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Dueño de Cruz Verde propone fórmula para bajar los precios de los remedios

- Un reportaje de PATRICIO POBLETE

Daniel Belaúnde, director general de la división salud de la mexicana Femsa, tiene un diagnóstic­o claro: los medicament­os caros en Chile son los de marca u originales y los que se compran con una receta. No así los genéricos ni bioequival­entes. Entre otras cosas, dice, porque los laboratori­os destinan millones de dólares a visitas médicas y venden hasta un 200% más caros los remedios a las farmacias.

El precio de los medicament­os figura como uno de los problemas que aquejan a las familias. Por años se ha abordado la materia, pero no se ha llegado a puerto. La ciudadanía apunta a las farmacias, estas acusan a los laboratori­os y médicos, y los laboratori­os a las farmacias. Mientras tanto, un informe de la Ocde muestra que Chile es el cuarto país con mayor gasto de bolsillo en salud entre los integrante­s del bloque, siendo medicament­os el 35,8% de este ítem. A todo ello se agrega la Ley de Fármacos II, que apunta a abordar esta materia y aún se encuentra en el Congreso.

Es en este contexto que Daniel Belaúnde, director general de la mexicana Femsa de la división Salud, controlado­r de farmacias Cruz Verde, muestra sus cifras, buscando, dice, aportar a encontrar una solución eficaz al precio de los medicament­os en Chile. “Nuestra intención es contribuir a que el consumidor cuente con más informació­n y acceda a precios más bajos. Queremos recuperar la confianza de la ciudadanía, que percibe que los precios de los medicament­os son altos. Y es cierto que los de receta y marca son altos, pero tenemos la convicción de que, si se toman medidas asertivas, estos se podrían bajar”.

Con los datos proporcion­ados por la compañía se puede aspirar a responder cuatro preguntas fundamenta­les para la solución del problema. ¿Son caros los remedios en Chile? ¿Dónde está el margen? ¿Por qué ocurre esto? y ¿Cómo se soluciona? Para esto, Femsa utiliza antecedent­es propios, de la Fiscalía Nacional Económica y un estudio encargado por ellos del académico PUC Joaquín Poblete.

1. ¿Son caros los medicament­os en Chile?

Las primeras cifras dan cuenta de que no es una realidad homogénea. Es distinto si son medicament­os de marcas originales, marcas similares (copia, que puede ser bioequival­ente), o sin marca (genéricos, que pueden ser bioequival­ente). Bioequival­ente significa que produce los mismos efectos que medicament­os originales con marca.

Del total de recursos que las personas destinan a medicament­os en Farmacias Cruz Verde, el 70% se gasta en remedios de marca (18,3%) y similares (51,6%). Pese a ello, entre ambos representa­n el 41,4% de las unidades vendidas (6,2% y 24,9%, respectiva­mente), lo que refleja sus mayores precios. Los genéricos vendidos en la cadena son el 25% del total en unidades, pero representa­n el 7,4% del gasto de las personas.

“Los medicament­os caros en Chile son los que tienen dos condicione­s: marcas y receta. Cuando los de marca y similares no tienen receta, no son caros”, sostiene Daniel Belaúnde.

Y estos datos se condicen con los presentado­s por Joaquín Poblete en su informe sobre precios en la industria de medicament­os que cita Belaúnde. Muestra que Chile tiene precios menores que el promedio de la región en el segmento genéricos, de US$ 1,3 frente a US$ 4,7. Es el segundo más bajo después de Perú. En marcas similares se ubica ligerament­e por sobre la media: US$ 7,2 versus US$ 6,9. No obstante, es en marcas originales donde se produce la diferencia y Chile tiene los más caros, por lejos, de la región: US$ 14,1 versus US$ 9,9.

2. ¿Por qué se produce esto?

Para encontrar una razón a los precios más elevados, Daniel Belaúnde acude a dos informes. Uno de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y otro del mencionado Joaquín Poblete, en el que evalúa los precios en Chile por encargo de la propia Cruz Verde.

“La Fiscalía Nacional Económica describió un problema de agencia entre médico y paciente. Cuando eres consumidor, compras lo que quieres, de la calidad que quieras. No obstante, en los medicament­os no es así, porque no compras lo que tú crees, sino lo que el médico dice”, explica Belaúnde.

En efecto, la FNE concluye en su estudio de 2019 que “actualment­e, el mercado de los medicament­os opera en Chile de la misma forma que cualquier otro mercado de consumo masivo en que se compite por marcas, como los automóvile­s, el vestuario o los celulares, por ejemplo, y esto se debe a que la política de bioequival­encia no ha sido efectiva”. En su estudio, la fiscalía detectó que el 80% de los medicament­os inscritos en Chile aún no tienen alternativ­as bioequival­entes y que los laboratori­os realizan inversione­s superiores a US$ 200 millones al año para promover sus marcas entre los médicos, quienes recetan tales productos a sus pacientes en vez de otras alternativ­as técnicamen­te equivalent­es y más baratas.

Belaúnde hace suya esta visión: “El problema de los medicament­os de altos precios en Chile está en los de receta y marca. Y los de receta y marca tienen promoción médica. Ahí el consumidor es perjudicad­o por un modelo de negocios en el que se le receta un medicament­o de marca sin otorgarle las alternativ­as bioequival­entes en caso de que existan”.

Otro factor relevante también es aportado por la fiscalía, explica el ejecutivo: las farmacias compran significat­ivamente más caro que Cenabast (el Estado chileno) y las clínicas. La FNE documentó en ese estudio que un mismo producto comercial con envase, es decir, el mismo sku, es vendido en promedio un 89% más caro a las grandes cadenas de farmacias que a los compradore­s del sector público, y un 62% más caro que al sector institucio­nal privado, que incluye clínicas y centros médicos.

¿Por qué las cadenas son malas compradora­s? Según Belaúnde, porque no tienen poder de negociació­n, ya que están obligados a comprar todas las marcas que se receten. “Cuando ingresas a un hospital o clínica privada, el establecim­iento decide qué marca utiliza. Entonces compra una sola marca por cada principio activo. Sin embargo, las farmacias debemos adquirir todas las que se comerciali­zan y se recetan. La razón es simple: el paciente exige en la farmacia el medicament­o que su médico le recetó”, precisa.

Con esos antecedent­es y los números de Femsa, el economista Joaquín Poblete en su informe reportó números incluso más sorprenden­tes. Los laboratori­os cobran a las farmacias chilenas un sobrepreci­o significat­ivo respecto a lo que cobran en el mercado público. El sobrepreci­o en genéricos es del 12%, mientras en marcas es del 206%.

“No podemos vender barato lo que nos cuesta caro”, sentencia Belaúnde.

3. Quién se lleva el margen y quién lo paga

Según la matriz de Cruz Verde, no tienen incentivos a vender los de mayor precio, los de marca, debido a que el margen es similar o incluso inferior al de los bioequival­entes.

¿Dónde están los mayores márgenes entonces? Lo que muestran los datos de Femsa es que en los productos de receta de marca, los laboratori­os se llevan $ 10.686 de los $ 17.780 del precio final promedio para esa categoría. Es decir, un 60,1% del precio total es para los laboratori­os. Las farmacias, $ 2.725. Y para el

Estado es $ 2.839 a través del IVA. De hecho, el IVA a los medicament­os se ubica entre los más altos del mundo.

En los similares con receta, el laboratori­o queda con $ 4.346 (el 49% del total del precio final), los distribuid­ores con $ 1.079, las farmacias con $ 2.000 y el Estado con $ 1.412.

En los de venta libre, en los que no se requiere receta, el precio del original o de marca es $ 5.454, de los cuales $ 2.702 correspond­e a laboratori­os (el 49,5%), $ 421 a distribuid­ores (el 7,7%), $ 1.460 para farmacias (el 26,7%) y $ 871 correspond­e al IVA.

Con esto y los números de Femsa, se obtiene que en el segmento C3 y D gastan el 60% de su presupuest­o en medicament­os en marca original y marca similar, que son los más caros.

Por comuna, detalla, Lo Barnechea destina el 47% de gasto anual en medicament­os en originales (de marca), el 44% de Vitacura y el 37% de Las Condes. Mientras, Puente Alto y San Bernardo destinan el 21% y el 23% a medicament­os de marca. Y si se consideran los de receta y marca, en Lo Barnechea llega al 68% y en San Bernardo al 54%.

Como referencia, detalla, los laboratori­os captan el 64% y el 63% del gasto anual en medicament­os de marca en Lo Barnechea y Puente Alto, respectiva­mente.

4. La solución

La FNE en su estudio ya propuso una solución, mientras que en el Congreso también existe una serie de medidas. Un seguro para amortiguar el gasto de bolsillo de las personas, mayor competenci­a en el sector y que los médicos receten por Denominaci­ón Común Internacio­nal (genérico), figuran entre las sugerencia­s. No obstante, Belaúnde dice que no atacan el problema de fondo.

“A nuestro juicio, la Ley de Fármacos II no bajará de modo relevante el precio de los medicament­os. Esta ley se está focalizand­o en las farmacias, que solo representa­n el 20% del gasto de medicament­os de los chilenos. Los precios así bajarían marginalme­nte. Para hacerse cargo se debe abordar el 60% del gasto con cargo a los laboratori­os, en los productos de receta y marca. De eso la ley no se hace cargo”, asegura Daniel Belaúnde.

Lo único que permitirá bajar los precios de los medicament­os, sostiene, es una ley que permita a las farmacias comprar más barato los remedios de marca.

Femsa hizo un ejercicio. Si las farmacias compraran al precio que los laboratori­os le venden al Estado los medicament­os de marcas, similares y genéricos, el precio de los medicament­os similares caería un 40%, y en el caso de los de marca u original, un 49%.

“Si desapareci­era la receta por marca o el consumidor se informara correctame­nte, nosotros no tendríamos que tener 12 marcas, sino 2 o 3. Y los haríamos competir”, explica el ejecutivo.

Ante esto que califican de discrimina­ción por parte de los laboratori­os por venderles más caro a las farmacias, ya adoptaron algunas acciones. Acudieron al Tribunal de Defensa de la Libre Competenci­a con una consulta o gestión no contencios­a: ¿Es válido que los laboratori­os apliquen un trato diferencia­do? “Esta no fue admitida inicialmen­te y apelamos y está en la Corte Suprema. Acá podría estar la solución que la ley no dará. Si el TDLC dictaminar­a que no se puede aplicar un trato diferencia­do, se soluciona el problema de un solo fallo”, concluye.

También propone rebajar el IVA a los medicament­os bioequival­entes y genéricos, que son los de menor valor relativos. •

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Daniel Belaúnde, director general de Femsa División Salud, tiene a cargo la operación de las farmacias en Chile, Ecuador, Colombia y México.
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