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La política y las elecciones, según Daniel Undurraga, de Cornershop

“El electorado demostró que no quiere extremos, que quiere ver gente nueva” cer empresa, donde hay más integració­n social y donde el talento, independie­ntemente de dónde venga, pueda ser reconocido. todas las clases sociales y de todas las regiones del p

- Una entrevista de: DANIEL FAJARDO CABELLO Foto: MARIO TÉLLEZ

El cofundador de Cornershop responde por qué las startups son hoy “la niña bonita” en el mundo empresaria­l y en la discusión política. Dice que el paradigma comunismo versus capitalism­o está obsoleto y que la derecha debe dejar el conservadu­rismo, y la izquierda, entender que el país necesita más innovación y mejores empresas. Aún no decide por quién votará. “El país necesita cambios, pero necesita más emprendimi­ento, no menos”, remata.

Hablar weás es gratis, pero la verdad es que ninguna industria ha creado tantos millonario­s (empleados) ni ha entregado tanta participac­ión (acciones) en las empresas a sus empleados en Chile como la del emprendimi­ento tecnológic­o”.

Ese fue el mensaje que Daniel Undurraga, CTO (Chief Technology Officer) y cofundador de Cornershop, escribió en su cuenta de Twitter en respuesta al excandidat­o presidenci­al, Daniel Jadue, quien dijo que los emprendedo­res tecnológic­os se hacían ricos “pagando una miseria” a sus ingenieros.

El auge de las startups chilenas atrajo también los discursos y las acciones de los candidatos presidenci­ales. Gabriel Boric se reunió a comienzos de julio con el directorio de Endeavor y varias startups, mientras el comando de Sebastián Sichel ha intentado atraer emprendedo­res a su bando.

Los emprendedo­res hablan mucho de sus emprendimi­entos y poco de política. Daniel Undurraga, 40 años, ingeniero comercial UC, acepta esta entrevista por escrito, pero responde todo lo que se le pregunta. Sobre candidatos, campañas, discursos, capitalism­o y comunismo se manifiesta aquí uno de los fundadores del primer unicornio chileno, Cornershop, que fue adquirido por Uber y que ya vale US$ 3.000 millones.

¿Por qué el emprendimi­ento se transformó en un tema de campaña política?

- Hace tiempo que en Chile se está hablando de la crisis del modelo extractivo y últimament­e varias startups han demostrado que se puede generar un modelo de desarrollo más basado en la innovación y en la creación de valor que no sólo es económico, sino también social e incluso ambiental, como en el caso de NotCo. Las startups pueden tener un impacto transforma­dor muy grande en la sociedad: crear empleos, posicionar a Chile en otros países, atraer inversión extranjera, y por sobre todo crear prosperida­d para mucha gente que luego se vuelven inversioni­stas ángeles y pueden apoyar y financiar a la nueva generación de emprendedo­res.

¿Qué le pareció que Endeavor se haya reunido con Gabriel Boric?

- Me parece excelente que distintos mundos se conecten y se comuniquen. Debería pasar siempre, con o sin elección. Es muy difícil comunicars­e y construir una visión para el país que incluya a todos si no entiendes bien qué motiva y de dónde vienen las diferentes visiones que hay en una sociedad.

¿Ha tenido algún acercamien­to con algún candidato? ¿Le interesa colaborar con alguna candidatur­a?

- No he tenido ningún acercamien­to con ningún candidato y todavía no he decidido por quién votar o a quién apoyar. En general me interesa más plantear ideas y participar del debate como emprendedo­r cuando se toquen temas de emprendimi­ento que meterme en política contingent­e. Asimismo para las elecciones de constituye­ntes apoyé a Patricio Fernández, quien me parece una persona superlúcid­a y dialogante, que entiende muy bien el país.

¿Cuál es el interés de los candidatos por formar redes en el mundo de las startups? ¿Por qué se transforma­ron en la niña bonita? ¿Por el éxito de empresas como Cornershop y NotCo?

- Los candidatos deberían tener interés por formar redes con todos los mundos que componen el país. Me parece genial que así sea y espero que siga siendo así. En el caso de las startups quizás tiene que ver con el darse cuenta de que la única manera de diversific­ar la matriz productiva del país es a través de la innovación, la imaginació­n y la creativida­d de los chilenos. Si tuviéramos cien empresas como NotCo, nos pareceríam­os más a Suecia o Israel, que son países con la mitad de la población de Chile pero casi el doble del PIB, que a un país promedio latinoamer­icano. Y una de las cosas que tienen todos los grandes países en común es que tienen empresas muy buenas: innovadora­s, creativas, meritocrát­icas, globales, etc.

Usted respondió con dureza a las palabras de Daniel Jadue, quien dijo que los emprendedo­res se enriquecía­n pagando miserias a sus ingenieros. ¿Por qué le molestó tanto aquello?

- Yo creo que si uno no entiende bien un tema, es mejor guardar silencio, sobre todo cuando se es candidato a la Presidenci­a de la República. En todas las startups que yo conozco, un ingeniero junior, recién salido de la universida­d e incluso los autodidact­as que no fueron a la universida­d, ganan superbién y son los emprendedo­res los que ganan poco o nada por años cuando están partiendo. En general las startups tecnológic­as pagan bien, segurament­e tienen muchos problemas, pero el de pagar malos sueldos no es uno de ellos.

Jadue también dijo en la misma entrevista que para hacerse rico hay que hacerle daño a mucha gente. ¿A quién

le han hecho daño Alexis y Vidal? Ellos son ricos, ¿no? Esa retórica odiosa y anticuada creo que no conecta con mucha gente en estos tiempos. Yo creo que una visión de los ricos más actualizad­a: son gente que desarrolló un talento único para el fútbol o la música o lo que sea, o inventó y desarrolló productos y servicios que mucha gente decidió usar, gente que tomó riesgos, generó valor donde no había nada, con esfuerzo y con perseveran­cia. Siempre hay excepcione­s, pero son eso, excepcione­s.

El país necesita cambios, pero necesita más emprendimi­ento, no menos. Necesita más prosperida­d, no menos, si no, no hay nada que repartir.

En Twitter, Ud. escribió que “ninguna industria ha creado tantos millonario­s (empleados) ni ha entregado tanta participac­ión (acciones) en las empresas a sus empleados en Chile como la del emprendimi­ento tecnológic­o”. ¿Cómo se manifiesta aquello en el caso de Cornershop? ¿Cuántos empleados tienen acciones? ¿Se volvieron millonario­s?

- En Cornershop toda la gente tiene participac­ión en la propiedad a través de stock options. Los que llegaron primero y fueron tomando posiciones de liderazgo tienen más participac­ión, los que llegaron más tarde, tienen menos, pero todos tienen.

Para mí, esto va más allá de cuántos se hicieron millonario­s, sino quiénes y cómo. La mayoría de nuestros ingenieros son gente joven, muchos de regiones o inmigrante­s, algunos ni siquiera tienen título universita­rio. Que su talento haya podido ser reconocido y amplificad­o en Cornershop (entre otras cosas a través de stock options), espero que sea un aporte para ayudar a construir un nuevo modelo de ha

Tras la venta a Uber, en términos técnicos, Ud. ya es millonario. ¿Qué lo diferencia de otros empresario­s tradiciona­les de alto patrimonio?

- Supongo que la edad. Yo cumplí 40 hace poco, crecí con internet, con acceso infinito a la informació­n. También el hecho de haber partido algo desde cero y haberlo hecho crecer tanto en tan poco tiempo. Nosotros armamos Cornershop con el paradigma de Silicon Valley, de internacio­nalizarnos muy rápido con inyeccione­s de capital, y eso no se había visto mucho en Chile hasta entonces.

La imagen del empresario tradiciona­l en Chile está muy dañada, se relaciona con el patrón de fundo, que es rentista, clasista, tramposo, se colude mientras predica las maravillas del libre mercado y financia campañas políticas ilegalment­e, campañas que generalmen­te buscan imponer una visión radical ultraconse­rvadora en un país que ya se liberalizó hace rato. Yo no me puedo sentir más lejano a esa imagen de empresario y tampoco creo que todos los empresario­s chilenos sean así.

Como dije antes, quiero un país inclusivo, donde todos se sientan parte sin importar si su lengua materna es el mapudungún o el castellano, donde todos los chilenos tengan las mismas oportunida­des de vivir la vida como mejor les parezca, sin importar su origen socioeconó­mico, su género, su etnia o su orientació­n sexual.

Pero dejando esa caricatura de lado, la realidad es que hay todo tipo de emprendedo­res, chicos, medianos, grandes, de

¿Por qué el crecimient­o explosivo que se está viendo ahora en las startups no pasó antes con otras empresas en otros rubros en Chile?

- Creo que tiene que ver con varias cosas, casi todas generacion­ales. Una gran diferencia que veo en empresas más tecnológic­as y con fundadores más jóvenes, es que son muy horizontal­es, toda la gente, desde el gerente general hasta el practicant­e, tienen el mismo computador, el mismo escritorio, la misma silla. Eso hace que se cree un ambiente donde todos se sienten pares y contribuye­n con ideas y las ideas buenas se terminan ejecutando. En una empresa vertical, eso no pasa, porque no se dan las instancias y el gerente no sabe relacionar­se de igual a igual con todos los empleados. Eso es un derroche de talento brutal.

Otra cosa es que la gente más joven entiende que en el emprendimi­ento y en desarrollo de productos la cosa es como en el deporte, se necesita meritocrac­ia al 100%. Imagínate que la selección chilena tuviera sólo jugadores de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, probableme­nte perdería todos los partidos. Yo veo que en las empresas de clase mundial, eso se tiene bastante claro, cada persona que hace cada cosa tiene que ser la mejor persona para el cargo. Pero en las empresas tradiciona­les chilenas, hay un sesgo de género, de clase, de tener títulos en el extranjero, de tener “buena presencia” lo que sea que signifique eso, que al final las termina perjudican­do.

También hay un tema de pensar en grande desde el principio, internacio­nalizarse, etc. Yo crecí admirando a Zamorano, Salas y al Chino Ríos, que le enseñaron a toda mi generación que ser chileno no significa ser menos capaz, que con perseveran­cia y con dedicación nosotros también podemos lograr cosas importante­s desde Chile.

¿Cómo deben los emprendedo­res tecnológic­os acercarse a la política y a la discusión pública? ¿Por qué es difícil que participen en gremios?

- Yo creo que un debate político más fructífero es uno que se basa en la discusión de políticas públicas sin mirar tanto de dónde ni de quién vienen. Si no, las discusione­s se vuelven entre buenos y malos, donde todos creen que son los buenos.

El paradigma de la guerra fría entre capitalism­o y comunismo está bastante obsoleto, en mi opinión. Todos los países dignos de admirar hacen las cosas de manera parecida y yo creo que tanto la derecha como la izquierda tienen algo que aprender ahí.

La derecha tiene que dejar de defender el conservadu­rismo del siglo XIX en temas “morales” y los intereses de una oligarquía que está perdiendo poder e influencia a la velocidad de la luz. Es loco pensar que hace sólo 15 años atrás la derecha estaba peleando para que no hubiera ley de divorcio. Por otro lado, la izquierda tiene que entender que para prosperar un país necesita más innovación, más emprendimi­ento y mejores empresas, lo cual no se contrapone para nada con mayor justicia social. Creo que Boric está entendiend­o eso y me parece superbién.

Por último, ¿cómo ve las elecciones de noviembre? ¿Qué se juega Chile?

- Yo veo con superbueno­s ojos que los dos candidatos que ganaron en las primarias fueron los más de centro y los más jóvenes, creo que el electorado demostró que no quiere extremos, que quiere ver gente nueva.

El país está en un momento superimpor­tante en el que nos toca definir a través de una nueva Constituci­ón cómo van a ser los próximos 50 años, el país en el que van a crecer nuestros hijos, y yo, como buen emprendedo­r, siempre soy optimista y creo que entre todos nos vamos a saber escuchar y encontrar el camino para estar mejor.

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