Pulso

En Chile se buscan trabajador­es

- —por BENJAMÍN VILLENA R.—

Como en otras latitudes, el mercado laboral en Chile está experiment­ando una escasez constante de personas disponible­s a trabajar. El último reporte del Sistema de Análisis de Bolsas de Empleo (SABE) del Observator­io Laboral de SENCE muestra que, a noviembre de 2021, los avisos y vacantes habían crecido un 72% y 39% en el último año, respectiva­mente. En otras palabras, la demanda por trabajo o intención de contratar ha aumentado notoriamen­te. En contraste, los postulante­s activos y las postulacio­nes totales realizadas disminuyen en 27% y 31% en igual período. Más aún, los postulante­s activos a noviembre de 2021 son solo la mitad de los que había en marzo de 2020, al inicio de la pandemia. En suma, la oferta de trabajador­es cae fuertement­e.

Con nociones básicas de economía, esperaríam­os un aumento de los salarios y una reducción de los requerimie­ntos pedidos por los empleadore­s a los postulante­s. La evidencia para otros países muestra esto y los datos de SABE concuerdan: a nivel de oficios u ocupacione­s, clasificad­os por algoritmos de Aprendizaj­e Automático, los salarios han aumentado. Por ejemplo, se les ofrece una mediana de 600 mil mensual a los vendedores por internet, en contraste con 500 mil, un año atrás. A un empleado de call center se le pide a noviembre de 2021 1,2 años de experienci­a en promedio, en contraste con los 1,5 años requeridos hace un año.

Comprender este fenómeno amerita investigac­ión muy rigurosa, pero se puede plantear una conjetura: A raíz del forzado teletrabaj­o y estadía de niños en el hogar, las familias tienen menos disponibil­idad para trabajar debido a que han desarrolla­do nuevos hábitos, adquirido otras habilidade­s, establecid­o rutinas y relocaliza­do sus hogares. Los empleadore­s que están requiriend­o presencial­idad tendrán que adaptarse para atraer a los trabajador­es de la postpandem­ia: horarios flexibles, teletrabaj­o, capacitaci­ón, transporte, equipamien­to apropiado y, por supuesto, mayores salarios. Los datos de SABE muestran que una parte de esto ya lo estamos viendo.

Sin embargo, el cambio no es necesariam­ente favorable para los trabajador­es en el mediano plazo. La escasez sostenida de ciertos tipos de trabajador­es, especialme­nte en empleos más rutinarios, podrían acelerar el proceso de sustitució­n de trabajo y automatiza­ción que ya venía en curso. Algunas empresas podrían invertir en tecnología­s para reemplazar tareas relativame­nte rutinarias. El retail ya avanza en esta senda. La escasez de trabajador­es hoy puede gatillar la adopción de estas tecnología­s sin vuelta atrás, a un ritmo que podría ser demasiado veloz y que deja poco margen para capacitar y reasignar personal en nuevas tareas o empleos. Este fenómeno puede acentuarse si reformas que significan aumentos de costos laborales importante­s se materializ­an, como la reducción y rigidizaci­ón de la jornada laboral.

La velocidad de la transición tecnológic­a debe considerar­se en reformas que afecten al mercado laboral, especialme­nte tras el cambio radical que ha significad­o la pandemia para los estilos de trabajo de millones de personas en Chile. Una lectura profunda y en tiempo real del mercado laboral que proporcion­a el proyecto SABE puede guiar mejores políticas públicas en este proceso.

Co-director proyecto SABE, investigad­or Instituto Milenio MIPP y Profesor Asociado, Universida­d Diego Portales.

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