Pulso

“Necesitamo­s que el sector privado ayude a posicionar más la marca Chile”

CONSTANZA CEA, directora ejecutiva de Imagen de Chile

- DANIEL FAJARDO CABELLO Foto: ANDRÉS PÉREZ

Con tres años como directora ejecutiva de la Fundación Imagen de Chile, Cea lleva un año liderando una nueva estrategia para posicionar nuestro país por el talento de sus ciudadanos. “Tenemos que buscar pasar del paisaje a destacar a las personas”, sostiene.

Una actualizac­ión de la imagen de nuestro país. Ésa es la principal labor que le ha tocado a Constanza Cea, en los tres años dirigiendo la Fundación Imagen de Chile, entidad que tiene como objetivo posicionar la marca de nuestro territorio en todo el orbe para hacerlo atractivo en términos culturales, turísticos y económicos, entre otros elementos. Una misión que coincidió con un momento histórico a nivel local, debido al estallido social y al proceso de la nueva Constituci­ón; y con un hito mundial único, producto de la pandemia más global que ha visto la humanidad.

En los últimos meses, esta entidad ha enfatizado algunos rostros nacionales a nivel cultural, en el ámbito de las ciencias y ahora último, en el de las startups. En este sentido, les llegó como anillo al dedo la noticia del ingreso de Cornershop y NotCo al salón de la fama de los unicornios (empresas valorizada­s en más de US$ 1.000 millones); así como el posicionam­iento de Chile en temas de sostenibil­idad gracias a las energías renovables y a las expectativ­as del hidrógeno verde. Todo ayuda a este cambio de cara. “Nos han tocado años bien especiales y hemos tenido que buscar una estrategia que nos sintonice con un mundo y un país que cambia, además de conectarno­s con las audiencias a las que queremos llegar. Esta actualizac­ión de marca - que lleva un año- ha sido un trabajo largo y colaborati­vo”, dice Cea, quien es de profesión periodista y que antes de liderar esta entidad fue parte del directorio.

¿Por qué se decidió por esta actualizac­ión?

- Todas las marcas de países tienen que actualizar­se y sintonizar con lo que somos hoy y conectarse con lo que el mundo busca. Había una necesidad de crear una estrategia que fuera consistent­e con eso y que además nos representa­ra. Ha sido un trabajo largo y muy colaborati­vo. Generamos un espacio denominado Chile One, donde participar­on actores del mundo público, del comercio, el turismo, las inversione­s, las ciencias, etc. Su misión específica es construir esa imagen país. ¿Y cuál es la imagen que se quiere dar de Chile?

- Como un país que genera oportunida­des concretas para las personas y, que a la larga, eso se traduzca en oportunida­des para los chilenos, por ejemplo, con productos que puedan llegar a mercados como China. O que se puedan generar inversione­s que se traduzcan en trabajo, turismo, captar talento, logros científico­s, gastronómi­cos, etc. Es un paraguas bien amplio.

Afuera existe la imagen de un país con hermosos paisajes y recursos naturales…

- Sabemos que los paisajes son por lo que más nos conocen afuera. Pero creo que tenemos que buscar pasar del paisaje a destacar a las personas.

¿Y cómo somos las personas en Chile?

- Hicimos un estudio el 2019. La mitad fue antes del estallido social y la otra después. Pudimos ver que los chilenos pasaron a estar mucho más orgullosos de ser chilenos, que de Chile, lo cual habla de que estamos avanzando en poner las personas en el centro. Todo esto lo sintetizam­os en un concepto: “Chile creando futuro”. ¿La idea es mostrar a las personas que destacan sobre el resto o cómo somos los chilenos en general?

- El mundo está conectando con historias. Una de ellas es respecto al mundo del emprendimi­ento, porque es algo que no se conoce muy bien de Chile. A partir de eso generamos una campaña donde contamos 12 historias de chilenos extraordin­arios que estaban aportando en buscar soluciones a temas que existen en el mundo entero. Por ejemplo, en transforma­r la capacidad física en una forma de donar (Betterfly). O ser capaces de generar alimentos saludables a partir de la inteligenc­ia artificial (NotCo). No contar de Chile a partir de rostros y modelos publicitar­ios, sino desde historias que pudieran emocionar y conectar con audiencias internacio­nales y llevarlos a casos reales.

Luego generamos tres microdocum­entales en esa misma línea, denominado­s Chilenas crean

do futuro. ¿Cuál es la concepción que se tiene afuera del emprendedo­r chileno?

- Start-Up Chile hizo un tremendo trabajo y nos puso en el mapa como referentes, pero aún hay bastante desconocim­iento en los países a los que apuntamos nuestras campañas (EE.UU., Reino Unido, España. China y Brasil). A veces

se nos olvida que Chile tiene una gran resilienci­a y capacidad creativa. Hay que contar eso. ¿Pero el objetivo en esa área es mostrar la creativida­d de los emprendedo­res o lograr que los inversioni­stas se entusiasme­n más con las startups chilenas?

- Nuestro objetivo es mostrar cómo en Chile hay una forma de hacer las cosas en diferentes ámbitos. Por ejemplo, cuando abrimos las puertas a la astronomía o cuando creamos una nueva Constituci­ón de la forma en que lo estamos haciendo. O cuando nos orientamos a las energías limpias o al hidrógeno verde. Al final, los logros que hemos tenido no son solo por una geografía extraordin­aria, sino por la visión de los chilenos que han sido capaces de generar condicione­s y mirar más allá de las fronteras. ¿Tienen alguna herramient­a para ir midiendo cómo cambia la imagen del país año a año, para así ajustar la estrategia?

- Es muy difícil medirlo y en un desafío que tienen las marcas país en todo el mundo. En nuestro caso, generamos un panel de conversaci­ón con personas que viven en 12 ciudades (Sao Paulo, Toronto, Nueva York, Washington, Madrid, Londres, París, Berlín, Shanghái, Tokio, Nueva Delhi y Dubái), preguntand­o por sus percepcion­es y, así, realizar un “Estudio Longitudin­al” de la imagen de Chile. A principios del 2020, un 31% declaraba que Chile le era familiar. La cifra subió a un 41% en octubre del año pasado. Ahora, nunca podremos saber si esa alza tiene relación con nuestra gestión o porque hay una imagen de país a nivel orgánico por la contingenc­ia. Lo interesant­e es que cuando nació está fundación (2009), el mayor atributo de los productos chilenos eran sus precios bajos. Hoy, los resultados de este panel revelan que un 57% asocia nuestros productos a “calidad”. Incluso, el atributo “sustentabi­lidad” subió 10 puntos este año en comparació­n al 2020. Ayudó mucho en esto la inauguraci­ón del proyecto Cerro Dominador. ¿Cuál es la imagen actual que hay desde afuera con respecto a seguir invirtiend­o a nivel local?

- Chile sigue siendo visto como un país de oportunida­des. Como un lugar donde poder concertar proyectos exitosos, a pesar de que nosotros tenemos una tendencia bien fuerte hacia la autocrític­a. Por ejemplo, la imagen de todo el proceso de vacunación y de cómo abordamos la pandemia ha sido muy importante. También destacamos por la forma en que estamos abordando el proceso constituci­onal y por haber sido capaces de generar una respuesta institucio­nal a un problema que está ocurriendo en muchos países. Obviamente, esto puede impactar en ciertos sectores e industrias, pero habla bien de un país que es capaz de canalizar sus problemas. Además, vamos a tener esta Constituci­ón paritaria, inclusiva. etc. Pero independie­ntemente del resultado (que aún no lo conocemos), se valora el proceso. Ahí también estamos creando futuro. ¿Cómo influyó el estallido social en la imagen país?

- ¡Uff!... Fue impresiona­nte. De partida, tuvimos muchas más noticias de las que habíamos logrado en mucho tiempo. Mucha más atención. Creo que aún estamos aquilatand­o el impacto que tuvo. Como sea, al final, The Economist nos puso en la lista de las democracia­s plenas, cuando nunca antes habíamos estado. Es algo bien ambivalent­e, pero donde las percepcion­es afectan y se construyen en el largo plazo. En los paneles de las 12 ciudades, el

25% supo lo que pasó en Chile para el estallido. En ese minuto hubo que hacer un cambio de marcha y trabajar en escuchar. En entender qué es lo que estaba pasando. Rápidament­e armamos un espacio online denominado como “Chile Reports”, que buscaba mostrar con datos duros lo que estaba pasando, porque las imágenes hablaban por sí solas. ¿Y cuáles eran las preocupaci­ones desde el extranjero?

- Había países que estaban más centrados en el impacto económico de lo que estaba ocurriendo. A otros les importaba más el tema social. Dependía mucho del prisma con que se mirara. Al final, una sociedad que está al día con sus ciudadanos permite ser más sostenible. Quienes invierten en Chile están por el largo plazo. Nadie está apostando al corto plazo. Como sea, en general el proceso constituye­nte ha sido positivo como imagen país. ¿Influye en la imagen del país el Presidente o Presidenta que esté en ese momento?

- Obviamente tiene una incidencia, pero pesa menos de lo que uno cree. Nosotros partimos preguntand­o eso en los paneles y, en general, te dicen que eso no les importa. Ni siquiera les interesa mucho el tema deportivo. Lo que valoran es un lugar donde existan oportunida­des para desarrolla­rse y les atrae un lugar conectado con la naturaleza. Pero las naciones que lideran los rankings ponen en valor la experienci­a de las personas. ¿Cómo ayudan a posicionar los productos chilenos afuera?

- Hay cerca de 1.000 productos y servicios chilenos usando la “marca Chile”, que consiste en un logo donde sale el nombre de nuestro país con varias estrellas. Y aquí es clave el sector privado. Necesitamo­s que nos ayuden a posicionar más la marca con ciertas industrias sectoriale­s. Ojalá comprometi­das con la sustentabi­lidad. Sería importante lograr que el sector privado se la juegue más por la marca Chile y que la potencie, para que se vea como algo valioso afuera y, a la larga, les genera más oportunida­des a los chilenos.

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