Los últimos confinamientos en China por Covid-19 empiezan a arrastrar a la economía
Los estrictos encierros de Covid-19 en Shanghái y otros centros industriales están empezando a pesar en la economía china, con la caída de las ventas de automóviles y el aumento más rápido de los precios al consumidor en tres meses. Las ventas de autos en China disminuyeron 10,5% anual en marzo, a 1,58 millones de vehículos, ya que las medidas para contener los brotes de coronavirus paralizaron las fábricas de automóviles, frenaron los envíos de coches y evitaron que los consumidores visitaran los concesionarios, según informó el lunes la Asociación China de Turismo.
Además de esto, la inflación aumentó 1,5% anual en marzo, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas, el aumento anual más rápido en tres meses, debido a los cierres de las ciudades que hicieron subir los precios al consumidor.
Los últimos datos ponen en evidencia cómo los estrictos límites de movimiento realizados por China para combatir el coronavirus, podrían afectar en su crecimiento económico. Los economistas han recortado las previsiones de expansión de la segunda mayor economía del mundo a medida que se extienden las restricciones de la pandemia y han puesto en duda que el gobierno pueda cumplir su objetivo de un crecimiento del PIB de alrededor del 5,5% este año.
Desde marzo, China ha recurrido a estrictos cierres en los principales centros de fabricación como Shanghái, Shenzhen y la provincia de Jilin, para contener la propagación de la variante Ómicron, altamente contagiosa. Estas restricciones han provocado el cierre de fábricas y han agravado los problemas de la cadena de suministro.
En Shanghái, epicentro del actual brote de Covid-19 en China, los casos alcanzaron un récord por décimo día consecutivo, registrando más de 26.000 infecciones de transmisión local, la mayoría de ellas asintomáticas. Shanghái representó el 95% de los nuevos casos domésticos diarios de China, según las autoridades sanitarias.
Shanghái ha entrado en su tercera semana de cierres generalizados, donde los residentes han hecho cuarentena mayormente en sus casas y el transporte público y los negocios no esenciales no están operativos.
Durante los dos últimos días, las autoridades de Shanghái han realizado pruebas a más de 21 millones de personas -alrededor del 80% de los residentes de la ciudad-, como parte de un esfuerzo por abrir con cautela las zonas que no han notificado casos de Covid19 durante dos semanas.
El sábado, los funcionarios municipales dijeron que clasificarían las zonas de la ciudad en tres categorías diferentes en función de los casos de coronavirus notificados, y levantarían gradualmente las restricciones de movimiento para los residentes. Al menos cinco de los 15 distritos de la ciudad cuentan con vecindarios aplicables a la flexibilidad de restricciones, según declaraciones del gobierno publicadas el lunes.
En la provincia de Jilin, donde la capital, Changchun, lleva cerca de un mes bajo cuarentena, las autoridades dijeron el lunes que pretenden reanudar el trabajo y la producción en algunas de sus ciudades. Jilin sumó 984 nuevos casos locales diarios el domingo.
Aunque Guangzhou no ha impuesto un cierre de la ciudad como el de Shanghái, la mayoría de las escuelas primarias y secundarias de la urbe de 18 millones de habitantes ha pasado al aprendizaje en línea a partir del lunes, y solo las personas con una necesidad real de salir de la ciudad y un resultado negativo de la prueba Covid-19 pueden hacerlo, de acuerdo con declaraciones de las autoridades locales.
Las autoridades de Guangzhou también cerraron los barrios donde se detectaron contagios, cines, bares y gimnasios, y redujeron el transporte público. La ciudad, además, está construyendo instalaciones de cuarentena improvisadas como medida de precaución en caso de que se produzca un posible aumento de los casos positivos.
Los cierres repentinos están provocando crecientes interrupciones de la producción