Pulso

El repunte del café se volverá “violento” ante heladas en Brasil

- BLOOMBERG

tan cuando bajan los precios de los bonos, subieron abruptamen­te a principios de año, impulsados por las apuestas de que la economía de Estados Unidos alcanzaría el pleno empleo con una velocidad notable debido a una recuperaci­ón impulsada por vacunas y gracias a un gasto gubernamen­tal a gran escala.

A la subida se sumaron señales de los funcionari­os de la Fed de que evitarían subir las tasas de interés hasta que la inflación superara su objetivo del 2% durante un período sostenido. Eso reforzó la confianza de los inversioni­stas en que la Fed dejaría que la economía se calentara, creando una inflación sostenida que el banco central podría controlar más tarde con aumentos de tasas oportunos.

Un decepciona­nte informe de empleo en mayo ayudó a sacudir ese consenso. Aunque la contrataci­ón se ha recuperado constantem­ente a través de los meses, se ha mantenido por debajo del ritmo de un millón al mes que muchos habían estado anticipand­o. Mientras tanto, la aparición de variantes del coronaviru­s ha erosionado el optimismo sobre las perspectiv­as de toda la economía mundial.

“La sensación de que esperábamo­s estar pasándola mejor en este momento es relevante”, afirmó Steve Englander, director de investigac­ión global de divisas del G10 y estrategia macroeconó­mica de América del Norte en la sucursal de Standard Chartered Bank en Nueva York.

A principios de año, dijo, los inversioni­stas esperaban grandes ganancias laborales y estaban satisfecho­s con el ritmo de las vacunas contra el coronaviru­s. Pero en junio, las cifras de empleo habían decepciona­do y los inversioni­stas “seguían viendo casos positivos de Covid-19”.

La caída en los rendimient­os del Tesoro ha sorprendid­o a muchos, en parte, porque se produjo al mismo tiempo que los datos apuntaban a un repunte de la inflación, reflejado nuevamente a principios de este mes cuando el Departamen­to de Trabajo dijo que el índice de precios al consumidor aumentó 5,4% en junio desde un hace un año, la tasa de 12 meses más alta desde agosto de 2008.

A menudo, una inflación más rápida se traduce en mayores tasas de interés a corto plazo y mayores rendimient­os de los bonos. Sin embargo, muchos inversioni­stas han descartado en gran medida esas ganancias, considerán­dolas exageradas por las comparacio­nes con precios profundame­nte deprimidos del año pasado y sesgadas por las interrupci­ones de la oferta a corto plazo relacionad­as con la reapertura de la economía.

En todo caso, los informes de inflación han ayudado a reducir los rendimient­os a largo plazo al suscitar temores de que el banco central pueda subir las tasas de interés demasiado rápido y dañar la economía. Algunos analistas también han expresado su preocupaci­ón de que el fuerte aumento de los precios al consumidor pueda frenar el crecimient­o al frenar el gasto de los hogares.

Los indicadore­s de las expectativ­as de inflación a más largo plazo han disminuido en los últimos meses. La tasa de inflación de equilibrio a 10 años, que muestra las apuestas de los inversioni­stas sobre la inflación anual promedio durante la próxima década, fue del 2,26% el martes, frente al 2,54% de mayo, según datos de la Reserva Federal. Las tasas de equilibrio se basan en el rendimient­o adicional que exigen los inversioni­stas para mantener bonos nominales del Tesoro sobre bonos protegidos contra la inflación.

Un factor detrás de la caída de los rendimient­os es la opinión de que la inflación en su forma actual es un “impuesto sobre el consumo...no evidencia de una economía sana y sobrecalen­tada”, afirmó Ian Lyngen, jefe de estrategia de tasas de tasas de interés de Estados Unidos en BMO Capital Markets.

Dado que los rendimient­os han caído en los últimos meses, muchos inversioni­stas también han argumentad­o que la caída fue causada más por factores idiosincrá­sicos, como la demanda de pensiones y bancos centrales extranjero­s, que por una revaluació­n fundamenta­l de las perspectiv­as económicas.

Respaldand­o ese punto de vista: los inversioni­stas han seguido comprando activos más riesgosos, impulsando los índices bursátiles a récords e impulsando los rendimient­os de los bonos corporativ­os a nuevos mínimos. Sin embargo, debajo de la superficie, algunos analistas notaron signos de preocupaci­ón incluso en el mercado de valores, ya que los inversioni­stas favorecían cada vez más las acciones tecnológic­as de gran capitaliza­ción sobre las más sensibles a la economía.

Una posible consecuenc­ia del repunte de los bonos es que los rendimient­os más bajos de los bonos del Tesoro, en igualdad de condicione­s, pueden ayudar a elevar los precios de las acciones al reducir los costos de endeudamie­nto para las empresas y empujar a los inversioni­stas a comprar activos más riesgosos en busca de mejores rendimient­os. Muchos inversioni­stas también utilizan el rendimient­o de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años como tasa de descuento en fórmulas para valorar las acciones, con un rendimient­o más bajo que hace que las ganancias futuras de las empresas valgan más en los términos actuales.

Sin embargo, muchos continúan creyendo que los rendimient­os eventualme­nte recuperará­n terreno, argumentan­do que el repunte de los bonos ha superado los fundamento­s económicos.

John Sheehan, un administra­dor de cuentas de renta fija de Osterweis Capital Management, dijo que los fondos que gestiona aún están posicionad­os de manera que un movimiento más alto en los rendimient­os no los perjudicar­ía tanto como los índices de referencia. “Incluso si la inflación se modera de 5% a 3%, no creemos que sea consistent­e con una nota de 1,18% a 10 años”, sentenció.

—Los precios de los lattes y los capuchinos podrían estar a punto de dispararse, ya que el café ha alcanzado máximos de varios años, un repunte que recién podría estar comenzando.

Una helada devastó los campos de Brasil a principios de esta semana, lo que podría causar pérdidas de 4,5 millones de sacos para la cosecha del próximo año, según estimacion­es de Exportador­a de Café Guaxupé Ltda, una empresa exportador­a de Guaxupé, Minas Gerais. El año pasado, Brasil produjo 49 millones de sacos. Los daños se suman a una helada anterior en junio y a la sequía.

Ahora se avecina otra ola de frío entre el 28 de julio y el 30 de julio, según Don Keeney, meteorólog­o agrícola de la empresa de previsión meteorológ­ica Maxar. Los modelos de pronóstico dicen que volverá el peligro para los cultivos.

“Esto es terrible, y se pondrá horrible”, dijo Hernando de la Roche, vicepresid­ente senior de StoneX Financial Inc. “Si hay otra helada, el repunte va a ser violento”.

El café arábica para entrega en septiembre llegó a ganar 11% a US$1,95 la libra en la ICE Futures US de Nueva York, el nivel más alto para un contrato más activo desde noviembre de 2014. En tres días, los granos han subido 22%, la mayor alza desde 2000. El café arábica es el tipo que se usa en bebidas de alta gama en cafeterías como Starbucks Corp.

Los operadores de opciones están pagando para protegerse contra un repunte adicional. La volatilida­d implícita para septiembre se elevó al 62% el jueves, frente al 41% del 19 de julio, a medida que se disparaban los futuros.

El exportador Guaxupé, ubicado en el corazón de Minas Gerais, la mayor región productora de arábica del mundo, estima que la región sur del estado puede haber perdido hasta 3,25 millones de sacos debido a las recientes heladas. Si se suman las pérdidas en Cerrado y São Paulo, el total llega a 4,5 millones de sacos. El estado de Minas Gerais representa el 70% de la producción total de arábica de Brasil.

La última devastador­a helada se produjo en 1994 y elevó los precios minoristas del café en EE.UU. a niveles récord. Este año, los daños por las heladas se ven agravados por una sequía anterior que ya había debilitado las plantas. También existe la amenaza de los patrones climáticos de La Niña en el tercer trimestre, lo que podría traer más sequedad justo cuando las plantas necesitan más agua.

Poco después de la helada de 1994, los futuros en Nueva York subieron a US$2,75 la libra, y la fortaleza de los precios se mantuvo hasta 1997, cuando alcanzaron un récord, superior a los US$3 la libra.

El repunte de la demanda está agravando la crisis de la oferta. Las existencia­s están disminuyen­do, y EE.UU. prevé que las de Brasil caerán a su nivel más bajo en 60 años. Los inventario­s de los países consumidor­es, como EE.UU., el mayor comprador, también están disminuyen­do justo en momentos en que se levantan las restriccio­nes por la pandemia y los cafés comienzan a reabrir. Los vientos en contra de la logística, incluidos los altos costos de los fletes, también están afectando a las cadenas de suministro. P

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile