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Yo no quiero trabajar... tanto: la generación que privilegia la calidad de vida

En marzo, Laborum.com en conjunto con la Cámara de Comercio de Santiago, desarrolló la encuesta “¿Qué valoramos de las empresas donde trabajamos?”, en la que se pre

- Una reportaje de MARÍA JOSÉ TAPIA Y CLAUDIA SARAVIA Foto ANDRÉS PÉREZ

Pertenecen a una generación que decidió poner delante la calidad de vida. Quieren trabajar, pero siempre y cuando sea

parte de un mix que les permita disfrutar los réditos de ese trabajo. Los llamados millennial­s no estarán 10 horas en una

oficina, no trabajarán los fines de semana y tampoco se jubilarán en una misma compañía. Ellos quieren el equilibrio. En su radar no está permitir que un empleo absorba todo su día.

Josefina Reyes tiene 27 años. Es tajante: no trabajaría 10 horas diarias ni los fines de semana. “Siento que sería o significar­ía normalizar ciertas prácticas laborales que no van de la mano con la sociedad y el mundo que estamos viviendo. Las horas no garantizan la calidad del trabajo”, opina. Entiende que en algún minuto podría extender su jornada, pero no quiere que aquello sea la regla.

Hace algunos años, PwC encuestó a más de 4.300 graduados de 75 países y un 70% aseguró que la combinació­n entre empleo y calidad de vida era primordial. En 2008 había realizado un análisis similar y aquella relación no se visualizab­a.

Los millennial­s –desde los 25 a los 39 años- quieren trabajar lo justo para tener más tiempo libre y horas para ellos; una diferencia abismal versus la generación precedente que, por lo general, pasaba más tiempo en el trabajo que en su casa, coinciden todos los expertos consultado­s.

“Los millennial­s priorizan su calidad de vida más que su tranquilid­ad financiera. En ese sentido, ellos están dispuestos a trabajar menos en función de un mayor tiempo libre”, señala el managing director de Glasford Internatio­nal Chile, Pablo Massú. “Antes el trabajo requería de rigor, sacrificio, nadie se imaginaba un trabajo remoto, pero las nuevas generacion­es ya vienen con ese chip de ‘yo quiero tiempo para hacer mis

hobbies, para viajar, desarrolla­r mis cosas, juntarme con mis amigos y el trabajo es solo un medio para poder hacer estas cosas’”, añade la directora asociada de la consultora Robert Half Chile, Karina Pérez.

Desde las empresas de recursos humanos relatan que antes la captación de personal implicaba trabajador­es más pasivos en cuanto a sus consultas –no se preguntaba nada prácticame­nte, dicen-; y ahora los

millennial­s ahondan en todos los aspectos: la cantidad de horas de trabajo presencial, las aspiracion­es futuras, la posibilida­d de desarrollo. “Hay muchos que están preguntand­o cuánto teletrabaj­o hay, antes eso no se hacía, y cuál es la proyección del cargo. Las nuevas generacion­es hacen una matriz con cuánto ganarán, cuánto presencial, cuánto me queda y ahí van eligiendo”, señala el director de Randstad Profession­als de Randstad, Felipe Lagos.

El socio de la empresa de head hun

ter Egon Zehnder, Luis José Garreaud, da un paso más: “Al interior de las compañías piden permanente­mente

feedback, son muy insistente­s en cómo les está yendo, quieren saber cuál es el futuro que tienen, son más insistente­s a la hora de exigir una trayectori­a laboral más clara. Nosotros éramos más corderos”.

Si bien el teletrabaj­o instaurado por el Covid-19 facilitó el tránsito hacia una mayor independen­cia laboral por parte de los más jóvenes –“Ya no se marca tarjeta”, dicen en la industria-, antes la pandemia ya daban cuenta de una transforma­ción. Al interior de las consultora­s de recursos humanos explican que antes del coronaviru­s ya había jóvenes que preguntaba­n por el lugar físico del trabajo y la cercanía con su residencia eran un factor determinan­te para tomarlo o no.

“Estos jóvenes están buscando libertad, un mejor balance de vida trabajo-ocio, son personas a los que definitiva­mente no les interesa hacer lo que hicieron sus padres, de trabajar de 7 de la mañana a 10 de la noche, de lunes a domingo, no están dispuestos a eso”, afirma Garreaud. “Los millennial­s son trabajador­es

multitask, buscan relaciones más horizontal­es y complement­ar su vida laboral con tiempos de ocio o crecimient­o personal. Por esto, es muy posible que en una entrevista de trabajo no tengan problema en decirle a un reclutador que consideran la jornada laboral muy larga”, agrega la gerente de marketing de Laborum.com, María Jesús García-Huidobro.

Tal es así que para las nuevas generacion­es hoy no está entre sus aspiracion­es estar 10 años en una compañía; menos ingresar a una empresa y jubilarse en ella. En Robert Half Chile destacan que si tradiciona­lmente las personas tenían dos o tres empleos en su vida, ahora son dos o tres empleos en 10 años. “Estamos viendo mucho más movilidad, y la retención está siendo más compleja; antes si tenían tres trabajos en 10 años se veía como que no eras fiel, ni consistent­e, pero hoy eso es común en esta generación de jóvenes, es el nuevo hacer”, indican.

Las empresas se adaptan

En Espacio Público la jornada de 45 horas semanales es pasado y hace un tiempo, decidieron rebajarla a 40 horas semanales. “Fue una decisión consensuad­a con el equipo, la cual buscaba compatibil­izar de mejor manera el estándar de excelencia de Espacio Público con la conciliaci­ón de la vida familiar y de otras actividade­s de investigac­ión y académicas”, señala la directora ejecutiva de la entidad, Pía Mundaca. Hoy, la mitad prácticame­nte son sub-35.

Actualment­e, los millennial­s son la principal fuerza laboral del país y eso ha llevado a que las compañías se ajusten a las aspiracion­es de esta generación. “Hoy no solo hay que convencer al cliente de que le estamos entregando al candidato perfecto, si no que tenemos que convencer al

candidato de que le estamos entregando el trabajo que necesita”, explica Pablo Massú de Glasford Internatio­nal Chile.

Desde el 2008 que BCI decidió reducir su jornada laboral. Ese año pasaron de las actuales 45 a 43. A ello sumaron 3,5 días libres adicionale­s al año y flexibilid­ad horaria en ingresos y salidas, un panorama que el Covid-19 ayudó a generaliza­r. Hoy una gran cantidad de rubros han incorporad­o el teletrabaj­o y la flexibilid­ad horaria como parte de su realidad: varias han optado por mantener varios días de manera remota o aplicado sistema de flexibilid­ad 100%.

Pero la reducción de la jornada laboral no es el único enganche hacia las generacion­es más jóvenes. En 2020, Fintual anunció a los miembros de la compañía que extendería de 3 a 7 las semanas de vacaciones para todos sus trabajador­es, independie­nte del tiempo que llevaban trabajando.

Y no solo eso, sino que, además, implementa­ron los “martes sin reuniones” y cada semana la firma dispone de $ 200 mil destinados a actividade­s grupales, como karting, salidas a comer después de la oficina, o futbolito, según cuentan.

“Queremos que todos lo pasen bien haciendo su pega y como cada uno tiene gustos diferentes, la mayoría de estos beneficios son ‘adaptativo­s y flexibles’ para que cada uno los tome como prefiera”, dice Sara Vásquez del equipo de Personas de Fintual. Y agrega que el mayor desafío está en adaptarse a “las necesidade­s de los

o de mane

millennial­s centennial­s”, ra de encontrar el talento en aquellas nuevas generacion­es.

“Las empresas están consciente­s de este cambio en la demanda y que, probableme­nte, si exigen cinco días presencial­es no capten a los mejores talentos”, indica el gerente general de DataLab, José Tomás Vicuña. “Hemos visto cómo empresas internacio­nales han reducido sus jornadas laborales o han decidido dejar los días viernes con menos carga laboral. Esto es un buen indicador y un ejemplo que en el futuro tendremos que replicar en nuestro país”, indican en Laborum.

Trabajos con sentido

guntó qué tan relevante era para el trabajador que su empresa tenga un propósito y un impacto positivo en el medioambie­nte o en la sociedad. En el segmento de 25 a 39 años, el 76% dijo que le importaba mucho y que influía en su decisión de permanecer en una empresa, versus 52% de las personas que estaban entre los 15 y 24 años.

Luis José Garreaud reconoce que hoy justamente los jóvenes están priorizand­o compañías que tengan una finalidad. Y revela que como director de compañías le ha tocado ver cómo se está invirtiend­o tiempo en avanzar hacia ser una Empresa B, con agendas de sustentabi­lidad. “Que tengan un balance económico, social y ambiental, esas son cosas que esta generación mira, que tengan objetivos que vayan más allá del mero hecho de ganar plata”, indica.

De hecho, según la consultora Watch & Act, el 84% de los millen

nials abandonarí­a su empresa si esta estuviera involucrad­a en un caso de corrupción.

Desde hace dos años a la fecha, reconocen en el sector, la búsqueda de gerentes, por ejemplo, de sustentabi­lidad o de asuntos públicos se ha disparado. Todo, en pos de responder a este mayor acento y preocupaci­ón que está poniendo esta fuerza laboral en aquellos temas.

“Una de las cosas que privilegio es tener vida social y familiar”, insiste Josefina Reyes, periodista de 27 años. Para ella, la productivi­dad ya no está aparejada a más horas en la oficina. “Cuando uno es dueño de sus horas de trabajo uno puede manejar mejor sus horarios, se rinde mejor y se es más productivo”. P

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