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Senado aprueba por unanimidad reforma al Código de Aguas tras 10 años de tramitació­n

Este martes se realizó la votación en general de la iniciativa en la sala del Senado. Se fijó un breve plazo para el ingreso de indicacion­es.

- MARIANA MARUSIC/ PATRICIO POBLETE

—Lleva toda una década de tramitació­n en el Congreso, pero ya está en la recta final: Por 36 votos a favor, 0 en contra y 0 abstencion­es, la sala del Senado aprobó ayer en la tarde en forma unánime el proyecto que reforma el Código de Aguas.

De esta manera, la iniciativa que se encuentra en segundo trámite constituci­onal fue aprobada en general, y se fijó como plazo hasta este miércoles, a las 9.00 horas, para ingresar indicacion­es, y hasta el mediodía para solicitar votaciones separadas respecto de los artículos que componen el proyecto.

Sin embargo, la decisión por parte de los parlamenta­rios era un secreto a voces. Al menos así lo aseguró ayer un grupo de senadores. El senador Claudio Alvarado (UDI), integrante de la Comisión especial sobre Recursos Hídricos, Desertific­ación y Sequía, señaló: “Este proyecto ha tenido una larga tramitació­n en el Congreso, especialme­nte en el Senado, ha pasado por tres comisiones, y en cada una de ellas se han ido haciendo especiales aportes, tal es así, que ha llegado a la sala con una especie de consenso (...) que permite asegurar su aprobación en general hoy (ayer) en la tarde”, señala el senador.

Y agrega que “se nota, si analizas los discursos de la semana pasada, que de todos los sectores, no obstante algunos matices, al final confluyen en que está bien”.

El senador José García Ruminot (RN) afirma: “Espero que se apruebe la idea de legislar. Es un proyecto muy ordenador; un importante avance para la mejor administra­ción de las aguas”.

El presidente de la Comisión de Constituci­ón, Pedro Araya (Independie­nte), asegura: “Esperamos que el Senado pueda aprobar las reformas al Código de Aguas, ya que necesitamo­s adecuar nuestra legislació­n para responder de mejor manera a la compleja situación hídrica que vive el país, de aprobarse el proyecto, se consagrará una legislació­n que busca proteger el recurso hídrico, así como también garantizar el consumo para las personas. Además, se busca

terminar con la especulaci­ón que ha existido con los derechos de aguas”.

En tanto, el senador Jorge Pizarro (DC), dice: “Espero que se apruebe y ojalá por unanimidad. Hay bastante consenso”.

El senador Juan Castro Prieto (IND, ex RN), asegura que “el día de hoy (ayer) seguimos discutiend­o el Código de Aguas, que es un proyecto que lo estamos viendo en general, por el que hay acuerdos de comité de pasarlo posteriorm­ente a la Comisión de Recursos Hídricos, donde estaríamos evaluándol­o en particular y esperando de que algunos senadores puedan colocar algunas indicacion­es si es que les parece bien. Esperamos que este proyecto sea aprobado por la gran mayoría, y yo creo que será así”.

En el gobierno la apuesta ayer era que se aprobaría en general y con gran apoyo. Estiman que luego de ello, la discusión en particular no debiera tomar mucho tiempo, porque la iniciativa ya lleva un largo período de debate. Además, el Ejecutivo ingresaría algunas indicacion­es que no cambian estructura­lmente el proyecto, y no serán muchas. Los parlamenta­rios también podrían ingresar algunas indicacion­es.

LA HISTORIA

El proyecto de ley ingresado en moción en 2011 a la Cámara de Diputados está llegando a una última etapa legislativ­a. El miércoles pasado la sala del Senado comenzó a analizar el texto. Si bien se tenía contemplad­o que ahí mismo se votara en general la iniciativa, para luego dar un plazo acotado de tiempo para indicacion­es, la votación se trasladó para este martes.

La actual reforma fue analizada por las comisiones de Recursos Hídricos, Agricultur­a y Hacienda de la Cámara de Diputados, y aprobada en noviembre de 2016. Ahí, la iniciativa llegó al Senado y fue revisada por las comisiones de Recursos Hídricos, Agricultur­a y Constituci­ón.

Alvarado detalla que este proyecto “deja claro que el agua es un bien nacional de uso público, que la prioridad es el consumo humano, y también se define muy bien el uso de las aguas para diferentes actividade­s económico-productiva­s, todos los derechos que están constituid­os se mantienen bajo el alero de la actual legislació­n, y todos aquellos nuevos derechos, se entregan como una concesión con un plazo definido, donde la renovación va a depender del uso, de las actividade­s de la cuenca, etcétera”.

El parlamenta­rio UDI agrega que también “se establecen normas que facilitan la caducidad de derechos que no se estén utilizando, se aumentan fuertement­e las multas, si derechamen­te no hay un uso o hay un uso especulati­vo se caducan y se evita solicitar derechos con fines de especulaci­ón”.

En la sesión del miércoles pasado, el ministro de Obras públicas, Alfredo Moreno, quien estuvo en representa­ción del gobierno, valoró la iniciativa, ya que a su juicio incorpora varias indicacion­es realizadas por el Ejecutivo que perfeccion­aron la iniciativa. “Las posturas iniciales de esta discusión eran muy diferentes, sin embargo, con el dedicado trabajo de todos los senadores y del Ejecutivo, ha sido posible revisar y mejorar cada parte de este proyecto y conformar uno que ha concitado la unanimidad de todos los parlamenta­rios que lo han revisado”, dijo.

Para Moreno, este proyecto de ley refuerza la seguridad del consumo humano, junto con agregar la necesidad de saneamient­o, subsistenc­ia y la seguridad que requieren los usos para actividade­s productiva­s y refuerza la naturaleza jurídica del bien de uso público del agua”.

Para terminar su presentaci­ón de la semana pasada, el secretario de Estado dijo que los cambios “se hacen en un marco de seguridad jurídica y de procedimie­nto adecuados para la defensa de los derechos para quienes los ejerzan permitiend­o que puedan tomar sus decisiones con razonable certidumbr­e”. Por todo aquello, enfatizó que “el Ejecutivo espera que el Senado apoye este proyecto”.

EL PROYECTO

En lo fundamenta­l, la iniciativa busca dar estabilida­d al abastecimi­ento de agua potable y prioridad al consumo humano, a su saneamient­o, a la seguridad alimentari­a y al desarrollo productivo local. Además, establece el derecho esencial al agua, enfatizand­o el carácter de bien nacional de uso público del agua, la extinción del derecho de aprovecham­iento de aguas y fortalecer las atribucion­es de la Dirección General de Aguas (DGA) en materia de fiscalizac­ión, gestión y sustentabi­lidad de los recursos hídricos, incluyendo la facultad para establecer un caudal ecológico mínimo.

Otro de los principale­s cambios es establecer que las aguas son bienes públicos. También exige caudales ecológicos y prohíbe entregar derechos en glaciares. Las nuevas concesione­s serán temporales, con causales de caducidad y extinción. Prohíbe extraer agua en humedales amenazados, sitios prioritari­os y áreas protegidas.

En ese sentido, se detalla que los nuevos derechos de agua son con un plazo de 30 años para los derechos consuntivo­s y de 20 años para los no consuntivo­s, son renovables en la medida que se cumpla con los requisitos que establece la ley, pero también caducables si no cumplen con las determinad­as funciones para las que fueron concesiona­das.

La nueva normativa obliga a informar sobre captacione­s y restitucio­nes, y constituye reservas de agua potable y saneamient­o. Obliga a las mineras a informar sobre aguas halladas y justificar su uso. Por último, protege los servicios sanitarios rurales, comunidade­s agrícolas, campesinos Indap, comunidade­s indígenas y áreas protegidas.

Otro de los aspectos novedosos de la iniciativa es que se considera la creación de un panel de expertos, que va a tener incidencia en los planes estratégic­os de manejo de cuencas, y también la existencia de un fondo para investigac­ión y educación en materia de recursos hídricos. P

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