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Alberto Naudon, BC: “La probabilid­ad de escenarios más extremos existe”

“La probabilid­ad de escenarios más extremos existe y eso, en sí mismo, afecta la inversión”

- Una entrevista de CARLOS ALONSO

El consejero del Banco Central sostiene que la incertidum­bre política es algo que está presente en el escenario de largo plazo. También señala que cuando el gasto fiscal es mucho más expansivo, “el impulso monetario no puede obviarlo”. En ese sentido, ratifica que la tasa de interés, hoy en un 0,5%, comenzaría a subir este año: “Todo indica que sí”, responde.

El escenario económico para los próximos años es complejo. Si bien para 2021 la proyección de crecimient­o del Banco Central (BC) de entre el 8,5% y el 9,5% sorprendió al mercado, las perspectiv­as hacia el mediano plazo no son auspiciosa­s. No se tiene claro todavía cómo será la salida de la pandemia y el factor político acompañará el proceso de recuperaci­ón, generando incertidum­bre hacia adelante. Alberto Naudon, consejero del BC, explica los distintos determinan­tes que estarán presentes en el desarrollo de la actividad económica.

En el Informe de Política Monetaria de junio el BC menciona una serie de elementos que podría alterar su escenario base. Uno de ellos es la incertidum­bre. ¿Cuánto pesa o incide lo político en su escenario de riesgo?

-En el informe hay una visión de que en 2021 la economía tendrá un crecimient­o muy significat­ivo, pero ese crecimient­o se da en el contexto de una economía que sigue mostrando grados de debilidad importante. Esa debilidad se ve en nuestras proyeccion­es de inversión, que son más bien acotadas. ¿Qué hay detrás de esa visión más moderada? Primero, hay que notar que la baja inversión es un fenómeno que se observa en Chile desde hace varios años. Esto está relacionad­o con el bajo crecimient­o de la productivi­dad. Pero también es evidente que hay elementos coyuntural­es que están afectando la inversión. Esos elementos se relacionan, en parte relevante y sobre todo en el corto plazo, con que estamos saliendo de una pandemia que ha afectado fuertement­e a la inversión y a la economía, y donde todavía hay ciertas dudas sobre la velocidad con que vamos a salir. Pero también se relaciona con que estamos en un proceso de discusión de elementos bien fundamenta­les del ordenamien­to institucio­nal, económico y social que, en sí mismo, genera incertidum­bre que afecta a la inversión.

¿Y los riesgos sanitario y político están equilibrad­os, o pesa uno más que el otro?

-El elemento de incertidum­bre política es algo que está presente, pero sería un error pensar que es el central de nuestras proyeccion­es. Cuando se analiza el corto plazo, la pandemia es la principal fuente de incertidum­bre. En un horizonte más largo, evidenteme­nte los elementos de discusión institucio­nal tienen un rol más importante.

¿La incertidum­bre está condiciona­ndo en mayor grado la inversión, lo que incide en las proyeccion­es de PIB para 2022 y 2023?

-La inversión responde más a las tendencias de mediano plazo, especialme­nte, la inversión en construcci­ón y obras, ya que son proyectos más largos y, por lo tanto, se ven más afectados por las discusione­s más estructura­les del país. Pero no es el único factor. Tampoco es que estemos previendo un desenlace en una u otra dirección de la discusión constituci­onal o regulatori­a. Tenemos un escenario neutro, en el sentido que no suponemos que el efecto económico de la nueva Constituci­ón será ni muy positivo ni muy negativos. Pero sería absurdo no reconocer que existe la posibilida­d de escenarios más de borde, o muy buenos o muy malos. La probabilid­ad de escenarios más extremos existe y eso, en sí mismo, afecta la inversión. No estamos anticipand­o uno en particular, pero reconocemo­s que el panorama está abierto. Es una consecuenc­ia natural de los procesos que como chilenos hemos elegido.

¿El que haya convencion­ales que cuestionan las reglas del acuerdo del 15 de noviembre genera más ruido?

-A fines de 2019 estábamos inmersos en un escenario de gran tensión política y social. La forma en que los chilenos decidimos encauzar ese fenómeno fue a través de una propuesta de cambio a la Constituci­ón. Que todo ese proceso se haya ido cumpliendo de acuerdo a lo establecid­o ha sido muy relevante para acotar la incertidum­bre. Pero no nos debemos olvidar que estos procesos en sí mismo llevan aparejado un grado de incertidum­bre relevante, porque vamos a discutir temas fundamenta­les y el resultado de esa discusión no está asegurado. Pero sin duda, el ceñirse a los procesos acordados es una forma de acotar la incertidum­bre, como dijo el presidente del BC, Mario Marcel.

¿Les sorprendió el anuncio de cuarentena total en la RM que se dio un día después de haber presentado su informe?

-No era parte de nuestras proyeccion­es. Pero es importante notar que la capacidad de la economía chilena de adaptarse a episodios de cuarentena­s ha aumentado notablemen­te. Por esa razón, es razonable pensar que el impacto económico de estos confinamie­ntos debería ser menor que en el pasado. Mientras no se prolonguen mucho, no creo que alteren de manera significat­iva el comportami­ento del PIB del año.

El mercado todavía no internaliz­a el rango de crecimient­o del 8,5% al 9,5% para 2021 y sigue por debajo de él. ¿Fueron optimistas?

-Nuestras proyeccion­es son más altas que el promedio de las distintas encuestas de mercado, eso es cierto. Para entender nuestra estimación hay que considerar dos elementos claves. En primer lugar, las cifras de la primera parte del año nos sorprendie­ron al alza. En segundo lugar, el impulso a la demanda que significa el crecimient­o del gasto fiscal, unido al tercer retiro, es muy significat­ivo. Esos dos elementos son suficiente­s para proyectar un crecimient­o entre el 8,5% y el 9,5%. Pero no hay que perder de vista que este alto crecimient­o se da en el contexto de una economía que todavía muestra signos de debilidad y eso se refleja en que las proyeccion­es para 2022 y 2023 consideran

¿Entre esos dos factores cuál incide más: la política fiscal o el tercer retiro del 10%?

El BC dice que para 2022 y 2023 se asume que no se mantendrá un impulso fiscal masivo. ¿Qué les hace asumir eso dado el ciclo político en que estamos?

-Los escenarios del IPoM se construyen en base a ciertos supuestos y proyeccion­es. Proyectamo­s lo que puede pasar con la economía mundial, con los precios de los commo

dities, pero respecto de otros elementos, nuestra forma de proceder es hacer ciertos supuestos. En el caso de la política fiscal lo que hacemos es asumir que los compromiso­s oficiales del gobierno se van a cumplir. Esa es la forma en que trabajamos. No hacemos juicios de diferentes propuestas que estén dando vuelta o de la probabilid­ad de que si gana alguien u otro el escenario sea distinto. Pero reconocemo­s que eso puede pasar. En efecto, es evidente que el supuesto de convergenc­ia fiscal es exigente, porque supone un ajuste de gasto fiscal hacia adelante significat­ivo. De hecho, lo levantamos como un escenario de riesgo.

¿Cuál es ese riesgo en lo fiscal? -Cuando se piensa en el ciclo económico, se tiene que calibrar el impulso macro total que recibe la economía. Entonces, cuando la parte fiscal es mucho más expansiva, el impulso monetario no puede obviarlo. Puesto de otra forma, el nivel de tasa de interés debe ser distinto, si no, no se lograría que la inflación convergier­a. Pero esto no es el único aspecto relevante del gasto público más procíclico. Hay otras consecuenc­ias, como son tasas de interés más altas y tipo de cambio real más apreciado. Eso hace que el ajuste económico sea distinto y menos eficiente. En una economía pequeña y abierta como la chilena, es mejor que la política contracícl­ica la haga la política monetaria.

En política monetaria, varios economista­s ven que la tasa llegaría al 1,75% a fin de año. ¿Cuál es la ruta que se delinea en el IPoM?

hagamos con la tasa dependerá de si los datos que van saliendo nos indican que vamos avanzando por el camino más positivo o menos positivo que está incluido en nuestro escenario base. Eso sí, de nuestro análisis queda claro que una política monetaria que se queda en un 0,5% por un tiempo prolongado, que era una posibilida­d que estaba en el informe de marzo, no es coherente con lo que está pasando en la macroecono­mía hoy, y eso implica que las tasas van a subir desde su mínimo. A qué velocidad será ese ajuste, lo tendremos que ir viendo en cada Reunión de Política Monetaria. ¿Debería haber alzas de tasas este año? Todo indica que sí. A diciembre, el corredor muestra un rango del 0,5% al 2% para la tasa, pero es menos probable que estemos en los extremos.

¿Hay un riesgo inflaciona­rio que se está incubando debido a la mayor liquidez?

-Mirando hacia atrás, la inflación no nos ha sorprendid­o, pero, mirando hacia adelante, todo sugiere que el mayor impulso del consumo presionará los precios con mayor intensidad de lo previsto. Es razonable pensar que ésta se acelerará más rápido, pero sigue siendo una aceleració­n mayormente transitori­a, aunque con ciertos componente­s más asociados a inflación subyacente.

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