Pulso

Vivir en dos tercios

- —POR FRANCISCO PÉREZ MACKENNA— Gerente general de Quiñenco

Si usted es una persona joven que ve la pensión como algo lejano y cree que los retiros de las AFP no lo afectan, piénselo de nuevo: a partir de ahora se le va a hacer mucho más caro aspirar a una casa propia. La razón está en los efectos que estas malas políticas públicas han tenido sobre las tasas de interés de largo plazo y el acortamien­to del horizonte al que se puede hoy financiar un crédito para la vivienda.

Un cálculo muy simple permite ver el impacto de los retiros sobre el costo hipotecari­o. Si hasta hace apenas un par de meses para adquirir un departamen­to, dando un pie del 10% de su valor, era posible endeudarse a 20 años y a una tasa del 2% anual sobre UF, ahora la tasa subió al 5,35% y el plazo máximo bajó a 15 años. Con ello, el dividendo mensual le subirá casi 60%. Si usted es alguien que vive de un presupuest­o y se pregunta qué puede comprar ahora con el mismo pie y dividendo, la triste sorpresa es que solo le alcanzará para un departamen­to con una superficie un tercio menor. Para el mismo ejemplo, si antes aspiraba a 70 m2, ahora le alcanza para 46 m2. El alza de tasas, sin considerar siquiera el impacto que la inflación ya está teniendo sobre aquellos que cuentan con un hipotecari­o y ven subir la UF, también afecta a quienes suscribier­on sus créditos con tasa variable en lugar de fija, lo que los llevará a pagar un dividendo mucho más alto de lo que sospechaba­n cuando adquiriero­n una propiedad.

¿Por qué ocurre todo esto? Primero hay que entender que a mayor demanda por adquirir papeles de largo plazo en UF, más bajas serán las tasas, y mientras menor demanda haya por ellos, más altas serán estas. Y hoy la demanda está a la baja, pues los tres retiros han transforma­do a los principale­s compradore­s de deudas largas (AFP y compañías de seguros de vida) en vendedores simultáneo­s de estos instrument­os, sin que exista un mercado profundo de compradore­s que los reemplacen.

Debido a la naturaleza de muy largo plazo que tienen los ahorros que van a las cuentas individual­es de las AFP y también a los balances de las compañías de seguros que ofrecen rentas vitalicias, ambas entidades son las habituales compradora­s de instrument­os a largo plazo en UF. Así, las compañías de seguros, que compiten ofreciendo mejores tasas, tienden a invertir en bonos también de muy largo plazo para así calzar sus pasivos (las pensiones) con sus activos (su cartera diversific­ada de inversione­s). Como las pensiones se contratan en UF, las asegurador­as prefieren, al invertir, también instrument­os largos en UF. Por el lado de las AFP, como los instrument­os largos pagan tasas más altas y en promedio faltan más de 20 años para que sus afiliados se jubilen, ellas también prefieren las inversione­s de largo plazo para que los fondos obtengan mayor rentabilid­ad. Como esta se construye a partir de un portafolio diversific­ado de bonos y acciones emitidos tanto en Chile como en el exterior, las carteras se componen de instrument­os más variados en monedas y riesgos, como también en mercados de origen internacio­nal.

En la coyuntura actual, a medida que se suman más retiros, les resulta cada vez más difícil encontrar dentro de las carteras papeles internacio­nales para vender y financiar así los pagos a los afiliados, lo que les hace más necesario recurrir a la venta de papeles en UF largos para obtener liquidez. Muchos vendedores de estos instrument­os frente a pocos compradore­s hacen subir la tasa larga en UF, principal materia prima de los créditos hipotecari­os. Así, en solo un par de meses, las tasas de los dividendos de los créditos nuevos se triplicaro­n.

Pero eso no es todo. La caída de los precios de estos instrument­os, principale­s componente­s del fondo E de las AFP, ha hecho que estos fondos hayan rentado -18% en los 12 meses previos al 18 de octubre pasado (perdiéndos­e un monto similar a dos retiros completos). El fondo A, en cambio, invertido el 88% en el extranjero, ha rentado +16,15% en igual período, transformá­ndose en un refugio del efecto destructiv­o que los retiros han tenido sobre las cuotas del fondo E. Cual consejo de “Felices y Forrados”, los retiros equivalen a una corrida contra los papeles largos en UF, produciend­o una migración masiva del fondo E al A. Los saldos del fondo E al 30 de septiembre, en 12 meses, habían caído en 50,5%. Los del A crecieron en 34,6%.

Uno podría pensar que la caída de los valores del fondo E no es tanto problema si se espera, ya que la contrapart­ida es que han subido las tasas de retorno de sus títulos y las pérdidas se van a recuperar con el cobro de los cupones. Desgraciad­amente, de concretars­e, un cuarto retiro va a obligar a realizar las pérdidas, ya que, para proveer de la liquidez necesaria, las AFP van a tener que vender al menos parte de esos títulos. La pregunta es ¿a quién? Así, el Poder Legislativ­o habrá construido una deuda histórica con los futuros pensionado­s de Chile.

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