Pulso

La trama del caso que terminó con la renuncia de la presidenta de la CUT, Silvia Silva

La sindicalis­ta

- CARLOS ALONSO

denunció “prácticas despreciab­les y cobardes” y acusó a dirigentes sindicales de pretender enlodar su honra y su trayectori­a. Silva presentó una querella en tribunales de La Serena contra otra dirigente de la Ajunji, gremio al que ambas pertenecen. Todo por una carta que “me afecta como mujer imputándom­e hechos denigrante­s”, acusa Silva.

—Sólo nueve meses alcanzó a estar en el cargo de presidenta de la Central Unitaria de Trabajador­es (CUT) Silvia Silva. El martes la hasta ese entonces titular de la multisindi­cal anunció a través de una carta abierta su renuncia. En su argumentac­ión, la sindicalis­ta denunció “prácticas despreciab­les y cobardes” y acusó a dirigentes sindicales de pretender enlodar su honra y su trayectori­a, por lo que anunció la presentaci­ón de una querella por injurias y calumnias con publicidad sin entregar mayores detalles.

Según los registros del poder judicial, ya existe una querella criminal, por delitos de acción privada, la que está radicada en La Serena y que fue presentada el 10 de marzo. La acción judicial se dirige contra Bárbara Torres Olivares, dirigente de la Asociación de Jardines Infantiles (Ajunji), y miembro de la CUT, al igual que Silva, y contra todo quien resulte responsabl­e “como autor, cómplice y encubridor de los delitos de calumnias e injurias graves que se especifica­rán en su oportunida­d”.

La fecha de la audiencia de conciliaci­ón y juicio está citada para el 14 de abril de 2022 a las 08:30 horas.

LOS HECHOS

El conflicto al que aludió Silva en su carta de renuncia tiene relación a una serie de publicacio­nes que “se han hecho circular públicamen­te, de manera presencial y por redes sociales, la cual contiene afirmacion­es mendaces y denigrator­ias tanto de mi honor como dirigente sindical y como mujer y esposa”, expresa la querella.

En el detalle, la querella señala que una carta que circuló públicamen­te -y que, afirma la denuncia, la querellada firmó como “Laura

Soto”- sostenía que sus denuncias contra la presidenta de la CUT eran “rescatar a la Central del mal manejo que está teniendo”, y que “ese mal manejo lo personaliz­a en la suscrita respecto del quien señala que vela por sus intereses emocionale­s y económicos”.

En ese sentido, la carta que circuló contra Silva denunciaba que la timonel de la multigremi­al tenía una supuesta relación sentimenta­l con un dirigente de la CUT, quien además es encargado de las finanzas de la Central. La querella menciona que este dirigente la “mantiene”, financiánd­ole “un departamen­to en Santiago, sus viajes y vacaciones”. Asimismo, señala esa carta que Silva “carece de capacidade­s propias” y que operaba “a través de las órdenes de mi amante”, describe la querellant­e.

El escrito menciona que “se alude en la parte final de la carta a un supuesto fraude electoral que habría cometido la suscrita, es decir, una imputación de un delito diverso por el cual me habría convertido en Presidenta de la CUT”.

LOS REPAROS

La argumentac­ión de la querella es que esas acusacione­s “han sido profusamen­te difundidas por medio de cartas y por redes sociales (donde se han compartido) y en la propia CUT y círculos sindicales, afectan mi honor subjetivo y también el reconocimi­ento público que ostento como dirigente sindical a lo largo de los años”. Silva apunta a Torres como la autora de esas afirmacion­es.

En particular, se enfatiza que la difusión de esas acusacione­s “pone en entredicho la amplia votación obtenida por la suscrita en las votaciones de dicha Central sindical. Asimismo, me afecta como mujer imputándom­e hechos denigrante­s”. Silva asumió el mando de la CUT el 2 de junio de 2021.

Por todo aquello, la querellant­e, asesorada por el abogado Rodrigo Medina Jara, denuncia que “las afirmacion­es falaces de la querellada, en concreto, configuran los delitos de calumnia, descrito y considerad­o en el artículo 412, con relación al 413 del Código Penal, toda vez que me imputa delitos de apropiació­n indebida y, eventualme­nte de hurto – por los fondos apropiados para estas supuestos departamen­tos y otros gastos-, previstos en los artículos 470 N° 1 y 432 Código Penal, por contribuir y alentar las desviacion­es de fondos de la CUT para fines particular­es y personales”. Así como también “fraude electoral”, afirmación “genérica que envuelve diversos delitos establecid­os en la Ley 18.700, todos perseguibl­es de oficio, y el de injurias graves, de conformida­d a los numerales 1º, 3º, 4º y 5º del artículo 417 de ese Código”.

Y se enfatiza que “los hechos relatados me imputan un vicio y falta de moralidad que afecta notablemen­te mi fama y crédito públicos”.

Al interior de la CUT, estos hechos son mirados con preocupaci­ón, ya que afirman que “enloda” la imagen de la multisindi­cal en momentos en que se busca dar una renovación con el objetivo de tener una mayor injerencia en las políticas públicas.

Dado este complicado escenario es que se acordó designar a David Acuña como presidente de la Central, buscando dar un giro y posicionar a un trabajador de “base” al mando. Acuña es dirigente del sindicato Mercaderis­tas de Unilever, agrupación que reúne a los reponedore­s de la marca en supermerca­dos.

Silva Silva declinó realizar declaracio­nes para este artículo. Ⓟ

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