El Reino Unido trata de calmar a los inversores por el choque entre la lucha contra la inflación y los recortes fiscales de Truss
El gobierno del Reino Unido, tras una semana de castigo para la libra y el mercado de bonos en Londres, trató el martes de tranquilizar a los inversores asegurando que está trabajando para coordinarse mejor con el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés), ya que los recortes de impuestos y los subsidios a la energía de la primera ministra Liz Truss complican los esfuerzos para controlar la espiral de inflación.
El ministro de Hacienda del Reino Unido, Kwasi Kwarteng, comentó que se reunía a diario con el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.
“Estamos trabajando muy estrechamente ahora”, dijo Kwarteng en una mesa redonda de ejecutivos de los principales bancos. También trató de asegurar a los inversores que su gobierno, que la semana pasada provocó una oleada de ventas en los mercados financieros al anunciar los mayores recortes de impuestos en una generación, además de nuevos gastos, no había perdido la disciplina fiscal y tenía un plan creíble para recortar la deuda en los próximos años, añadiendo que “con una estrecha cooperación con el Banco, nuestro enfoque funcionará”.
El banco central y el gobierno se encuentran apuntando en direcciones diferentes en la economía del Reino Unido, una dinámica que ha alarmado a los inversores. Mientras que el banco central ha estado subiendo su tipo de interés clave desde diciembre para intentar contener un aumento de los precios al consumo, los recortes fiscales estimularán la demanda de los consumidores, lo que debilita al banco central.
“Es evidente que existe un conflicto fundamental entre el llamado programa de crecimiento del gobierno de Truss, consistente en un gasto a gran escala, y la necesidad del banco de reducir la inflación”, sostuvo Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional y antiguo responsable de la política del banco central.
Los esfuerzos del gobierno y del banco central por calmar a los mercados el martes tuvieron resultados dispares. La libra esterlina cerró prácticamente sin cambios tras una de sus mayores caídas registradas de dos días, un descenso que avivará aún más la inflación al aumentar el precio de las importaciones. Los costos de endeudamiento del gobierno del Reino Unido siguieron aumentando, y el rendimiento del bono de referencia a 10 años subió 23 puntos básicos, hasta el 4,51%.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional anunció el martes que estaba siguiendo de cerca la situación en el Reino Unido. Dijo que, dada la alta inflación mundial, “no recomendamos paquetes fiscales grandes y sin objetivos en esta coyuntura, ya que es importante que la política fiscal no funcione en contra de la política monetaria”.
En una señal de cómo las turbulencias del