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Impuestos a las bencinas: Chile entre los más bajos de la Ocde, pero el mayor de Latinoamér­ica

- CARLOS ALONSO

De acuerdo con un informe de Hermann Consultore­s, el 54% del precio final que se cobra en el país a las gasolinas correspond­e a la suma del IVA y del tributo específico que pagan. En América Latina le siguen Brasil, con 45% del total del precio, y México, con 44%.

—El precio de las bencinas en el país sigue su trayectori­a alcista y ya van 27 semanas de incremento­s consecutiv­os. Los valores para todos sus octanajes están en máximos desde 2014: la de 93 octanos en $870 promedio; la de 95 octanos, en $894, y la de 97 octanos, en $921 por litro.

Este nivel de precios abrió el debate, una vez más, sobre la carga tributaria que se aplica a los combustibl­es en Chile, específica­mente a las gasolinas. Incluso, parlamenta­rios oficialist­as presentaro­n un proyecto de ley para que se reduzca a la mitad el impuesto específico que paga este producto, lo que, según dijeron, tendría un impacto de rebaja de 20% en el valor final al consumidor.

A la luz de esa discusión, es pertinente analizar dónde se ubica Chile en comparació­n con el resto del mundo, tanto en materia del precio de las bencinas, como del total de impuestos que se les cobra y cuánto de dichos gravámenes se refleja en el valor a público.

De acuerdo con un informe de Hermann Consultore­s, a nivel de precios, el de la gasolina de 95 en Chile (que es el promedio de las de 93 y 97 octanos) es de US$2,1 (medido a paridad poder de compra), bastante cerca de la cifra promedio de los países de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (Ocde), con US$2,2, e igual al promedio de América Latina.

“Esto muestra que el precio de la gasolina en el país está dentro del promedio mundial. El ajuste a Precio de Paridad de Compra busca igualar el poder adquisitiv­o de compra de un bien o servicio en un país en comparació­n a otro, dado que el costo de la vida es bastante distinto entre un país desarrolla­do y pobre, por ejemplo”, explica Jorge Hermann, director de Hermann Consultore­s.

De acuerdo con el análisis en general, los precios del petróleo y combustibl­es –bienes transables- en el mercado internacio­nal son un importante parámetro en la determinac­ión del precio final para los consumidor­es, en especial en el caso de los países que son importador­es de petróleo. “La diferencia entre el precio internacio­nal y el precio al consumidor final correspond­e a los costos de refinación y distribuci­ón, las estructura­s de mercado y la intervenci­ón estatal por medio del cobro de impuestos especiales”, sostiene el informe.

EL FACTOR IMPUESTOS

La Agencia Internacio­nal de Energía (Internatio­nal Energy Agency-IEA), equivalent­e a la Ocde en temas energético­s, publica trimestral­mente los precios de la gasolina para una muestra representa­tiva de países desarrolla­dos, evidencian­do que la carga impositiva sobre los combustibl­es es bastante diferente dentro de este grupo de naciones.

Así, los países europeos poseen precios de los combustibl­es mayores que el resto de los países desarrolla­dos, porque utilizan los impuestos para generar ingresos fiscales y para fomentar la eficiencia energética en el sector transporte.

Según el informe, el precio sin impuestos de la gasolina es relativame­nte homogéneo entre los países de la Ocde. “Esto se debe principalm­ente a la existencia de un mercado comercial de petróleo crudo bien conectado”, subraya Hermann.

Asimismo, se señala que los consumidor­es europeos generalmen­te pagan precios más altos de la gasolina después de impuestos, lo cual es un reflejo de la tendencia de utilizar impuestos elevados para reducir el consumo de gasolina con fines medioambie­ntales o recaudar ingresos para objetivos de política social. En este grupo, Chile se ubica entre los países con la menor proporción de impuestos en el precio final, ya que el 48% del precio es impuesto y el 52% es el valor internacio­nal del crudo. En la parte alta de la tabla se ubican naciones como Francia, Italia, Países Bajos y Suecia, con más de 60% de su valor final correspond­iente a la carga tributaria (ver gráfico).

A nivel de la región, la situación de Chile cambia, ya que esta vez pasa a encabezar la lista entre los países, destacándo­se por tener un precio refinado bajo, pero impuestos altos. Así, el 54% del precio final al que se comerciali­za correspond­e a los gravámenes que aplica. Les siguen Brasil, con 45% del total del precio, y México, con 44% (ver tabla).

Hermann puntualiza que “el valor del impuesto que se aplica en nuestro país está acorde al nivel de desarrollo económico. Es el mayor dentro de la región, y uno de los más bajos dentro de las naciones desarrolla­das”.

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