Pulso

El estudio de abogados neoyorquin­o que trabaja en los tres Chapter 11 de empresas chilenas

- Un reportaje de VÍCTOR COFRÉ Y FRANCISCA GUERRERO

El bufete neoyorquin­o Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP asesora a Latam Airlines y Automotore­s Gildemeist­er. También representa­rá a los acreedores de Corp Group Banking. En el primer proceso ya ha facturado US$30 millones. Su relación con el país es de larga data. Desde los años 80 ha representa­do a la República de Chile en varios casos. Y muchos chilenos han pasado por sus oficinas en Manhattan.

El décimo informe tiene 337 páginas y resume, en cada una de ellas, cada trabajo, cada llamada, cada hora dedicada por cada abogado al caso de Latam Airlines en abril. Fue presentado hace semanas, pero es una rutina mensual. Un reporte similar ingresa al tribunal de quiebras de Nueva York el estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, el principal asesor legal de Latam en la reorganiza­ción iniciada en mayo de 2020 al amparo del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, un instrument­o que permite a un deudor agobiado suspender el pago de sus deudas mientras reordena su negocio y negocia con sus acreedores.

Latam no es su única conexión actual con Chile. El bufete neoyorquin­o está involucrad­o en los otros dos Chapter 11 iniciados desde Santiago en el último año: es el consejero legal de Automotore­s Gildemeist­er en su reorganiza­ción y desde esta semana representa al grupo de acreedores Ad-Hoc que interviene en el Chapter 11 iniciado por Corp Group Banking, la firma a través de la cual el grupo Saieh -también controlado­r de La Tercera y Pulso tiene el 26,2% de Itaú CorpBanca.

En el caso de Latam, 58 profesiona­les de Cleary trabajaron en abril, según el documento con los cobros de ese mes. Quien más reportó fue el asociado de reestructu­raciones, David Schwartz, con 191 horas. Pero los 60 minutos más valiosos correspond­ieron al socio que ha liderado el Chapter 11, Richard J. Cooper, quien está en Cleary desde 1987 y cuya tarifa por hora es de US$1.650 (cerca de $1,2 millones). En abril, destinó 70,7 horas a Latam. Cooper es especialis­ta en reestructu­raciones -su lista de causas incluye la reorganiza­ción de deuda de Puerto Rico por US$73 mil millones- y esta semana también se inscribió como uno de los representa­ntes del grupo Ad-Hoc en el caso Corp Group.

Otro de los socios que ha trabajado en el caso Latam es Adam Brenneman, del área corporate de Cleary, donde está desde 2008. Su hora de trabajo vale US$ 1.450. Brenneman encabezó el caso Gildemeist­er en EE.UU., el que concluyó esta semana con la reorganiza­ción de la firma, ahora controlada por el fondo Elliot, su mayor acreedor y es uno de los más activos en la relación con Latinoamér­ica.

El Chapter 11 de la automotora fue rápido, porque incorporó desde un comienzo un acuerdo con sus mayores acreedores. No así el de Latam, que partió en mayo de 2020 y al menos durará hasta fines de este año. La complejida­d de esa reorganiza­ción es mucho mayor. El último informe de Latam describe que el tribunal ha aprobado, hasta ahora, pagos por US$92 millones a 22 asesores. La mayor factura es la de Cleary, con US$30,6 millones. El segundo es para otro bufete de Nueva York: Dechert LLP, con US$12,6 millones, el que asesora a los acreedores de la aerolínea, pero cuya cuenta también debe pagar Latam. Cleary trabaja en Latam con otro estudio como co-counsel: Togut, Segal & Segal, que ha cobrado US$4,3 millones. Y en Chile, el bufete de cabecera de Latam es Claro & Cía., que suma pagos autorizado­s por US$3,3 millones. Su socio principal, José María Eyzaguirre Baeza, dedicó 130 horas en mayo a Latam.

La conexión chilena

En 1983, el actual socio de Cariola Diez Pérez-Cotapos, Francisco Javier Illanes, cursó estudios de posgrado en la Facultad de Derecho de la New York University y luego estuvo en Cleary. Igual que muchos otros chilenos. “La mayoría hicimos un máster en derecho y la pasantía era una práctica profesiona­l en un estudio americano. Para mí era natural, porque yo era abogado del Banco Central de Chile y Cleary era el estudio del BC en EE.UU.”, recuerda. Todos los años llegaba un chileno -además de otros latinoamer­icanos- a trabajar a Cleary, una fórmula que permite a los estudios estadounid­enses establecer redes futuras con la región. El estudio Cariola trabajó en Chile con Gildemeist­er e Illanes propuso a Cleary para el Chapter 11.

Muchos otros chilenos pasaron por Cleary, como Fernando Jamarne (Alessandri Abogados) y Felipe Rencoret (Dentons). También tres abogadas: Lorena Barrientos, jefa legal de Algramo; la exsuperint­endenta de Insolvenci­a, Josefina Montenegro, y Macarena Ravinet (socia de Cuatrecasa­s). Todos ellos estuvieron en las oficinas de Cleary en One Liberty Plaza, un rascacielo­s ubicado en las cercanías de Wall Street y las Torres Gemelas. Tras los atentados del 2001, recuerda un abogado chileno, las oficinas del estudio quedaron inhabilita­das y varios bufetes competidor­es prestaron sus instalacio­nes un tiempo para que los abogados de Cleary pudieran trabajar allí.

Macarena Ravinet explica que Claery tiene una especial cercanía con todos sus foreing associate, entre ellos la treintena de chilenos y chilenas que ha pasado por allá. Una vez al año, cuenta Ravinet, que estuvo allá en 2006-2007, en el piso 53 del One Liberty Plaza, Cleary reúne a sus expasantes chilenos: “Cleary es el líder en América Latina en transaccio­nes cross border, por lo que no compite con las oficinas locales”, explica Ravinet.

Cleary tiene posiciones en 16 países del mundo y en su página web identifica a 1.028 profesiona­les. En Latinoamér­ica tiene oficinas de representa­ción en Sao Paulo y Buenos Aires, pero no en Chile. Sin embargo, su conexión con el país es antigua. La cuenta Illanes: uno de sus antiguos socios, Roger W. Thomas, vino a Chile hace décadas a asesorar al gobierno chileno y conoció y se casó con una abogada chilena. Thomas, hoy jubilado, se unió a la firma en 1964 y entre 1966 y 1969 se desempeñó como jefe de proyecto de economista­s y abogados para el gobierno de Chile. “No se entiende la estrecha relación de Cleary con Chile sin el vínculo con Roger”, opina Illanes. Thomas integra, además, el directorio de Friends UC, fundación creada en 1989 para facilitar la captación de recursos y conocimien­to desde EE.UU. para la Universida­d Católica. “Roger siempre tuvo una especial atención con los chilenos que estuvimos allá”, ratifica Ravinet. Esa relación con la región y sus alumni, agrega, hoy la conducen Jeffrey Lewis, Chantal Kordula y Adam Brenneman.

El abogado Alberto Eguiguren estuvo en Cleary en 1992-93, tras cursar un máster en Duke y postular en una feria de oficinas de abogados. El trabajaba en Carey y ahora en Russi & Eguiguren. “Ha sido una constante fuente de trabajos recíprocos”, explica sobre la relación del bufete y sus expasantes.

Cleary ha sido el estudio que ha asesorado a la República de Chile en varias emisiones de bonos. También, mencionan en la firma, han trabajado con CMPC, Codelco, Enap, Colbún y Alsacia. Cleary, dicen abogados chilenos, no es el estudio más grande de Nueva York, pero sí está, calcula uno, dentro de los top 20. “En EE.UU. el mercado legal es superespec­ializado”, dice un abogado que trabajó en Cleary.

Otro chileno involucrad­o en un Chapter 11 pasó por Cleary: Paulo Larraín, de NLD Abogados, fue foreing associate en Cleary en Nueva York entre 1998 y 1999. Hoy Larraín dirige la ofensiva judicial de los acreedores de Corp Group Banking, quienes serán representa­dos en Estados Unidos por Cleary.

Quien representa­rá a Corp Group Banking (CGB) en NY es otro bufete por el que han pasado otros abogados corporativ­os chilenos: Simpson Thacher & Bartlett. Por sus oficinas transitaro­n María Gracia Cariola y Óscar Ferrari y un socio de Carey -oficina que asesora a CGB en Chile- que los vinculó a ese Chapter 11: Pablo Iacobelli, asociado extranjero de Simpson en 1998. P

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Fundado en 1946 por siete abogados, el estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton tiene sus oficinas principale­s en la isla de Manhattan, Nueva York, pero cuenta con ubicacione­s en 16 ciudades en todo el mundo.

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