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Piñera defiende extensión del IFE Universal y crece debate por la medida

- RODRIGO CÁRDENAS / CARLOS ALONSO

La decisión del Ejecutivo de mantener el IFE y su cobertura hasta noviembre sigue generando reacciones. Los expertos coinciden en que las ayudas deben focalizars­e en la creación de nuevos puestos de trabajo, pero también varios entienden el poco margen de maniobra en medio de la discusión por un cuarto retiro de fondos previsiona­les, que La Moneda quiere frenar.

—Focalizaci­ón y universali­zación. Esas fueron dos de las palabras más utilizadas durante la primera mitad del año para analizar y configurar cómo deberían ser las políticas estatales para hacer frente a la situación de emergencia en los ingresos de los hogares producto de la pandemia.

La discusión sobre dejar de lado la focalizaci­ón comenzó en marzo con la idea de avanzar en una pensión básica universal, pero también ganó fuerza dentro de otras políticas, en particular en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que estuvo hasta los primeros meses de este año focalizado, principalm­ente, en los hogares de menores recursos y más necesitado­s. Tras no lograr impedir un tercer retiro de los fondos de pensiones, el gobierno acordó con el Congreso los llamados “mínimos comunes”, que implicaba el pago de un IFE “universal” hasta septiembre, que se estima está benefician­do a más de 15 millones de personas y a 7,2 millones de hogares, y al que pueden acceder todas las familias que componen el 100% del Registro Social de Hogares (RSH), a excepción de aquellos que poseen un ingreso per cápita superior a los $800 mil.

Esta medida se llevó a cabo a pesar de que los datos indicaban que la gran mayoría de los hogares ya estaban con ingresos similares a los anteriores a la pandemia e, incluso, algunos estaban por encima de estos niveles. Todos los quintiles de ingreso además con niveles de liquidez superiores a los previos a la crisis sanitaria, gracias a los aportes estatales y los retiros de los fondos de pensiones.

Pero, la extensión del IFE anunciada por el gobierno hasta fines de noviembre, manteniend­o además su caracterís­tica universal, está comenzando a generar críticas de distintos sectores, algunos de los cuales sí pedían universali­dad antes. La decisión del gobierno se realizó como medida para frenar un cuarto retiro de los fondos de pensiones, que era la idea original de los “mínimos comunes”: llegar con recursos a más gente con tal de evitar nuevos giros de los ahorros previsiona­les.

El exdecano de la FEN de la U. de Chile, Joseph Ramos, calificó esta semana las entregas de ayudas como un “carnaval”, en vez de centrarse en las reales necesidade­s del país. También el expresiden­te del Banco Central y actual investigad­or senior del CEP, Rodrigo Vergara, escribió el lunes una carta a El Mercurio criticando la “fiesta fiscal”. Ante estas críticas, Sebastián Piñera defendió la medida.

David Bravo, miembro de la Comisión para la Recuperaci­ón del Empleo convocada por el gobierno, reafirma que su visión es la que expresaron en el documento que se entregó hace dos semanas. “En ese documento decimos claramente que es muy importante generar un incremento muy fuerte en los subsidios que van directo a los trabajador­es y trabajador­as con un mayor enfoque de género (nuestra propuesta 5, la que se tomó por parte del gobierno) y, al mismo tiempo, sugerimos un proceso inmediato de transición del actual IFE para centrar los recursos en los grupos más afectados por la pandemia (nuestra propuesta 8, que no fue considerad­a)”, indica.

“A partir de informació­n del Ministerio de Hacienda, la extensión a octubre y noviembre tiene un costo de US$3.200 millones por cada mes. En total, US$6.400 millones en los dos meses, lo que se compara con los US$500 millones que se gastará en subsidios al empleo entre agosto y diciembre de este año. No fue una medida acertada. Son justo los dos meses relevantes para las elecciones. Lamentable­mente esta es la lógica que está imperando tanto en el Congreso como en el gobierno, y también en todas las candidatur­as presidenci­ales”, sentencia Bravo.

Alejandro Fernández, economista de Gemines, dice que “probableme­nte sí era necesario extenderlo, pero con montos mucho más reducidos y más focalizado y con mayor énfasis en el subsidio laboral, para hacer una transición más suave entre el escenario con IFE masivo y cuarentena­s también masivas y un nuevo escenario en que las restriccio­nes a la movilidad son mínimas y se necesita que las personas vuelvan al mercado del trabajo”.

El experto también pone la alerta en la situación fiscal, que tiene “un fuerte deterioro, con un déficit que puede llegar al 8% este año y una deuda pública que puede acercarse al 35% del PIB. Algo que difícilmen­te va a mejorar mucho en 2022 .

En tanto, Andrea Repetto, académica de la Universida­d Adolfo Ibáñez, levanta las alertas por la falta de focalizaci­ón en lo que viene en este contexto: “Estamos haciendo una política fiscal muy procíclica. El apoyo fiscal a las familias fue tardío e insuficien­te el año pasado. A inicios de este año el plan se extendió de manera sustantiva. La ampliación que se hizo en marzo del IFE, quitando requisitos para el acceso pareció haber dado en el clavo. Pero luego llegaron los mínimos comunes que parecen políticame­nte imposibles de retirar a pesar de su costo y de que la importante recuperaci­ón económica sugiere que ya no se necesita este tipo de apoyos en esta amplitud. Los datos de los registros administra­tivos del sistema de pensiones y del seguro de cesantía dicen que el empleo formal ya se recuperó. Los datos del INE también muestran una importante recuperaci­ón. Pero esa evidencia, y el tremendo costo del programa, parecen no importar”.

Cecilia Cifuentes, académica de la Univer

“Sugerimos un proceso de transición del IFE para centrar los recursos en los grupos más afectados por la pandemia”.

David Bravo

Centro de Encuestas UC “Llegaron los mínimos comunes que parecen políticame­nte imposibles de retirar a pesar de su costo”.

Andrea Repetto

UAI

“Hay un desbalance muy grande, deberíamos haber transitado a una focalizaci­ón con mayor fuerza”.

Alejando Micco “Probableme­nte sí era necesario extenderlo, pero con montos mucho más reducidos y más focalizado”

Alejandro Fernández

Gemines

“Me parece bastante claro que la mantención y la universali­dad se explica por razones político electorale­s”. “Es claro que con la amenaza del cuarto retiro el gobierno no quiere darle argumentos al Congreso para que lo apruebe”

sidad de Los Andes, se enfoca en por qué el gobierno decidió realizar esta extensión: “Me parece bastante claro que la mantención y la universali­dad se explica por razones político electorale­s. La informació­n del INE ha sido clara en mostrar que la situación laboral ha ido mejorando, la situación sanitaria ha mejorado también en forma significat­iva, y, por último, hay indicios cada vez más claros de escasez de mano de obra. Parece bastante evidente, primero, la necesidad de focalizar, y segundo, cambiar su foco, para que apunten a incentivar empleo formal”.

“El mayor gasto fiscal está generando presiones alcistas en los precios y en las tasas de interés, lo que significa que parte de las ayudas las terminan pagando de vuelta los ciudadanos. Ese es el efecto de corto plazo. Más adelante se tendrá el problema político de retirarlas, el nuevo gobierno debería hacer un gran ajuste de gasto en su primer año, lo que no es fácil, pero si no se hace, se ve amenazada la sostenibil­idad fiscal futura, lo que podría generar nuevos downgrades de la clasificac­ión de riesgo, afectando también el costo de endeudamie­nto privado”, agregó Cifuentes.

Alejandro Micco, académico de la Universida­d de Chile, afirma que se debería haber avanzado hacia una transición disminuyen­do los aportes. “Dada la situación fiscal y sanitaria del país el apoyo era correcto, pero debió haber habido una mejor transición para ir retirando este IFE para pasar a uno centrado en el empleo. Una disminució­n del IFE a aquellos sectores que no lo necesitan, una mayor focalizaci­ón y una mayor potencia al IFE laboral. Hay un desbalance muy grande, deberíamos haber transitado a una focalizaci­ón con mayor fuerza”, puntualiza.

En la misma línea, Micco dice que ahora lo que se debe hacer es “ya delinear la transición de este apoyo pasando al IFE laboral, pero con cambios más ambiciosos, capacitaci­ón pagada por ejemplo”. “Es imposible mantener el IFE, y es probable que el próximo presidente tendrá que dar la mala noticia de quitarlo. Habrá una carga fiscal pesada, cómo se ajusta a la baja este gasto. Hay una desacelera­ción del gasto gigantesca para el próximo año que a estas alturas es impensable, poco realista”.

IMPACTO MACROECONÓ­MICO

El economista jefe de STF Capital y uno de los miembros del comité consultivo del PIB tendencial citado por Hacienda, Sergio Godoy, agrega que “del punto de vista macroeconó­mico, no era necesario extenderlo porque la recuperaci­ón está andando bien y los datos han sorprendid­o hacia arriba. De hecho, el Banco Central ya está empezando a apretar la política monetaria, reconocien­do implícitam­ente que la recuperaci­ón está avanzando bien. Sin embargo, es claro que con la amenaza del cuarto retiro el gobierno no quiere darle argumentos al Congreso para que lo apruebe. Es decir, la política fiscal tiene un componente macroeconó­mico, pero también tiene un componente políti

Cecilia Cifuentes

Sergio Godoy

co que está vez primó”.

Fernández alerta que esta liquidez genera “una presión sobre la demanda que se mantiene por más tiempo y facilita que se traspasen a precios las presiones de costos existentes y que los márgenes se incremente­n, lo que se ve facilitado, además, por la depreciaci­ón del peso (alza del dólar). Es un escenario en que el Banco Central tendrá que apurar el proceso de normalizac­ión de la política monetaria para que no se desanclen las expectativ­as de inflación, especialme­nte en un escenario en que los subsidios fiscales bien podrían extenderse más allá de noviembre”.

También a Repetto le preocupa que estas transferen­cias de recursos “pueden traer problemas como alza en tasas de interés, inflación, dificultad para financiar gastos fiscales nuevos”. Incremento­s de tasas de interés y mayor inflación son elementos que ya comenzaron a observarse. P

FEN, U. de Chile

U. de Los Andes

STF Capital

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