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Jorratt apoya otro royalty minero: “El impuesto actual es poco progresivo”.

Michel Jorratt presentó un análisis sobre las tasas efectivas pagadas por el royalty. En su visión, si bien la tasa máxima nominal es de 14%, en la práctica es 12,3% y aún así, lo efectivame­nte cobrado es bastante más bajo que eso.

- GUSTAVO ORELLANA

—El exdirector del Servicio de Impuestos Internos, Michel Jorratt, ha visto de cerca el debate por el nuevo royalty y la tributació­n minera. En ese sentido, realizó un completo análisis a las rentas económicas generadas por el sector en los últimos 20 años, las tasas de impuestos nominales y lo efectivame­nte pagado. Y los resultados fueron bastante interesant­es.

Jorrattt expuso este jueves en el seminario “Minería y tributació­n: Cimentando una discusión informada”, organizado por la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universida­d de Chile, y que contó con la participac­ión de economista­s como José de Gregorio, Andrea Repetto y Salvador Valdés.

El análisis del exdirector del Servicio de Impuestos Internos cubrió un período de 20 años, entre 2000 y 2019, lo que permite analizar ciclos de alzas y bajas de precios y, además, reflejando los cambios en el esquema tributario.

Según Jorrattt, la minería debe ser gravada igual que todos los sectores económicos, pero tiene caracterís­ticas especiales que hacen recomendab­le que tenga cierto trato distinto.

“Por ejemplo, la aplicación de royalties, que pueden ser ad valorem (sobre las ventas) o sobre utilidades. En ese sentido, coincido con que tenemos un royalty, que le llamamos impuesto específico a la minería, que es un instrument­o especial para ese sector y que apunta a extraer parte de las rentas económicas que genera esa actividad”, aseguró.

Sostuvo que una de las particular­idades del sector, es que, una vez que se han desarrolla­do las inversione­s necesarias para producir, los gobiernos suban los impuestos, lo que ha llevado a que se establezca­n incentivos, como los contratos de invariabil­idad tributaria, que buscan incentivar esa inversión.

En relación con la estimación de las rentas económicas (que se calcula como precio de cobre menos costos, y cargos por fundición, ponderado por la producción y restando los activos por costo promedio de capital), en el caso de Chile, Codelco habría generado en 20 años US$45.746 millones, lo que equivale a 1,2% del PIB del período, mientras que la minería privada lo habría hecho en US$127.168 millones.

Consideran­do los distintos períodos de precios, el quinquenio en que más recursos generó la industria tanto estatal como privada fue entre 2005 y 2009, en que Codelco generó US$24.479 millones y las mineras privadas, US$62.629 millones. Esto coincide con el boom de precios de esos años, que tras largas décadas en torno a US$1 por libra escaló hasta los US$3 por libra.

Respecto al destino de esa renta económica, Jorratt señaló que de los más de US$127 mil millones generados por las mineras privadas, el Estado se lleva US$51 mil millones, que representa el 41% en total. El resto, el 59%, va a las empresas mineras.

En el caso de Perú, en el mismo período el Estado se ha quedado con el 37% de la renta y las empresas, el 54%. Pero en ese país hay un tercer actor, los trabajador­es, que han capturado el 9% del total.

Otro cálculo del análisis de Jorratt fue las tasas efectivas históricas, consideran­do el impuesto pagado en relación con la utilidad antes de impuesto, con dos tributos: impuesto a la renta y royalty. Y sobre este último punto, hizo un cuestionam­iento sobre las tasas máximas.

“Nuestro impuesto específico tiene tasas nominales que van desde el 5% al 14%. Pero nuestra legislació­n a veces es tan enredada, que esa tasa máxima de 14% en la práctica es 12,3%. Lo que pasa es que el impuesto específico es gasto de sí mismo, tal como está definido en la ley. Entonces la tasa máxima no podría exceder de 12,3%, por ese hecho”, remarcó Jorratt.

Pero, además, las tasas efectivame­nte cobradas han sido bastante inferiores a eso, sin exceder en promedio el 6%.

“Lo que uno ve es que este impuesto ha tenido tasas efectivas que no han superado en promedio el 6%. La media debe estar en torno al 4%”, aseguró Jorratt.

NUEVO IMPUESTO

¿Cómo debiera ser entonces un nuevo royalty? Jorratt hizo algunas propuestas, como por ejemplo, la combinació­n de tres instrument­os: un impuesto sobre las utilidades, como el impuesto de primera categoría actualment­e vigente; un royalty ad valorem de tasa baja, que permitiría recaudar desde el inicio de los proyectos y también cuando el precio está bajo; y un tercer elemento que sería un royalty sobre las utilidades, que permitiría extraer una mayor proporción de la renta económica.

Finalmente, el extimonel del SII presentó una tabla que refleja que el 12,3% fijado como máximo, es imposible de alcanzar, incluso si el cobre se empinara a los US$7 por libra, en el que la tasa de royalty efectiva sería de 8,8%. Por ello, ve espacio para cambiarlo.

“En el papel tenemos un impuesto que parece progresivo, que tiene tasas nominales de hasta 14%, pero que en la práctica, los valores efectivos están muy lejos de eso”, concluyó.

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