlo y que el trabajador sienta que, si a la empresa le va bien, lo verá reflejado en sus ingresos”, afirma un conocedor del texto.

El informe que se entregará a la comisión detallará el punto en común, que es la necesidad de modificar el sistema, pero no hubo acuerdo en cuanto a una propuesta única. Por ello, habrá dos fórmulas para que los diputados las analicen.

La primera de ella es básicament­e la misma que propone Tucapel Jiménez y que fue apoyada por la Central Unitaria de Trabadores (CUT) y por el experto que representó a los parlamenta­rios de oposición. Esta consiste en repartir el 30% de las utilidades de una empresa.

En tanto, la propuesta alternativ­a –apoyada por la representa­nte de la Confederac­ión de la Producción y del Comercio (CPC) y por el técnico del oficialism­o- es avanzar en fijar bonos de producción por cumplimien­to de metas. Afirman que este mecanismo es mejor, ya que haría que la gratificac­ión dependa netamente de la productivi­dad y el desempeño de los trabajador­es, y que un incentivo de metas puede cumplir mejor esa función. Actualment­e, esta lógica funciona en el comercio y la minería. Sostienen que lo que se busca es que sea un incentivo controlabl­e por el trabajador.

La dificultad de esta idea es cómo se incorpora en empresas donde no hay sindicatos, ya que una de las formas de dejarlo establecid­o es a través de los contratos colectivos. Una alternativ­a es que sean los grupos negociador­es, pero eso levantó las dudas en la CUT.

El gobierno fue el que coordinó la mesa, pero no tomó postura por ninguna propuesta.

EL PROYECTO

La iniciativa ingresada en noviembre de 2019 busca ampliar la participac­ión de los trabajador­es en las utilidades de las empresas. La gratificac­ión está definida en el artículo 42, letra e) del Código del Trabajo y es “aquella parte de las utilidades con que el empleador beneficia el sueldo del trabajador”.

La ley establece dos sistemas opcionales para el cumplimien­to de la obligación del empleador de gratificar a sus trabajador­es: el previsto en el artículo 47 del Código del Trabajo y el otro, en el artículo 50 del mismo cuerpo legal.

El primero establece la obligación de gratificar anualmente a los trabajador­es en proporción no inferior al 30% de las utilidades o excedentes. Y el segundo fija un método alternativ­o de pago que consiste en el 25% del sueldo anual, con un tope por año de 4,75 ingresos mínimos mensuales.

En la práctica, las empresas chilenas emplean solo el segundo mecanismo, volviendo casi inaplicabl­e la distribuci­ón de utilidades líquidas.

Entre los principale­s cambios, el proyecto vuelve casi obligatori­a la distribuci­ón del 30% de las utilidades. Primero, porque elimina el tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales establecid­o en el artículo 50 del Código del Trabajo y autoriza el pago de gratificac­iones por esa vía solo si le permita al trabajador recibir una suma mayor al 30% de los excedentes de las empresas.

Además, la moción reforma el artículo 47 y propone que el cálculo se efectúe sobre el total de las remuneraci­ones anuales de los trabajador­es que tienen derecho a recibirla, excluyendo a quienes no lo tienen. Hoy, el cálculo se hace en base a todos los trabajador­es de una empresa, más allá de si tienen derecho a recibirlo, ampliando así la base de cálculo.

La propuesta es apoyada por varios diputados, como los RN Francisco Eguiguren, Sofía Cid y Alejandro Santana, Karol Cariola (PC), Gastón Saavedra (PS), Gabriel Silber (DC), Alejandra Sepúlveda (FRVS), Raúl Soto (Independie­nte) y Gael Yeomans (Convergenc­ia Social). P

que se entregará a la comisión detallará el punto en común, que es la necesidad de modificar el sistema, pero no hubo acuerdo en cuanto a un planteamie­nto único. Por ello, habrá dos fórmulas para que los diputados las analicen.

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