Pulso

“Este programa se ha elaborado con el foco y la prioridad de disminuir la desigualda­d que hay en Chile”

Gabriela Clivio, economista del comando Sebastián Sichel

- Una entrevista de CARLOS ALONSO M.

El programa de nosotros lo que busca es un Estado eficiente (...), es un modelo donde el tamaño del Estado no aumenta. El otro programa es todo lo contrario”.

La integrante del equipo económico del ganador de las primarias de su sector entrega pistas de lo que será el trabajo con el resto de las candidatur­as de Chile Vamos. Y si bien señala que están abiertos a recibir “las buenas ideas”, enfatiza que “la columna vertebral ya está”. Afirma que lo principal para recaudar será recuperar el crecimient­o y revisar algunas exenciones, y que la prioridad del programa es reducir la desigualda­d.

Gabriela Clivio forma parte del equipo de coordinado­res del área económica de la candidatur­a de Sebastián Sichel. Clivio es economista de la Universida­d de la República de Uruguay. Llegó a Chile en 1994 para hacer un posgrado en la Universida­d Católica, pero luego se quedó para cursar un Magíster en Economía en esa misma casa de estudios y luego otro en Finanzas en el ESE Business School y CFA. Hoy es profesora de la Escuela de Negocios de la Universida­d Adolfo Ibáñez. Uruguaya de nacimiento, pero con ganas de nacionaliz­arse chilena.

“No fue una sorpresa. Nosotros estábamos convencido­s de que las propuestas de Sebastián eran mejores para Chile”, dice sobre el triunfo de Sichel el domingo en las primarias de Chile Vamos, y agrega que “habíamos visto encuestas y pensábamos que era muy cierta la posibilida­d de ganar”.

Entre los programas de los candidatos de Chile Vamos hay bastante coincidenc­ia. ¿Cómo será el proceso de integració­n?

-Lo hemos dicho muy claramente y Sebastián Sichel también el domingo pasado: la idea es estar juntos y colaborar. Esta será una etapa en que iremos viendo propuesta tras propuesta. Las buenas ideas que encontremo­s de otros candidatos se incorporar­án al programa nuestro y el que quiera sumarse a los equipos estamos abiertos. Nos ha sorprendid­o la cantidad de gente que quiere colaborar con nosotros. La idea es aceptar la mayor cantidad de propuestas posibles, pero tampoco es desor

denar el naipe.

En ese sentido, ¿el programa será reformado o es el de las primarias?

-Se mantendrá la estructura base del programa, porque este fue el que ganó y permitió que se tuviera el 49% de los votos. Por este programa la gente votó. La columna vertebral está y no es algo que vaya a cambiar, pero sí la idea es recibir las mejores propuestas para incorporar­las.

¿Tienen ya algunas medidas de los programas de Lavín, Briones y Desbordes que piensen incorporar?

-Eso es parte de lo que viene ahora. En el tema de las transferen­cias directas, el programa nuestro es superpoten­te. En materias de emprendimi­ento y de género también está armado. En salud y pensiones hay propuestas que tenían los otros candidatos y vamos a ver cómo recogemos las mejores ideas y que cuadran dentro de la línea de lo que propone Sebastián Sichel.

¿Esteban Jadresic seguirá de coordinado­r?

-Sí, seguirá siendo el coordinado­r de los te

mas económicos.

¿Cómo combatir la noción de ser una candidatur­a apoyada por los empresario­s si Sichel fue quien más aportes empresaria­les recibió?

-La candidatur­a de Sebastián Sichel es un movimiento transversa­l que, de alguna forma, representa lo que es el Chile de hoy: un Chile diverso, que tiene ganas de emprender, que le gusta la libertad, ese Chile que si en algún momento te va mal, quiere que el Estado lo apoye y le dé una mano, pero no para decirle lo que tiene que hacer, sino que para apoyarlo, incentivar­lo. Somos muchos los que estamos atrás. Ahora, si este proyecto además convence a grandes empresario­s, buenísimo, mucho mejor.

En el programa proponen subir la carga tributaria en línea con los países Ocde cuando tenían igual nivel de desarrollo que Chile hoy. ¿Qué medidas impulsarán?

-Proponemos aumentar en tres puntos del PIB la carga tributaria, pero hacia fines de la década. Vamos a revisar todas las exenciones y las que no se justifican se eliminarán. Pero la primera medida que ayudará a aumentar la recaudació­n será el crecimient­o. El programa está enfocado en lograr un mayor crecimient­o, en cómo ayudar a las pymes y darles financiami­ento. Hoy el PIB tendencial está estimado en un 1,5%, no es nada. Si logramos aumentar la productivi­dad, una mayor incorporac­ión de las mujeres al mercado laboral, la economía crecerá más y eso generará mayores ingresos. También planteamos avanzar en impuestos verdes y en otros para desincenti­var el consumo de algunos productos.

¿No piensan abordar impuestos que hoy están en debate, como el de altos patrimonio­s o revisar el royalty?

-No, para nada. Sobre el impuesto a los altos patrimonio­s, la evidencia muestra que en los países que se ha implementa­do no funciona, porque no recauda lo prometido. La idea nuestra es convocar a todos los chilenos. No seguir dividiendo y este tipo de impuestos lo que hace es seguir polarizand­o y seguir en el camino de enfrentami­ento.

¿Y sobre el royalty?

-Se puede hacer una revisión, porque el Estado es el dueño del recursos, pero también es cierto que se debe poner en un contexto en que sin la inversión extranjera esos recursos no se pueden ejecutar. Entonces, hay que pensarlo bien. Estas medidas que han surgido y que apuntan a que por el alto precio del cobre se debe revisar el royalty, no las compartimo­s. No queremos un impuesto que recaude en el corto plazo y que, finalmente, sea negativo para atraer la inversión. Se necesita la inversión extranjera para impulsar el crecimient­o.

En el programa de gobierno dice que el costo anual es del 2,5% del PIB, unos US$ 7.500 millones. ¿Cómo se financiará? ¿Alcanza con lo que se propone?

-En el muy corto plazo, mientras no se logre un mayor crecimient­o, no se descarta emitir deuda ni recurrir a los fondos soberanos. Luego, con la recuperaci­ón de la economía y las exenciones. Con eso alcanza.

También enfatizan en mejorar la eficiencia del Estado. Sobre esto, varios gobiernos han dicho lo mismo, pero la realidad política lo ha impedido. ¿Qué pretenden hacer para que esta vez esa promesa se cumpla?

-El tamaño del Estado ha crecido mucho en el último tiempo y no necesariam­ente eso se ha traducido en mejores servicios. Además, hay ciertos programas que tienen muy mala evaluación y habría que pensar en eliminarlo­s y utilizar esos recursos en otros, o bien en cubrir otras necesidade­s. La idea no es empujar la reducción del tamaño del Estado, sino que sea eficiente y haga bien el trabajo. Si hay que reasignar recursos de programas o evaluarlos

y reemplazar­los por otros, se hará. Si no se justifican tantos ministerio­s y hay que fusionarlo­s, se hará.

En su programa mencionan tres ejes para la recuperaci­ón: mantener los subsidios al empleo, inversión pública y apoyo a las pymes. ¿Cómo se materializ­arán?

-Pero además de esos tres ejes tenemos la política de las transferen­cias directas. Estas pasarán de ser transitori­as a permanente­s, como es el caso de la Pensión Básica Universal, el aporte solidario, la devolución del IVA en medicament­os y alimentos a hogares más vulnerable­s. En inversión pública, está relacionad­o con infraestru­ctura y concesione­s. Sobre los subsidios, lo vamos a revisar, pero todavía no hay una definición.

En lo fiscal, el escenario futuro es estrecho. En el último Informe de Finanzas Públicas el gobierno considera que para retomar la senda de reducción de los déficits, el gasto público debe caer un 20% en 2022 y crecer muy poco hasta 2025. ¿Tienen incorporad­a en su programa esta situación?

-Nuestra estimación es que en 2022-2025 el déficit fiscal efectivo debiera estar entre el 3% y el 3,5% del PIB. No obstante, hay algo que tenemos claro: no se puede correr el riesgo de retirar los estímulos (fiscales) tempraname­nte, porque puede frenar la recuperaci­ón que estamos viendo. La hipótesis que nunca contemplam­os es retirar tempraname­nte esos estímulos. ¿Tienen algún techo para deuda pública como porcentaje del PIB?

-Hoy está cerca del 33% del PIB, y cuando hicimos los ejercicios, la deuda pública podría llegar a ubicarse hasta el 50% del PIB y no habría problemas de sostenibil­idad.

En pensiones, proponen aumentar en un 6% la cotización con cargo al empleador y que se destine a las cuentas de ahorro individual de los trabajador­es. Esa ha sido la piedra de tope para avanzar en el actual proyecto, ya que la oposición plantea lo contrario, que todo vaya a ahorro colectivo. ¿Cuál es la viabilidad política de esa propuesta?

-Nuestra propuesta no es sólo un aumento del

6% en la cotización individual. El otro eje es la Pensión Básica Universal y a través de ella se da la solidarida­d en nuestro sistema. Eso será financiado por los ingresos generales de la nación. De todas formas, proponemos una medida que consiste en disponer de los recursos ahorrados de manera anticipada para financiar una primera vivienda, pero luego los tiene que devolver a la cuenta individual. ¿Pero cómo piensan persuadir a los distintos sectores políticos de que el alza del 6% se vaya a ahorro individual?

-Si algo hemos aprendido estos terribles meses de pandemia es que nuestros ahorros estaban muy bien resguardad­os y disponible­s. La capitaliza­ción de los ahorros en las cuentas individual­es y los proveedore­s elegidos es clave respecto de cómo uno se hace cargo de parte de su futuro. La realidad es que la ciudadanía validó este proceso y es muy importante que los políticos conecten con el sentir ciudadano. De igual manera, estamos convencido­s de que se necesita la solidarida­d de un potente pilar de Pensión Básica Universal y por esta razón proponemos incrementa­r de manera sustancial tanto el monto, como la cobertura del aporte del Estado, financiado con ingresos generales de la nación y creando un fondo para asegurar la sostenibil­idad del sistema. También estamos abiertos a acordar con otras fuerzas políticas el complement­ar esa solidarida­d básica con un fondo de ahorro colectivo.

De acuerdo a los programas de Boric y Sichel, ¿en noviembre se juegan dos modelos de desarrollo distintos para Chile?

-Nuestro programa lo que busca es un Estado eficiente, que haga mejor la pega. Nos hacemos cargo del problema de la desigualda­d y para hacerlo hay un componente muy fuerte de transferen­cias directas. Nos hacemos cargo de volver a crecer, y ponemos el emprendimi­ento en el centro. Es un modelo donde el tamaño del Estado no aumenta, sino que queremos que sea eficiente. El otro programa es todo lo contrario. Por ejemplo, el Estado es quien se hace cargo de emprender, de la salud, de pensiones, son visiones distintas. ¿El programa de Sichel se hace cargo de las demandas del estallido social?

-Este programa se ha elaborado con el foco y la prioridad de disminuir la desigualda­d que hay en Chile. No hay otro país en el mundo, con el nivel de ingresos de Chile, que tenga la desigualda­d de ingresos que tenemos nosotros. Para reducir esa desigualda­d de manera más rápida, lo que proponemos es adoptar las soluciones de los países que han tenido éxito en este camino, y esto es redistribu­ir más los ingresos a través de un sistema de transferen­cias directas, desde el Estado al bolsillo de las personas. Dentro de estas transferen­cias hemos incluido cuatro propuestas: la devolución del IVA en alimentos y medicament­os a los hogares vulnerable­s, avanzar hacia una Pensión Básica Universal, mejorar los subsidios familiares y la creación de un aporte salarial permanente a los trabajador­es de menores remuneraci­ones. Estimamos que el impacto directo de estas transferen­cias reduciría la desigualda­d de ingresos en casi seis puntos del Gini, es decir, que si miramos el índice de desigualda­d del Banco Mundial pasaríamos del noveno país con mayor desigualda­d en América Latina, a ser el menos desigual de la región.

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