Convención Constitucional: soluciones locales a problemas globales
El domingo recién pasado se dio inicio al trabajo de la Convención Constituyente, lo que sin dudas es un hito histórico donde como país, a partir de representantes elegidos democráticamente, nos sentaremos a definir el futuro que queremos. En lo personal, tengo claro que debemos buscar soluciones a una importante diversidad de problemas. Pero también me parece que no todos estos problemas (desigualdad, pobreza, acceso a educación, salud, seguridad social y vivienda, condiciones de trabajo y otros) tendrán una respuesta clara en el contenido y alcance de una nueva Constitución; toda vez que lo habitual es que una Constitución, solo tenga el propósito de establecer mínimos garantizados, dejando al ejercicio del Ejecutivo y el Congreso la determinación de las leyes y las políticas públicas que nos permitan avanzar en solucionar estos problemas y alcanzar los objetivos que fijemos.
En este contexto, es que me parece relevante que acordemos como sociedad -representados a través de los 155 convencionales constituyentes- cuáles son esos derechos o garantías que queremos establecer en la nueva Constitución más que entrar en la solución misma. No tengo dudas que todos queremos un mejor país; pensiones dignas, un acceso igualitario a la salud y muchos otros derechos sociales, y espero, que existan las oportunidades y la apertura para escuchar diversas propuestas, analizar la experiencia internacional en cada uno de estos temas y no quedarnos pegados en frases hechas o eslóganes construidos que muchas veces nos entrampan la conversación más que abrirnos al debate y la discusión de oportunidades.
Sin duda una de las grandes discusiones en las que como país hemos estado insertos en los últimos años es el Sistema de Seguridad Social, donde con mucho orgullo participamos como Mutual de Seguridad. A partir de nuestra constante y activa participación en la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) creada en 1927 bajo el alero de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reconocemos importantes esfuerzos tanto de los gobiernos, de ONG, y de múltiples instituciones por promover activamente que todas las personas tengan acceso a la protección social con oportunidad y de calidad, cuestión que se ha puesto aun más de manifiesto producto de la pandemia del Covid-19.
En estas instancias nos damos cuenta que todos los países enfrentamos problemas comunes por resolver: mejorar y financiar el sistema de pensiones considerando el envejecimiento de la población, enfocar los esfuerzos de la salud pública en la prevención de enfermedades y el acceso igualitario de calidad a las prestaciones de salud curativa, por mencionar los que invitan a un mayor debate.
Desde hace un par de años como Mutual de Seguridad participamos directamente en la Comisión Técnica del Seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales de la AISS, por lo que con certeza puedo decir que en el ámbito de la Seguridad y Salud Laboral, también tenemos desafíos comunes: el nuevo mundo del trabajo donde la interacción entre las personas y la tecnología nos cambian los riesgos a los que estamos enfrentados, los cambios culturales que debemos liderar para poner foco en la prevención de los accidentes más que en la gestión de los mismos, el financiamiento de aquellas enfermedades o accidentes “multicausales”, la correcta y transparente administración de los recursos de la Seguridad Social, entre otros.
En este sentido, estamos conscientes y hemos sido parte de aquello que la misma AISS reconoce: un importante avance en las últimas décadas en la cobertura, calidad de servicios y prestaciones, y disminución de los costos asociados a la protección de los trabajadores frente a accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
Las mutualidades, al ser instituciones sin fines de lucro y con directorios bipartitos (compuestos por representantes de los trabajadores y de las empresas), creemos que nos hace estar más conectados con las necesidades de nuestros trabajadores protegidos y de las empresas adherentes, lo que nos ha llevado a una mejora continua de nuestros servicios, así como alta satisfacción de los usuarios del sistema. El administrar un seguro solidario y universal nos permite ser testigos de la diversidad de contextos laborales que existen en el país y buscar proteger permanentemente a quien trabaja, independientemente de su condición contractual. Al mismo tiempo, como Mutual nuestra vocación por ser un aporte para el desarrollo de Chile nos ha impulsado a ser promotores de cambios importantes en Seguridad Vial, así como en el Bienestar y Salud de los trabajadores de Chile.
Las decisiones de la Convención Constitucional serán de un carácter más político que técnico. Sin embargo, quisiera convidar a quienes deben tomar estas decisiones que revisemos las opciones disponibles, evaluemos su idoneidad de acuerdo con los valores que buscamos proteger y no borremos completamente aquellos aspectos que hoy sí funcionan y permiten entregar una protección social de calidad y admirada por otros países a los trabajadores de Chile.