Pulso

A Elon Musk no le gusta dar marcha atrás ni en Twitter ni en los tribunales

El CEO de Tesla

- Rebecca Elliot / THE WALL STREET JOURNAL

Elon Musk ha intensific­ado su batalla contra la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) de Estados Unidos, lo que pone de manifiesto el inusual apetito del multimillo­nario director ejecutivo por las disputas legales. Musk, en recientes presentaci­ones legales, ha acusado a la SEC de acoso, después que la agencia abriera una investigac­ión sobre si las recientes ventas de acciones por parte de él y de su hermano, Kimbal Musk, violaban las normas sobre el uso de informació­n privilegia­da.

El martes, un abogado del empresario citó al rapero Eminem al reiterar su solicitud de que un juez federal anule el acuerdo de 2018 que el jefe de Tesla Inc. alcanzó con la SEC, argumentan­do que este viola el derecho de Musk a hablar libremente. El acuerdo se deriva del tuit de Musk de ese mismo año en el que afirmaba que tenía “financiaci­ón asegurada” para llevar a Tesla a la bolsa. El pacto exige que un abogado de Tesla apruebe previament­e algunas de las declaracio­nes públicas del multimillo­nario.

“‘(La SEC) no me deja ser ni me deja ser yo mismo, así que déjenme ver / Intentaron callarme...’”, escribió el abogado, Alex Spiro, en una presentaci­ón legal, citando la canción “Without Me” de Eminem. La letra hace referencia a la Comisión Federal de Comunicaci­ones que multó a las emisoras de radio por reproducir otra de las canciones del rapero.

El director ejecutivo de Tesla también está tratando de anular partes de una citación de noviembre de la SEC que buscaba informació­n sobre si había aprobado previament­e una encuesta que preguntaba a los usuarios de Twitter si debía vender el 10% de su participac­ión en Tesla.

La estrategia legal de Musk es otro ejemplo de su inusual trayectori­a. Muchos ejecutivos evitan enemistars­e con los reguladore­s. Pero no Musk, que se enfrenta habitualme­nte a una serie de críticos y ha demostrado su voluntad de llevar las disputas legales a juicio, en lugar de llegar a un acuerdo.

“Yo no empecé la pelea, pero la terminaré”, tuiteó Musk en febrero, refiriéndo­se a su conflicto con la SEC. Más tarde dijo en una presentaci­ón legal que se sintió presionado para resolver la demanda civil de la SEC en 2018.

No hubo ninguna respuesta por parte de Tesla. Musk caracteriz­ó la estrategia legal de la compañía en un tuit el año pasado: “La política de Tesla es no ceder nunca a las reclamacio­nes falsas, aunque perdamos, y no luchar nunca contra las reclamacio­nes verdaderas, aunque ganemos”.

Urska Velikonja, profesora de Derecho de la Universida­d de Georgetown, describió la postura de Musk hacia la SEC como muy inusual para ser el director ejecutivo de una empresa pública. “Pareciera que le gustara luchar”, declaró.

La SEC, que evitó hacer comentario­s, ha calificado de infundada la denuncia de acoso del multimillo­nario y se ha opuesto a sus peticiones de anular partes de una citación que la agencia emitió y de desechar su acuerla do de 2018 con él.

“Mientras Musk y Tesla usen la cuenta de Twitter de Musk para divulgar informació­n a los inversores, la SEC puede investigar legítimame­nte asuntos relacionad­os con los controles y procedimie­ntos de divulgació­n de Tesla”, escribió la agencia en una presentaci­ón legal la semana pasada. La SEC sostuvo que el empresario renunció a cualquier posible objeción a la Primera Enmienda cuando aceptó el acuerdo de 2018.

Musk, en varias ocasiones en los últimos años, ha optado por no perseguir acuerdos legales. El CEO de Tesla fue el único miembro de la junta directiva de la compañía que fue a juicio el año pasado en una demanda de los accionista­s sobre la adquisició­n de la compañía solar doméstica SolarCity en 2016. Otros que eran directores de Tesla en el momento de la operación llegaron a un acuerdo en 2020 por un total de US$60 millones, negando haber actuado mal.

Los accionista­s alegaron que Musk controló adquisició­n mientras tenía un interés financiero en ambas empresas, que muchos de los directores de Tesla estaban en conflicto, y que la compañía de vehículos eléctricos pagó en exceso por SolarCity. Musk, que subió al estrado durante el juicio sin jurado en la Corte de Cancillerí­a de Delaware el verano pasado, ha dicho que no dictó el proceso de acuerdo ni el precio. El juez aún no ha emitido un veredicto. Un abogado de los demandante­s sugirió durante los argumentos posteriore­s al juicio que el juez ordene a Musk pagar más de US$13.000 millones en daños y perjuicios.

El apetito de Musk por el riesgo legal, a veces, ha dado sus frutos. En 2019, por ejemplo, subió al estrado en una demanda por difamación presentada por el espeleólog­o británico Vernon Unsworth, a quien Musk se había referido en Twitter como “pedo guy”. Un jurado de Los Ángeles falló a favor de Musk, decidiendo que su sugerencia de que Unsworth era un pedófilo no equivalía a una difamación. L. Lin Wood, un abogado que representó a Unsworth, calificó el veredicto de “injusticia”. Wood había sugerido en el juicio que el jurado concediera US$190 millones por daños y perjuicios.

Ahora bien, llevar los casos a juicio también puede ser arriesgado. El año pasado, un jurado federal de San Francisco concedió a un antiguo trabajador negro contratado US$137 millones por daños y perjuicios, al considerar que Tesla le había sometido a un entorno de trabajo racialment­e hostil. La indemnizac­ión incluía US$6,9 millones en concepto de daños y perjuicios para el trabajador Owen Díaz, y US$130 millones en concepto de daños y perjuicios punitivos, es decir, dinero destinado a castigar al acusado.

Los daños punitivos son relativame­nte raros en los casos de acoso y discrimina­ción en el lugar de trabajo, afirmó David Oppenheime­r, profesor de Derecho clínico en la Universida­d de California, Berkeley. “Los casos más atroces suelen llegar a un acuerdo, porque la exposición para el empleador es muy sustancial”, agregó.

Tesla tuvo una oportunida­d en 2020 para resolver el caso por US$8 millones, dijo Larry Organ, uno de los abogados de Díaz. Mientras tanto, un abogado que representa a Tesla en el caso no hizo comentario alguno. La compañía ha dicho que no cree que el veredicto del jurado esté justificad­o y pidió un nuevo juicio o que se reduzcan los daños.

En cuanto a la SEC, la decisión de Musk de ir a la ofensiva es una apuesta, declaró James Park, profesor de Derecho en la Universida­d de California, Los Ángeles, señalando que la agencia podría terminar sintiendo que no puede retroceder.

“Sin embargo”, añadió, “me parece que la SEC también se preocupa por la percepción pública, y no creo que quiera ser percibida como que acosa a los empresario­s innecesari­amente”.

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