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Ramos y crítica a extensión del IFE: “Soy economista y no político”

“Creo que el sueño de todos los candidatos es que Sebastián Piñera ponga fin al IFE, porque él pasa a ser el malo de la película y ellos quedan con recursos”, indicó el académico y economista de la Universida­d de Chile.

- SOFÍA ARAVENA

—En un intento por frenar el cuarto retiro de fondos previsiona­les, el gobierno anunció la extensión del IFE universal y la creación de un nuevo subsidio al empleo. Todo esto implica un gasto fiscal por US$7.000 millones según cálculos de Hacienda. Ante este escenario, el economista y académico de la Universida­d de Chile, Joseph Ramos, fue crítico de la medida en una carta enviada a El Mercurio. Ahora profundiza en sus cuestionam­ientos y estima que esta ayuda debería estar focalizada en quienes han visto disminuido­s sus ingresos y aquellos que han perdido su empleo.

“En dos grupos. Los que no están trabajando y que sí estaban trabajando hace un año. Lo que más necesitan es un trabajo estable bien remunerado y para eso hicimos una serie de propuestas en la Comisión de Reactivaci­ón del Empleo. Si uno habla del salario mediano que son como $600 mil, si uno fuera a suplirlo todo son como US$800 millones al mes. Hay personas que están ganando menos que antes de la pandemia. Hay que suplir la diferencia”, planteó el académico a Pulso TV.

Puntualizó que este es el momento para focalizar las ayudas y ahondó en su crítica a la extensión del IFE universal, que calificó como una política pública grave, en un país en el que hay necesidade­s apremiante­s.

“Siete millones y medio de personas están recibiendo esto. Llama la atención que nadie se ha dado el trabajo de ver quiénes están sufriendo, cuántos están sufriendo y en cuánto, cuál es la pérdida de ingresos. No he visto ninguna estimación de esto hecha por el gobierno, ni por la oposición. Lo único que es consistent­e, es que todos, desde Sichel a Boric, pasando por Provoste, insisten en que tiene que haber IFE, y sino, tal vez, un cuarto retiro. Me parece que no es el caso. Hay dos principios que son importante­s. El Estado debería tratar de suplir la pérdida de ingresos de la gente afectada por la pandemia, pero no debería darle un nivel de ingreso superior o muy por encima de lo que era antes de la pandemia”, sostuvo.

Agregó que “la estimación que hice, es que dos tercios del gasto va a personas que con eso están ganando muchísimo más que antes de la pandemia. Me parece una política pública grave, porque Chile no es un país que se puede dar el lujo de gastar US$2.000 millones al mes, cuando hay necesidade­s apremiante­s. Hay tantas necesidade­s reales y estamos dando esto como si fuera un carnaval. Me llama la atención, pero no me sorprende tampoco que en este periodo electoral no haya un político que se atreva a decir que se ponga fin o se limite a suplir la pérdida de ingresos. Hoy en día, la gente asalariada está ganando 2% real más que antes de la pandemia”.

Por lo mismo, calificó de populista la extensión del IFE hasta noviembre, además de la posibilida­d de que se apruebe un cuarto retiro de los fondos previsiona­les.

“Desde el estallido social en adelante el Parlamento ha jugado un rol muy populista, y el gobierno también. Todas las propuestas de los candidatos presidenci­ales - en general en eso son responsabl­es- dicen que tenemos que financiar las pensiones, salud o lo que sea, y que tenemos que subir los impuestos. Pero se los suben a una fracción mínima de la población. Nadie se atreve a decir que alguien que gana un millón, el impuesto es $10.000. Eso es un chiste. Obviamente los superricos deben pagar más que los ricos, los ricos más que los acomodados y así, pero todos tenemos que ponernos en esto. Encuentro que las propuestas tributaria­s suelen ser populistas en que paguen otros, y muy poquita gente. No creo que el país vaya a prosperar así”. manifestó.

Y afirmó que “todas las candidatur­as de centroizqu­ierda o izquierda hablan de subir los impuestos entre 5% y 8% del PIB, Sichel dice 3%. No cabe duda que se tienen que aumentar los impuestos a medida que un país progresa. Digo que es un poco populista apuntar el dedo a un pequeño grupo que pague. Quién se atreve a decir que el que gana un millón pague más de $10.000 al mes. Todos queremos que haya beneficios y que pague otro, pero eso es populismo. Creo que el sueño de todos los candidatos es que Sebastián Piñera ponga fin al IFE, porque él pasa a ser el malo de la película y ellos quedan con recursos. Si siguen con el IFE hasta marzo con el nuevo presidente, no va a poder hacer estas cosas. Son US$3.000 millones al mes, y cuántas cosas no se hicieron porque costaban mucho, como el sueldo ético o la sala cuna. Ahora nada cuesta mucho”.

Consultado sobre su posición que pide focalizar, mientras la demanda política al gobierno es precisamen­te no hacerlo, el economista enfatizó que en otro momento de la pandemia se podría haber justificad­o una ayuda más universal, y cuestionó que nadie haga los cálculos sobre cuánta gente necesita realmente este aporte económico.

“Desde el estallido social en adelante la tónica ha sido el gobierno dice 100 y la oposición dice 150. Cuando el IFE actual se propuso eran como US$8.000 millones en tres meses. La senadora Provoste junto a la oposición propusiero­n 30% más. No sé de donde sacaron ese número. Siempre es lo que dice el otro y 30% más. ¿Por qué se necesita? Nadie dijo eso, nadie estimó cuánto se necesita. Es realmente triste. Yo sé que requiere mucha valentía atreverse a decirlo, pero al menos yo puedo decirlo: primero, soy viejo, segundo, soy economista y no político. Que alguien lo diga. Por eso dije que este consenso que hay es un consenso donde el rey está pilucho. Nadie se atreve a decirlo, que el consenso no tiene ningún sostén en la realidad”, señaló Ramos.

El exministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, calificó como una locura fiscal la extensión del IFE universal junto a un cuarto retiro del 10%. Ramos está de acuerdo con la mirada del exsecretar­io de Estado. Y pone sobre la mesa los efectos que estas medidas tendrían para la economía.

“Comparto su juicio. Primero, no hay necesidad. Si no hay necesidad para el IFE que propuso el gobierno, al menos dos tercios está de más, menos hay para un cuarto retiro. Si se hace, tengo la esperanza que no se apruebe, pero si es que se hiciera, la economía se va a recalentar más y con efecto inflaciona­rio. Lo que más me preocupa es que estamos gastando recursos que podríamos gastar con fines sociales apremiante­s, para darle un ingreso superior a las personas de lo que tenían antes de la pandemia, y eso me parece un error de política pública grave”, sentenció.

Por último, el académico explicó cómo estas medidas afectan el bolsillo del consumidor, como por ejemplo haciendo más caros los créditos hipotecari­os. De hecho, el presidente de BancoEstad­o advirtió sobre el efecto de los retiros previsiona­les en las tasas de interés.

“La inflación a 12 meses es 4,5%. Hay discusión entre los analistas y esto era antes de la extensión del IFE y antes de un cuarto retiro, que simplement­e echaría más leña al fuego. Si estábamos yendo a una zona roja, con eso nos pasaríamos y el Banco Central tendría que subir las tasas con fuerza. El alza de tasas afecta al consumidor, porque los créditos que toman suben. El crédito hipotecari­o ha estado a tasas bajas y ha permitido que las personas tengan dividendos razonables. Si sube la tasa, las futuras compras serán más caras y alguna gente no va a poder comprarlas. También se encarece el crédito de consumo. Todo se encarece y se encarece porque el Banco Central quiere que la gente gaste menos”, dijo Ramos.

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