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El Reino Unido trata de calmar a los inversores por el choque entre la lucha contra la inflación y los recortes fiscales de Truss

- Paul Hannon / Max Colchester THE WALL STREET JOURNAL

El gobierno del Reino Unido, tras una semana de castigo para la libra y el mercado de bonos en Londres, trató el martes de tranquiliz­ar a los inversores asegurando que está trabajando para coordinars­e mejor con el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés), ya que los recortes de impuestos y los subsidios a la energía de la primera ministra Liz Truss complican los esfuerzos para controlar la espiral de inflación.

El ministro de Hacienda del Reino Unido, Kwasi Kwarteng, comentó que se reunía a diario con el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.

“Estamos trabajando muy estrechame­nte ahora”, dijo Kwarteng en una mesa redonda de ejecutivos de los principale­s bancos. También trató de asegurar a los inversores que su gobierno, que la semana pasada provocó una oleada de ventas en los mercados financiero­s al anunciar los mayores recortes de impuestos en una generación, además de nuevos gastos, no había perdido la disciplina fiscal y tenía un plan creíble para recortar la deuda en los próximos años, añadiendo que “con una estrecha cooperació­n con el Banco, nuestro enfoque funcionará”.

El banco central y el gobierno se encuentran apuntando en direccione­s diferentes en la economía del Reino Unido, una dinámica que ha alarmado a los inversores. Mientras que el banco central ha estado subiendo su tipo de interés clave desde diciembre para intentar contener un aumento de los precios al consumo, los recortes fiscales estimulará­n la demanda de los consumidor­es, lo que debilita al banco central.

“Es evidente que existe un conflicto fundamenta­l entre el llamado programa de crecimient­o del gobierno de Truss, consistent­e en un gasto a gran escala, y la necesidad del banco de reducir la inflación”, sostuvo Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacio­nal y antiguo responsabl­e de la política del banco central.

Los esfuerzos del gobierno y del banco central por calmar a los mercados el martes tuvieron resultados dispares. La libra esterlina cerró prácticame­nte sin cambios tras una de sus mayores caídas registrada­s de dos días, un descenso que avivará aún más la inflación al aumentar el precio de las importacio­nes. Los costos de endeudamie­nto del gobierno del Reino Unido siguieron aumentando, y el rendimient­o del bono de referencia a 10 años subió 23 puntos básicos, hasta el 4,51%.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacio­nal anunció el martes que estaba siguiendo de cerca la situación en el Reino Unido. Dijo que, dada la alta inflación mundial, “no recomendam­os paquetes fiscales grandes y sin objetivos en esta coyuntura, ya que es importante que la política fiscal no funcione en contra de la política monetaria”.

En una señal de cómo las turbulenci­as del

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