Pulso

Los programas electorale­s y su agreste senda hacia la moderación

- —por JAVIER SALINAS—

Conocidos los resultados de primera vuelta, y resultando ganadores con un estrecho margen dos representa­ntes alejados del centro político, lo que queda hacia adelante para las propuestas de ambos candidatos es un camino hacia la moderación. Sin embargo, esta ruta no será sencilla, sino que estará llena de obstáculos, tropiezos y en algunos momentos hasta de retrocesos.

En la primera parte de la carrera, Gabriel Boric y José Antonio Kast elegirían la senda de la moderación (desde sus distantes inicios de partida) en la búsqueda de los votantes al centro del espectro político. Aquí, el ritmo que decidan tomar dependería de lo que marque la brújula: las encuestas. Resultados más estrechos harían que ambos candidatos aceleren su ritmo; más aún el que se rezague, a riesgo de perder la elección. Sin embargo, si bien este cambio de ruta parece ser el más lógico, deben tener cuidado de no desencanta­r a sus votantes actuales. Cabe destacar que si bien es esperable que la ruta de moderación que tome Boric sea la económica, Kast podría optar por una moderación más bien valórica.

Sin embargo, esto no termina el 19 de diciembre. La segunda parte de la carrera será cuesta arriba, con el Congreso siendo el principal obstáculo del presidente electo para que su programa de gobierno llegue a la meta: si la moderación durante las campañas no es “suficiente”, el Congreso los llevaría de nuevo hacia esa vía. En este punto, los caminos se bifurcan: por un lado, ante un eventual triunfo de Boric, partes relevantes de su programa económico requieren quorums supramayor­itarios para ser aprobados en el Congreso, y los partidos de izquierda y centroizqu­ierda alcanzaron únicamente el 50% de los escaños del Senado, lo cual no sería suficiente para hacer avanzar la agenda sin votos de la derecha y centrodere­cha. En el caso de un eventual triunfo de Kast, la Cámara de Diputados será la piedra más grande en su zapato, en donde los partidos de derecha y centrodere­cha no alcanzan si quiera a ser mayoría simple. Más aún, ante la actual fragmentac­ión del Congreso, la lógica histórica de dos o tres grandes bloques que negocian ya no estaría vigente. Así, el primer paso ante cualquier propuesta legislativ­a del gobierno comenzaría con convencer a las coalicione­s colindante­s del partido oficialist­a: en el caso Boric, el Nuevo Pacto Social; en el de Kast, Chile Podemos+. Esto los llevaría, de nuevo, a mayor moderación.

Sobre toda esta difícil carrera, una tormenta de incertidum­bre se despliega en la forma de la Convención Constituci­onal. Y aquí no solamente estaríamos en la presencia de cambios en el camino a mitad de la carrera, sino también ante un terreno más resbaloso, debido a las modificaci­ones en el balance de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativ­o por medio, principalm­ente, de cambios en la exclusivid­ad de iniciativa del Presidente en algunas materias y los cambios de quorums. Ante esto, no le quedaría más opción al siguiente Presidente de bajar la velocidad en el proceso legislativ­o de sus propuestas, para evitar riesgos de caída.

La mochila pesada que cargan los candidatos por los ideales que representa­n dificulta su andar en este agreste camino a la moderación. Pero si deciden seguir su senda actual y no buscar esta moderación, corren el riesgo de que sus propuestas no vean la meta final.

* El autor es economista jefe de LarrainVia­l Research

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