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China reduce las restriccio­nes inmobiliar­ias en un intento de revertir el descenso económico

- Lingling Wei / Cao Li / Stella Yifan THE WALL STREET JOURNAL

Durante gran parte del año pasado, la economía china se ha tambaleado bajo la doble campaña de Xi Jinping para frenar el aumento de los precios inmobiliar­ios y acabar con cualquier rastro del Covid-19 dentro de las fronteras del país.

Ahora, a medida que avanza en la flexibiliz­ación de las restriccio­nes a la pandemia, el líder de China, Xi, está señalando una reversión de su represión inmobiliar­ia, también, un reconocimi­ento tácito del dolor económico y la frustració­n pública que las dos políticas han engendrado.

El banco central y el principal regulador bancario de China emitieron una amplia serie de medidas destinadas a reforzar la demanda y la oferta de viviendas, según un aviso distribuid­o el viernes a las institucio­nes financiera­s del país y a los funcionari­os que participan en la formulació­n de políticas. La autenticid­ad del documento fue confirmada por personas cercanas al banco central.

Las nuevas políticas, que fueron aprobadas por Xi, según los funcionari­os que participar­on en la elaboració­n de las políticas, eliminan algunas de las restriccio­nes anteriores destinadas a frenar la deuda de los promotores inmobiliar­ios y autorizan a los prestamist­as a conceder préstamos a los constructo­res de viviendas con problemas financiero­s.

“Estas medidas inmobiliar­ias, que se suman a los anuncios de flexibiliz­ación del Covid, son un claro indicio de que los esfuerzos de Beijing para apoyar el crecimient­o se están intensific­ando”, aseguró Michael Hirson, jefe de investigac­ión de China en 22V Research, una empresa con sede en Nueva York centrada en la estrategia de inversión.

Mientras que los gobiernos locales de todo China han tomado medidas más modestas para aliviar parte de la presión a la que se enfrentan las empresas inmobiliar­ias, el nuevo paquete de 16 medidas representa el mayor paso hasta la fecha para rescatar un sector que durante décadas ha sido un pilar clave del crecimient­o de la segunda economía mundial.

Las nuevas medidas son “de gran envergadur­a” y equivalen a una “relajación crediticia específica para el sector inmobiliar­io”, comentó Dan Wang, economista jefe de Hang Seng Bank China, que estableció un contraste con las anteriores rondas de medidas de apoyo incrementa­les.

Mientras los promotores se enfrentan a los inminentes plazos de reembolso de los préstamos, los reguladore­s están deseando evitar cualquier riesgo sistémico en el sector financiero provocado por una ola de posibles impagos, dijo Wang. Aun así, añadió, “la demanda de compra de viviendas sigue siendo débil”, y cualquier cambio en el sentimient­o del mercado inmobiliar­io dependerá probableme­nte de las perspectiv­as a largo plazo de la economía.

La relajación de las restriccio­nes inmobiliar­ias y de Covid-19 se produce apenas unas semanas después de que Xi se asegurara otros cinco años en el poder en un congreso del Partido Comunista muy vigilado. Una vez consolidad­o el control político, Xi se enfrenta ahora a la perspectiv­a de un tercer mandato en el que tendrá que hacer frente a la peor y más prolongada desacelera­ción económica del país en décadas.

Gran parte de la debilidad económica es producto directo de sus medidas de campaña para eliminar el Covid y, a partir del año pasado, controlar un boom del mercado inmobiliar­io de cuatro décadas que los funcionari­os han advertido que puede ser una burbuja.

A su vez, las medidas inmobiliar­ias han provocado un aumento de los impagos por parte de los promotores inmobiliar­ios, un incremento de las deudas incobrable­s de los bancos y una caída de las ventas de viviendas y de la inversión, todo lo cual ha arrastrado el crecimient­o general en los últimos trimestres.

El producto interno bruto de China solo creció 3,0% en los nueve primeros meses de 2022, muy por debajo del objetivo oficial del gobierno para todo el año, de alrededor del 5,5%, fijado en marzo.

Los precios de la vivienda en China han superado durante décadas el ritmo de crecimient­o económico general, lo que ha impulsado la especulaci­ón inmobiliar­ia y ha hecho subir aún más el valor de las propiedade­s. En los últimos años, las autoridade­s han tratado reiteradam­ente de romper el círculo vicioso con diversas medidas de endurecimi­ento, solo para aflojarlas cada vez que el crecimient­o parece amenazado.

En 2019, el valor total de las viviendas chinas y el catálogo de los promotores era de US$52 billones, según Goldman Sachs Group Inc, el doble del tamaño del mercado residencia­l de Estados Unidos.

Cuando Beijing apretó las tuercas a los promotores el año pasado -y luego reafirmó su compromiso endurecien­do las normas-, varios promotores privados empezaron a tambalears­e al borde de la crisis. Entre los más destacados se encuentra China Evergrande Group, que durante mucho tiempo fue el mayor promotor del país y ahora su mayor deudor, aunque la preocupaci­ón se ha extendido a otros grandes actores privados.

Más de 30 promotores han dejado de pagar sus bonos denominado­s en dólares. Los inversores internacio­nales se han deshecho de sus bonos, llevando los niveles de precios a nuevos mínimos y dejando incluso a los promotores privados más fuertes con dificultad­es para vender nueva deuda.

Las acciones de los promotores inmobiliar­ios chinos subieron el lunes tras la noticia. Country Garden Holdings Co., una de las mayores empresas inmobiliar­ias del país por ventas contratada­s, se disparó en 40% en las primeras operacione­s en Hong Kong, lo que eleva sus ganancias este mes a más del 200%. Un subíndice del Hang Seng de valores inmobiliar­ios subió 7%.

Ahora bien, los precios de los bonos en dólares de los promotores que no han incumplido su deuda -entre ellos Agile Group Holdings Ltd. y Longfor Group Holdings Ltd.- también subieron con fuerza desde niveles de gran dificul

tad, ya que los inversores apostaron por su posible recuperaci­ón.

A medida que aumentaban los problemas económicos este año, los organismos reguladore­s y los gobiernos regionales solo actuaron modestamen­te para tratar de evitar una crisis inmobiliar­ia en toda regla, introducie­ndo medidas limitadas como descuentos fiscales, recompensa­s en efectivo y pagos iniciales más bajos, así como proporcion­ando a los bancos orientació­n para aumentar los préstamos inmobiliar­ios. Pero estas medidas parciales no han logrado hasta ahora invertir el sentimient­o y levantar el sector.

En octubre, las ventas de los 100 mayores promotores inmobiliar­ios del país cayeron hasta el equivalent­e a US$76.700 millones, 28,4% menos que un año antes y el decimosext­o mes consecutiv­o de descensos interanual­es, según China Real Estate Informatio­n Corp. un proveedor de datos del sector.

Ahora, con un nuevo equipo de liderazgo después del congreso del partido -uno repleto de miembros del partido leales a Xi-, el líder máximo está avanzando hacia un enfoque más concertado para apuntalar la economía, parte de un esfuerzo más amplio para prepararse para una mayor competenci­a con Estados Unidos.

“Parece que el margen de maniobra para la flexibiliz­ación de las políticas se ha ampliado tras el congreso de los partidos”, comentó Larry Hu, economista de Macquarie con sede en Hong Kong. “Después de que el impacto de los esfuerzos anteriores resultara ser escaso, los responsabl­es políticos están dando un gran impulso ahora para conseguir que el crédito fluya hacia el sector inmobiliar­io”, agregó.

El crédito ha sido un dolor de cabeza particular para los promotores, ya que muchos habían dependido de fuertes préstamos para construir nuevos proyectos y mantenerse a flote. En los nueve primeros meses de este año, los fondos obtenidos por los promotores inmobiliar­ios chinos cayeron 24,5%, según datos de la Oficina Nacional de Estadístic­as.

El nuevo aviso, emitido conjuntame­nte por el Banco Popular de China y la Comisión Reguladora de la Banca y los Seguros de China, no re

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