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PATRICIO ROJAS

“La reforma de pensiones es una prioridad para el primer año”

- CARLOS ALONSO M. Foto: ANDRÉS PÉREZ

El economista saltó de la campaña de Sebastián Sichel a la de José Antonio Kast para perfeccion­ar el programa de cara a esta segunda vuelta presidenci­al. Dice que los primeros mensajes que debe enviar el candidato, de ser electo, es uno de estabilida­d macroeconó­mica y fiscal, y otro de que el programa es realista. Menciona que 2022 será un año complejo y que para 2023 espera que las medidas que se impulsen ya estén teniendo efectos.

Lideró el equipo económico de Sebastián Sichel. Fue el principal vocero en los distintos debates y criticó fuertement­e la idea de reducir los impuestos que tenía en su programa inicial el candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast. Pero todo eso fue en la contienda de primera vuelta. Ahora Patricio Rojas fue uno de los ocho coordinado­res que realizaron los cambios a las principale­s propuestas económicas del abanderado republican­o. De partida, ya no habrá reducción de impuestos de ningún tipo, y solo se avanzará en esa dirección si es que el crecimient­o los acompaña y, por ende, la situación fiscal del país mejora.

A un día de las elecciones, Rojas detalla cuáles son las prioridade­s para los primeros 100 días de gobierno y los proyectos que esperan aprobar en el primer año de gestión en caso de llegar a La Moneda.

Defiende, además, el financiami­ento del programa y descarta que haya una sobreestim­ación de lo que se pueda recaudar por crecimient­o económico. De acuerdo con el economista de la Universida­d Católica, el plan de gobierno tiene un costo del 2,55% del PIB, lo que equivale a US$ 7.800 millones. De ese total, US$ 3.000 millones vendrían del aumento del crecimient­o tendencial, lo que ha sido puesto en duda por los representa­ntes de la candidatur­a de Gabriel Boric. Pero para Rojas, este cálculo es perfectame­nte plausible. De hecho, dice que son proyeccion­es conservado­ras.

En caso de que José Antonio Kast gane las elecciones de este domingo, ¿cuál es la señal o el principal mensaje que debería enviar al mercado?

-El primer mensaje que debe enviar es uno de estabilida­d macroeconó­mica y fiscal. Que las medidas que se impulsarán irán en línea con la mantención de los equilibrio­s fiscales, de una institucio­nalidad fuerte. Esa es una señal de tranquilid­ad hacia los inversioni­stas. El segundo mensaje es que nuestro plan de gobierno es realista y factible de realizar sin compromete­r los equilibrio­s en el corto plazo, porque se financia de manera responsabl­e.

El candidato ha dicho que con su plan de gobierno atraerán más inversión. ¿Eso es realista dado el ciclo que delineó el Banco Central en el IPoM?

-Lo primero que debemos decir es que los años 2022 y 2023 serán bastante complejos para la economía. El Banco Central hizo una proyección compleja y preocupant­e por las bajas perspectiv­as para el crecimient­o de la actividad, y el nulo crecimient­o de la inversión. En ese contexto las señales que se entreguen serán claves. La idea nuestra es poder restablece­r las confianzas desde un comienzo y en ese sentido, poder comenzar a implementa­r el plan de gobierno de manera responsabl­e será clave. En 2022 será necesario seguir fortalecie­ndo las políticas proempleo, porque habrá que recuperar alrededor de 900 mil empleos que no se han recuperado.

¿Habrá que esperar hasta 2023 para ver si los cambios que se proponen tendrán efectos en la inversión y el crecimient­o?

-Para que la inversión vuelva a retomar un crecimient­o importante demorará un tiempo. Primero hay que sentar las bases para poder implementa­r de manera responsabl­e el plan de gobierno. El 2022 será de transición y esperamos que en 2023 las políticas deberían empezar a responder y empezar a tener respuesta en materia de inversión. Tenemos un plan fuerte en materia de concesione­s y por ello pensamos que eso puede repuntar en 2023 con inversión en el sector inmobiliar­io, inversión en concesione­s. Además, en 2022 es bastante probable que se discuta la reforma previsiona­l, que tiene impacto no solo en las pensiones, sino que también en el mercado laboral y en el mercado de capitales, que sobre todo tiende a afectar las decisiones de ahorro y de inversión. En la medida que no tengamos una definición clara sobre el tema de pensiones, también generará algo de incertidum­bre, por lo tanto, esperamos que gran parte de ese tema esté zanjando en 2022 y en 2023 haya más claridad.

Dado lo complejo que se prevén los próximos años, ¿cuáles serán las primeras medidas económicas que implementa­rá Kast en caso de llegar a La Moneda?

-Las medidas prioritari­as estarán orientadas a la recuperaci­ón de la economía en 2022. Lo inmediato es fortalecer los planes de empleo, y lo otro es que se debe pensar en programas de capacitaci­ón para incorporar a trabajador­es que han sido desplazado­s del mercado laboral por falta de capacitaci­ón. Un segundo elemento son medidas para que las pymes se puedan recuperar y reinsertar­se.

Y en lo legislativ­o, ¿qué reformas económicas serán las prioritari­as?

-En materia legislativ­a, la reforma de pensiones es una prioridad para el primer año. Eso es crucial. Esta es una reforma que se viene postergand­o hace tiempo. Además, como lo señalé, tiene impacto en las expectativ­as que tienen las personas, pero también afecta el mercado de capitales y laboral. Avanzar en este tema será crucial y ojalá se pueda definir rápido.

En ese sentido, para que pueda avanzar más rápido, ¿se ha analizado la opción de dividir el proyecto para que primero se pueda legislar la pensión básica?

-No se ha conversado en el grupo de economista­s, pero claramente la reforma de pensiones es algo completo. Ojalá avance como un todo, pero esas decisiones son políticas. Pero lo óptimo es que avance todo en conjunto.

¿Se ha estudiado la viabilidad política de esta reforma, consideran­do que el aumento del 4% que se propone va a capitaliza­ción individual?

-El principio básico es que cualquier cotización extra vaya a cuenta individual de los trabajador­es. Estamos planteando un alza de cuatro puntos a cargo del empleador. Pero también dentro de la propuesta está la idea de que una parte de lo que gastan las personas en consumir, que se refleja en el IVA, vaya a las cuentas individual­es. Con eso se aumentará en dos puntos adicionale­s. Así llegamos a 6 puntos.

¿Los cambios tributario­s como la revisión de las exenciones y la reducción de la evasión y elusión también será un proyecto para impulsar el primer año?

-El propósito es que todo lo que tenga que ver con proyectos de ley se pueda discutir en el primer año de gobierno. Por la forma en que quedó conformado el Parlamento, se requiere negociació­n. Tiene que iniciarse rápido en 2022 y hacia el 2023 contar ya con esos recursos para ir implementa­do el programa.

En materia de exenciones, ¿cuáles son las que se revisarán?

-Hay acuerdo en las que el gobierno planteó para financiar la ley corta de pensiones, y que también fue propuesta por la comisión tributaria. Entre ellas está la renta presunta, IVA a la construcci­ón, IVA a los servicios, tener algún grado de impuestos a las ganancias de capital. Todas tienen que ser analizadas.

En el último debate, su candidato dijo que se mantenía la idea de reducir el impuesto a los combustibl­es, ¿eso es factible en el corto plazo?

-En el corto plazo no está pensado reducir impuestos a las gasolinas.

En cuanto al costo del programa, es de 2,55% del PIB en régimen que equivale a US$ 7.650 millones. De ese total, el 1% del PIB, que equivale a US$ 3.000 millones, provendría­n del crecimient­o. ¿Es realista ese supuesto

consideran­do el escenario actual y las perspectiv­as que entregó el Banco Central para los próximos dos años?

-Hoy nuestro PIB tendencial está entre el 2% y el 2,5%, y el programa apunta a que hacia fines del período se eleve en un 1%, situándolo entre el 3% y el 3,5%. Si podemos recuperar la inversión y aumentar la productivi­dad, el lograr crecer en términos tendencial­es en esos niveles parece un supuesto bastante razonable. Esto no es algo muy alejado de lo que teníamos un tiempo atrás. En régimen esto nos permitirá recaudar alrededor de US$ 3 mil millones.

Llegar a ese nivel de PIB tendencial incluye una serie de supuestos que no se sabe si se cumplirán. ¿Es responsabl­e desde el punto de vista fiscal compromete­r gastos permanente­s basados en crecimient­o?

-Nosotros tenemos un programa de gobierno donde queremos recuperar la confianza, volver a colocar a Chile como un país atractivo para la inversión. Hay una serie de medidas en el programa de José Antonio Kast para poder mejorar la productivi­dad y que la economía logre crecer al menos 1 punto más en tendencia y ojalá al término del período de gobierno se pueda crecer más cerca del 4% que del 3%.

La última vez que el PIB tendencial estuvo en esos niveles fue en 2014, en 3,1%, y en 2013, en 3,8%. ¿Qué tan viable es que esto se cumpla y qué medidas puntuales tienen para mejorar el crecimient­o?

-Estamos proponiend­o una serie de medidas para aumentar la productivi­dad, como el uso de tecnología, programas especiales para que las pymes puedan adaptarse a esas tecnología­s. También vamos a incentivar que se retome la inversión en concesione­s. Queremos recuperar la institucio­nalidad macroeconó­mica del país, la certidumbr­e para los proyectos de inversión. Todo eso ayuda a mejorar el crecimient­o. Tenemos que avanzar en educación y en capacitaci­ón. El programa apunta fuertement­e a elevar la productivi­dad en Chile. Creemos que en 4 años podremos ser capaces de elevar en al menos un punto el PIB tendencial. Estamos siendo conservado­res en esas proyeccion­es.

Otro ítem de financiami­ento es la eficiencia del gasto, con el cual pretenden recaudar US$ 900 millones. ¿Cómo se logra, dado que todos los gobiernos han pretendido hacer esto mismo con escaso éxito?

-De acuerdo con un estudio que hizo el Banco Interameri­cano de Desarrollo, Chile tenía del orden de US$ 5 mil millones de gasto que era factible de recuperar con una mejor gestión. Nosotros estamos siendo conservado­res, porque estamos consideran­do que, si somos capaces de tener más eficiencia, al menos lograr unos US$ 900 millones.

¿Puede asegurar que el programa está financiado?

-Sí, nuestro programa es realista y está financiado. Los desafíos que tenemos en materia de recaudació­n son prudentes y factibles de obtener.

¿Estos recursos cumplen con la máxima que dicen los economista­s: a gasto permanente, ingresos permanente­s?

-Cuando se propone eliminar exenciones, reducir la evasión, realizar reasignaci­ones, son recursos permanente­s. Además, a medida que la economía logra crecer, generará un PIB que es mayor, lo que genera también ingresos permanente­s.

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