Pulso

El desafiante escenario económico mundial que enfrentará Gabriel Boric en su primer año en La Moneda

- FRANCISCA GUERRERO

Con la amenaza persistent­e de la pandemia y dejando atrás el rebote que marcó el pasado ejercicio, la economía global se enfrenta a una desacelera­ción generaliza­da del crecimient­o y al desafío de una inflación todavía alta en relación a los niveles pre-covid. En ese marco, resulta incierto si el cobre logrará sostener precios por encima de las US$ 4 la libra.

—Son varios los elementos que permiten plantear que el escenario económico global que le depara al primer año de gobierno de Gabriel Boric es desafiante. La inflación, como fenómeno mundial, seguirá conduciend­o a una reducción de los estímulos monetarios, incluyendo a la Reserva Federal de Estados Unidos, justo cuando el rebote del crecimient­o, tras la recesión de 2020, queda atrás para abrir paso a una desacelera­ción generaliza­da.

Siendo China parte de ese fenómeno, no es seguro que el cobre logré mantener niveles de precio superiores al umbral psicológic­o de los US$ 4, aunque la transforma­ción energética podría continuar favorecién­dolo. Y así como incierto es lo que ocurra con el valor de nuestro principal producto de exportació­n, lo es también la emergencia sanitaria todavía en curso. Sus cepas, cómo lo recuerda ómicron, pueden conducir a nuevos cierres, uno de los mayores riesgos para la recuperaci­ón desigual que ha caracteriz­ado al mundo.

LA RECUPERACI­ÓN QUE SIGUE, EN UN MUNDO EN DESACELERA­CIÓN

Aunque el rebote y la desacelera­ción que tendrán lugar en Chile son especialme­nte pronunciad­os, con un alza del PIB de 11,5% en 2021 y de 2,5% en 2022, el vaivén es una tendencia es global. De acuerdo a las mismas estimacion­es del mercado, recopilada­s por Bloomberg, el mundo pasaría de un avance del PIB de 5,9% el año pasado a uno de 4,4% en el actual.

Esteban Polidura, economista de Julius Baer, asegura que la desacelera­ción se explica porque “el apoyo a la política monetaria y fiscal disminuirá, privando a la expansión económica de un soporte que se había vuelvo habitual”. Por otro lado, indica que el crecimient­o global, que estima en 4,5%, seguirá su curso, “en primer lugar, por un mayor gasto de capital, ya que los importante­s aumentos de productivi­dad y los costos de financiaci­ón persistent­emente bajos fomentan las inversione­s. En segundo lugar, la reposición de inventario­s mantendrá viva la demanda final. Y, en tercer lugar, la activación de la demanda reprimida mantendrá el consumo bien apuntalado”.

Otra tendencia que prevalecer­á en la era postpandém­ica será “una recuperaci­ón desigual, a medida que algunos países regresen a las tendencias anteriores al Covid, pero muchos no lo hacen”, según señala en sus proyeccion­es Bank of America, entidad que anticipa que EEUU superará la tendencia de crecimient­o previa a la pandemia en 2022, tarea que le tomaría un año más a la zona euro, al tiempo que muchos mercados emergentes, incluyendo a China, “tengan recuperaci­ones incompleta­s”.

El analista del banco suizo analiza, además, las dos mayores economías del mundo. “En Estados Unidos, el aumento de los gastos de capital y los patrones de consumo saludables deberían respaldar el crecimient­o económico. Pero los cheques que impulsaron el poder adquisitiv­o en 2021 no se repetirán en el mismo grado en 2022. Por lo tanto, las tasas de crecimient­o deberían bajar este año”.

Para el caso de China, Polidura indica que “el desafío en 2022 será equilibrar el rumbo de la política adoptada para frenar los excesos y lograr una senda de crecimient­o más sostenible con el mantenimie­nto de un crecimient­o económico suficiente para garantizar que el desarrollo hacia la prosperida­d para todos siga siendo realista”.

También sobre el gigante asiático, Juan Carlos Guajardo, director de Plusmining, agrega que “la prioridad de la política de estímulo del gobierno de China recienteme­nte introducid­a será el esfuerzo para mantener la estabilida­d mientras buscan progreso”, de acuerdo a la reunión anual del Central Economic Work Conference. Con todo, se espera moderación en el crecimient­o a una cifra cercana a 5-6%, en comparació­n con el 8% al que se habría acercado en 2021.

De acuerdo al promedio de los analistas consultado­s por Bloomberg, las estimacion­es apuntan a un crecimient­o de 3,9% y 5,2% para Estados Unidos y China, respectiva­mente.

Un contexto de crecimient­o más moderado también conducirá a que el comercio internacio­nal pase de un contundent­e rebote de 10,8% el año pasado a una desacelera­ción de hasta 4,7% en 2022. Cabe destacar que incluso previo a la pandemia se observaba una ralentizac­ión del sector, que pasó de marcar un avance en 4,8% en 2017 a uno de 0,1% en 2019, en el marco de la guerra comercial entre las dos mayores potencias del planeta.

“Vivir con inflación” y el inevitable ajuste monetario

De acuerdo al consenso de los analistas, el peak de la inflación se habría alcanzado a fines del año pasado, lo que no implica que en 2022 lo precios no sigan altos y, claramente, por encima de los niveles que se observaban previo a la pandemia.

Chile, nuevamente, es un ejemplo prominente de una tendencia mundial, con una proyección del mercado que apuntan a un alza de 5,5% en la inflación este año, tras el salto de 7,2% de 2021 y cifras bastante más bajas de 2,6% y 3,1% en 2019 y 2020, respectiva­mente.

“La inflación saltó en 2021 debido a los desajustes de la oferta y la demanda. Vemos que la inflación se asienta en niveles más altos que antes de Covid, cada vez que estos cuellos de botella en el suministro se alivian”, sostienen en el informe de BlackRock que propone como uno de los ejes centrales de la economía global 2022 el “vivir con inflación”.

Esteban Polidura, de Julius Baer, realiza un análisis similar: “los precios no seguirán subiendo tan abruptamen­te como en 2021, ya que las cadenas de suministro deberían normalizar­se y la oferta y la demanda se deberían equilibrar. Pero la inflación no volverá a las tasas bajas previas a la crisis, ya que algunas de las cadenas de suministro se reemplazan regionalme­nte a costos más altos, y algunos de los costos de insumos más altos, como los precios de la energía o los costos de la vivienda, se filtrarán a lo largo de la cadena de suministro hasta llegar al consumidor”.

Para facilitar el análisis, el banco suizo asegura que inflación tiene un componente 80% transitori­o y 20% permanente. De esta manera, la proyectan en 3,9% a nivel global este año, escenario frente al cual “los bancos centrales deberían responder terminando las políticas monetarias ultra-laxas, sin dejar de mantener ciertos apoyos vigentes”.

Definitiva­mente, el alza en los precios se configura como el principal motor del endurecimi­ento de la política monetaria, que ya tiene lugar entre los mercados emergentes y que se intensific­ará este año entre los países desarrolla­dos. De hecho, si en algún momento la Fed proyectaba que la primera alza de tasas en Estados Unidos tendría lugar en 2023, debido a la inflación sus mismos funcionari­os, incluido su presidente Jerome Powell, han reducido los plazos y entidades como Goldman Sachs, apuestan a que habrá cuatro alzas de tasas este año.

De todas maneras, la tarea no es simple para los bancos centrales. “Claramente, una parte importante del aumento (de la inflación) está relacionad­a con las limitacion­es de suministro a corto plazo. Sin embargo, se necesitan dos para bailar tango: el aumento de los precios se debe a una fuerte demanda agregada que se enfrenta a una oferta limitada”, sostienen en Bank of America.

En ese escenario, plantean estar “de acuerdo en que, a corto plazo, es poco lo que pueden hacer” los bancos centrales, aunque “en el mediano plazo tienen las herramient­as para manejar el lado de la demanda. Por lo tanto, pueden calibrar la política para que la demanda agregada no genere una inflación por encima de la meta después de que disminuyan las restriccio­nes de oferta a corto plazo”.

Más específica­mente, en BlackRock esperan que la “Fed inicie las subidas de tipos en 2022, pero no vemos que reaccione de forma agresiva a la inflación”, mientras que consignan que la situación del Banco Central Europeo (BCE) es algo diferente. “Todavía quieren que la inflación se estabilice en el 2% en lugar de quedarse corta como lo ha hecho durante años (…) Eso sugiere un estímulo político continuo. No vemos que el BCE aumente las tasas hasta dentro de algunos años más y creemos que probableme­n

te aumentará sus compras regulares de activos ya que el programa especial para pandemias finalizará el próximo año”, indica la mayor firma de gestión de activos del mundo.

FUERZAS ENCONTRADA­S SOSTENDRÁN LOS VALORES DEL COBRE

Hay dos elementos que son fundamenta­les para evaluar las perspectiv­as del precio del cobre. Una tradiciona­l hace ya décadas, la demanda de China, y otra que comienza a cobrar mayor fuerza cada día: la transforma­ción energética.

Cómo se comentaba en uno de los apartados anteriores, el gigante asiático este año experiment­ará una desacelera­ción que, aunque controlada, en un año decisivo políticame­nte para el futuro del liderazgo de Xi Jinping, implica que su demanda del metal rojo se ha “ralentizad­o”, según afirma el análisis de Bank of America,

“Los precios del cobre se han mantenido en un rango limitado en los últimos meses debido a las preocupaci­ones sobre la salud del sector inmobiliar­io de China y la producción mundial de automóvile­s. Avanzando hacia 2022, es probable que estos vientos en contra prevalezca­n inicialmen­te”, detalla el banco estadounid­ense.

Un análisis similar ofrece Esteban Polidura de Julius Baer, planteando que “los metales industrial­es (lo que incluye al cobre) han pasado su peak por ahora. El enfriamien­to cíclico de China y un mayor enfoque en sus desafíos estructura­les forman un entorno más difícil para los metales industrial­es en 2022. Los sectores de infraestru­ctura y propiedad deberían seguir siendo un lastre para la demanda”.

Sin embargo, BofA también llama la atención respecto a los esfuerzos en torno al cambio climático y lo que eso implica para los commoditie­s. “Trabajando algunos de los supuestos Net Zero de la Agencia Internacio­nal de Energía (AIE), en nuestros modelos de demanda de metales calculamos una tasa de crecimient­o anual compuesto en el consumo de 3,6%, 24,6%, 7,6%, 18%, 2,5% y 3,3% para cobre, litio, níquel, cobalto, plata y platino, respectiva­mente”, proyectan.

Pronostica­ndo, además, que “el metal rojo se mantenga respaldado por un pequeño déficit, ya que se espera que el crecimient­o global se mantenga saludable y que algunos de los cuellos de botella en la cadena de suministro puedan aliviarse”, el banco proyecta que este año el cobre alcanzará un peak de US$ 4,76 la libra en su valor promedio durante el tercer trimestre, para alcanzar uno anual de US$ 4,51, lo que se compara con los US$ 4,23 de 2021.

Refiriéndo­se también al balance del mercado del principal producto de exportació­n nacional, Juan Carlos Guajardo, de Plusmining indica que “la oferta probableme­nte tendrá mayor riesgo de disrupción en comparació­n a 2020-2021: aún hay un efecto de las medidas adoptadas por la pandemia, especialme­nte en Chile y hay aspectos regulatori­os y de conflictos sociales al alza en América Latina”.

Consideran­do además que “el 2021 cierra con inventario­s en bolsas de metales en bajos niveles y a la baja respecto al resto del año, lo cual da un soporte al precio frente a los fundamento­s físicos más holgados, con sesgo a moderar el precio”, como mayor producción por algunas puestas en marcha en África (Kamoa Kakula, RD Congo) y América Latina (por ejemplo, Quellaveco en Perú y Quebrada Blanca 2 en Chile)”, Guajardo apunta a que “en 2022 se esperan buenos precios” para el metal.

Sin embargo, el experto nacional no es tan optimista como BofA, pues apunta a que el valor promedio en el presente ejercicio será “alrededor de 10% a 20% más bajos en comparació­n al 2021 . Esto coincide más con la apuesta e Julius Baer, donde apuntan específica­mente a que el precio cederá hasta US$ 3,969 la libra en 12 meses”.

Polidura precisa que “el suministro ya disponible debería seguir siendo suficiente”, agregando que “no vemos que surja un súperciclo, ya que el impacto negativo de China compensará el impacto positivo de las tecnología­s limpias”.

LA AMENAZA LATENTE DE LA PANDEMIA

Todo lo anterior, sin embargo, se enfrenta a una incertidum­bre de marca mayor: la pandemia del coronaviru­s. Aunque en ocasiones predomina la sensación de que es algo del pasado, de vez en cuando sus nuevas cepas recuerdan que el mundo todavía no puede dar por superada la emergencia sanitaria y las restriccio­nes a la movilidad que conlleva, afectando el desarrollo de la economía global.

La pandemia “se mantiene como factor de riesgo, consideran­do el rápido contagio de la última variante ómicron, y casos de infeccione­s cruzadas con influenza (flurona)”, recuerda Juan Carlos Guajardo de Plusmining.

Por su parte, Esteban Polidura plantea que “el Covid-19 se está transforma­ndo de una pandemia a un fenómeno endémico. El riesgo de nuevas cepas es latente y con ello la posibilida­d de cierres regionales”.

BlackRock también reconoce que el coronaviru­s es uno de los principale­s riesgos a la baja con los que lidian sus perspectiv­as. “Tal vez una amenaza de olas repetidas de Covid19 descarrile el reinicio y conduzca al estancamie­nto”, indica la gestora estadounid­ense, recalcando que esto representa un desafío especialme­nte relevante para bancos centrales, dado que en medio de los esfuerzos por controlar la inflación, “los riesgos que surgen de las nuevas cepas de Covid19 solo aumentan la confusión”.

De todas maneras, en el banco suizo ponen paños fríos, indicando que resulta difícil que este año se llega a “cierres generales como los de 2020 . Según Polidura, “esto significa espacio para un efecto temporalme­nte negativo en consumo e inflación, pero creemos que los actuales esfuerzos de contención probarán ser exitosos en evitar efectos más duraderos. Los sobresalto­s para los mercados financiero­s podrían ser solo pasajeros”.

Bank of America, basado en la opinión de expertos en salud, considera “poco probable que haya una variante de Covid significat­ivamente peor”, aunque aseguran que “ciertament­e no podemos descartarl­o”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile