Rusia sorprende a Occidente recuperando sus riquezas petrolíferas
Rusia bombea al mercado mundial casi tanto petróleo como antes de su invasión a Ucrania. Y con la subida de los precios del petróleo, Moscú también está ganando más dinero. La demanda de algunas de las mayores economías del mundo ha dado al presidente ruso Vladimir Putin la ventaja en la batalla energética que ensombrece la guerra en Ucrania, y ha mermado el intento de Occidente de paralizar la economía rusa con sanciones.
Las ventas están en auge en el mercado de exportación ruso, el mayor del mundo en crudo y combustibles refinados. Y los nuevos acuerdos comerciales han permitido a Putin utilizar las exportaciones de gas natural como arma económica contra los aliados europeos de Ucrania. Antes de la guerra, Rusia suministraba a Europa el 40% de su gas. Desde entonces, ha reducido los flujos a través del gasoducto Nord Stream hacia Alemania y otros conductos, haciendo subir los precios y metiendo presión a los hogares y las empresas europeas.
Los ingresos del petróleo compensan cada vez más la diferencia. “Rusia está nadando en efectivo”, aseguró Elina Ribakova, economista jefe adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales. Moscú ganó US$ 97.000 millones por las ventas de petróleo y gas hasta julio de este año, de los cuales unos US$ 74.000 millones proceden del petróleo, dijo.
El país exportó 7,4 millones de barriles diarios de crudo y productos como gasóleo y gasolina en julio, según la Agencia Internacional de la Energía, lo que supone un descenso de sólo unos 600.000 barriles diarios desde principios de año.
Incluso con el descenso de las exportaciones de petróleo, Rusia ha ingresado US$ 20.000 millones de promedio mensual este año, frente a los aproximadamente US$ 14.600 millones mensuales de 2021, cuando las economías se estaban recuperando de la crisis pandémica. Los envíos volvieron a aumentar en agosto, según datos de la empresa de seguimiento de buques Vortexa.
La resistencia del mercado petrolero ruso ha provocado una reacción mixta en Washington, que está haciendo malabares con dos objetivos contradictorios: reducir la inflación con el aumento del suministro mundial de petróleo y mantener la presión económica sobre Putin.
Los precios del petróleo, que superaron los US$ 130 por barril en las primeras semanas de la guerra, se han estabilizado en torno a los US$ 100 en las últimas semanas. Aunque siguen siendo más altos que hace un año, el retroceso ha hecho bajar las tarifas de las gasolineras en Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, las ventas rusas de energía han florecido al encontrar nuevos compradores, nuevos medios de pago, nuevos comerciantes y nuevas formas de financiar las exportaciones, según comerciantes de petróleo, exejecutivos de la industria rusa y funcionarios de la industria naviera.
“Se ha llegado a la conclusión de que el mundo necesita petróleo, y nadie es lo suficientemente valiente como para embargar 7,5 millones de barriles diarios de petróleo y productos petrolíferos rusos”, afirmó Sergey Vakulenko, analista y antiguo ejecutivo ruso del sector energético.
Después de que los compradores de Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados del Pacífico redujeran sus importaciones de petróleo ruso, gran parte de éste se dirigió a naciones de Asia que han rechazado tomar partido en el conflicto.
Un mercado inesperado ha sido Medio Oriente. Las exportaciones del fueloil ruso, una versión ligeramente refinada del crudo, se dirigen ahora a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos, y a menudo hacen escala en Egipto durante el trayecto.
El petróleo ruso se quema en las centrales eléctricas saudíes o se exporta desde Fujairah, un puerto de los Emiratos Árabes Unidos y lugar clave para mezclar petróleo ruso e iraníe para ocultar su procedencia. Se trata de petróleo que antes de la guerra se enviaba a las refinerías estadounidenses.
Las importaciones rusas, compradas con descuento, liberan al gigante estatal Saudi Arabian Oil Co. para exportar su crudo a precios de mercado. “Los saudíes están encantados de tomar su petróleo y venderlo, en lugar de quemarlo”, comentó Carole Nakhle, direc